El hub de innovación busca responder a los retos de las grandes compañías con soluciones que les ofrecen los emprendedores digitales y que puedan tener un largo recorrido en el mercado.
«No se trata de montar una startup por montarla. Vamos a una estructura más profesional, con gente creativa pero con un método, con fondos y con corporaciones que apoyan las ideas. No queremos revolucionar a las grandes empresas, pero sí demostrar que se puede jugar de otra manera y que eso también les da beneficios». Alberto Rodríguez de Lama, presidente y cofundador de TheCUBE, explica resumidamente el propósito con el que, hace ya un lustro, montó este hub de innovación, que pretende acercar el emprendimiento y la innovación a las grandes empresas, dejando que sean estas las que lo fomenten desde dentro y también apoyando a jóvenes emprendedores que puedan idear una solución a una problemática concreta.
TheCUBE ha
colaborado con más de 3.000 startups y con esas otras corporaciones, como
Pfizer, con las que mantienen un laboratorio de innovación. «Recientemente
hemos propuesto dos retos en materia de salud y han venido cerca de 130
personas a darles solución», explica Andrés Haddad Di Marco, CEO de la
compañía. El equipo ganador ha entrado en un programa de aceleración con el que
se espera, en un plazo de seis meses, poner en el mercado el proyecto digital
surgido.
Es decir,
«fomentamos el emprendimiento alrededor de las organizaciones y de un reto que
tengan», detalla Haddad. Pero sin olvidar el tener retos propios dentro de
TheCUBE, promoviendo la creación de startups con recursos internos.
Cabe señalar
que la idea de crear estas empresas es que acaben teniendo entidad propia, no
que sean absorbidas por la compañía que haya promovido el reto, porque entre
«el 80-90% de las veces» esa integración fracasa, detalla Alberto Rodríguez.
«Una startup aporta muchas cosas: tecnología, gente, nuevas puertas… Pero, por
ósmosis, es muy difícil cambiar las dinámicas en las corporaciones», expone.
Eso sí, también considera que los consejos de administración de las grandes
compañías están cambiando para ser más «permeables» y abiertos a la
colaboración con las startups.
Proyectos de éxito
Rodríguez considera que en EEUU hay mucha más financiación para startups que en España, lo que complica que muchas acaben siendo scale-ups (internacionales y escalables). Sin embargo, y pese a todo, después de cinco años de recorrido y del trabajo con grandes empresas que forman parte de la lista Fortune 500 y de cualquier ámbito de negocios (seguros, finanzas, energía, gran consumo, construcción, movilidad…), como puedan ser Enel, P&G, Pfizer, Pelayo, Pascual o Mahou, TheCUBE cuenta con dos startups de cierto recorrido.
Una de ellas
es Dynameat, una plataforma de Inteligencia Artificial que permite a los
restaurantes adaptar dinámicamente sus menús digitales en función del nivel de
demanda, del perfil de consumidor, el tiempo de preparación del plato y otras
variables. El menú cambia y se adapta mediante Inteligencia Artificial a la
demanda prevista, el stock, el margen y otras variables, generando incrementos
de rentabilidad para los restaurantes de hasta un 30%. Grupo Arzábal, Larrumba
o Senator son algunos de sus clientes. Esta startup salió de la mano de un
proyecto con Schweppes.
Por otro lado, está Perif.ai, una solución basada en Inteligencia Artificial que realiza el reconocimiento y peritaje de vehículos de manera integral para automatizar los procesos y valorar los daños. Basada en tecnología Deep Learning, emplea modelos inteligentes de reconocimiento de fotografías e identifica el daño de manera precisa y en un tiempo récord. Actualmente, Perfi.ai tiene una precisión del 92,3% y el tiempo de respuesta es de alrededor de dos minutos, según la información facilitada. Una iniciativa con Pelayo fue la que dio origen a esta startup.
A la sombra
de una grande
Alberto
Rodríguez explica que crear una startup a la sombra de una grande, como se
promueve en TheCUBE, tiene sus ventajas, pero también sus dificultades. «Lo
bueno es que tienes tu primer cliente. Puede parecer fácil, pero tratar de
operar en un cliente e intentar industrializar cosas puede resultar
complicado», precisamente por las estructuras y dinámicas de las grandes
corporaciones. Además, el reto es salir de ese cascarón que proporciona el
mentor «y crecer también fuera», detalla.
Para los responsables de este hub de innovación, la línea que separa el éxito o el fracaso de estas startups es alcanzar el millón de euros de facturación. «El valor, más que en la tecnología, está en el modelo de negocio. Por eso damos mucha importancia al encaje de tecnología y estrategia comercial», añade este directivo.
Eso sí, a las
empresas grandes que participan les piden autonomía para, en TheCUBE, tomar las
decisiones junto con las startups que crean. «Innovar es algo a largo plazo. La
innovación es caótica, impredecible y no sabemos lo que va a costar», defiende,
subrayando que «no hay garantía de premio». Y eso que, según sus propias
palabras, «el premio es muy goloso, porque no es solo económico, sino que es el
cambio cultural, demostrarle a las grandes compañías que se pueden hacer las
cosas de otra forma, de una manera más sostenible y siendo más conscientes».
Clases de emprendimiento
Algunos de
los profesionales que pasan por TheCUBE acaban yéndose a trabajar a grandes
empresas, pero sus dos directivos aseguran que uno de los valores (y de las
clases) fundamentales que imparten en su organización es el emprendimiento. «Lo
consideramos una habilidad como escribir o leer», defienden.
Reconocen por
otro lado que tienen estudiantes más centrados en la parte técnica que, en
principio, no quieren ser emprendedores. «Les aseguramos que la asignatura que
más les va a gustar es la de emprendimiento. El mundo, y por supuesto España,
necesita muchos más emprendedores y muchos más proyectos», sentencian.
Fuente:
Arantxa Herranz - larazon.es/economia/startups
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