Los informes del Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas (IPCC) han sido contundentes: el calentamiento global es un fenómeno inequívoco y la influencia de la acción humana, indudable. El evidente problema ha generado una respuesta social mundial, donde la prioridad es la creación de nuevas bases en la cultura energética, basadas en el ahorro y el compromiso sostenible con el medio ambiente; una tendencia de la que España no está exenta.
Las empresas nacionales están incorporando, cada vez más, el ahorro y la eficiencia energética como parte de la gestión global de sus centros de trabajo. Una decisión que, además de aportar beneficios económicos a través de la reducción de costes, refuerza la imagen corporativa de las empresas y da un valor añadido a las acciones de responsabilidad social. Sin embargo, no se trata de un nuevo auge ecológico, sino de un trabajo constante y comprometido de las compañías que va en aumento.
El compromiso empresarial resulta vital para la preservación del medio ambiente. Múltiples informes coinciden en que los edificios de oficinas representan el 40% del consumo energético mundial, una tasa que se repite en España, como lo demuestra el informe "Hacia una oficina verde", elaborado por Aguirre Newman, G-Advisory y Aire Limpio, que ha analizado las medidas de sostenibilidad de 72 grandes empresas nacionales, 13 de ellas pertenecientes al IBEX 35.
La gran mayoría de las empresas en España han puesto la lupa en la optimización del consumo energético (40% del consumo total está destinado a la climatización y un 20% a la iluminación), dando prioridad a la gestión eficiente de la energía, a través de la reducción del impacto de la climatización, iluminación y mantenimiento. Esta apuesta por la sostenibilidad ha quedado reflejada en la obtención de certificados, ya que el 12% de las empresas estudiadas cuentan o están en proceso de obtener un certificado sostenible de carácter voluntario (LEED, Breeam o Verde).
Conscientes de que una buena gestión energética es clave para el desarrollo de edificios sostenibles de alto rendimiento a lo largo de todo su ciclo de vida, la mitad de las empresas han designado a un responsable de la gestión energética. Al mismo tiempo, se ha impulsado la medición de la “huella ambiental” o “huella de carbono”, que permite estimar el impacto que genera una edificación. Un cálculo que, actualmente, es utilizado por el 40% de las empresas.
El consumo del agua también es un área estratégica de sostenibilidad. Por eso, más de la mitad de las empresas radicadas en España cuentan con un plan de gestión eficiente de agua o están en proceso de implementarlo. Al mismo tiempo, el 20% de las compañías mide el impacto de su “huella hídrica” e implementa contadores y otras técnicas de medición y control del consumo de agua, así como otros dispositivos de ahorro y de recogida y reutilización de pluviales.
Otro aspecto que no han pasado por alto las empresas ha sido la calidad del aire interior. El 50% de las compañías realizan estudios y auditorias del aire interior para prevenir enfermedades y ofrecer un ambiente de trabajo lo más saludable posible. Una medida que ha sido respaldada, desde 2013, por la modificación del Reglamento de Instalaciones Térmicas (RITE), donde se obliga a la revisión anual de calidad ambiental a las empresas con más de 70 kW, según los criterios de la norma UNE 171330 y UNE 100012.
Además, las empresas también ha decidido extrapolar su apoyo medioambiental y la mitad de las compañías analizadas llevan a cabo una evaluación ambiental de los proveedores, por lo que han diseñado una política de compras responsables para la adquisición de productos y servicios. Una medida que está presente en el 47% de las empresas, un 6% más que en 2012.
La sostenibilidad es un hecho imparable y una necesidad estratégica para las compañías, así como para los productos y servicios que ofrecen. Las medidas y procedimientos sostenibles que están adoptando los edificios de oficinas en España son una apuesta por el cuidado del medio ambiente y por el bienestar de sus trabajadores.
Una tendencia que, paulatinamente, se contagia entre las compañías, que se ven beneficiadas por la reducción del consumo de energía, así como por un repunte de su imagen corporativa. Si bien aún queda camino por recorrer para alcanzar la meta medioambiental de impacto cero, las empresas españolas ya están avanzando firmes “hacia una oficina verde”.
Fuente: alimarket.es
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