Según el Índice ODS de 2017, nuestro país escala cinco puestos en el ránking internacional, pero retrocede en el logro de una de las metas alcanzada un año antes: el de la igualdad de género y empoderamiento de las mujeres.
España va lenta en su compromiso con un mundo más igualitario, sostenible y de mayor acceso a los recursos y derechos sociales. Tal vez demasiado lenta. Nuestro país no ha logrado ni uno sólo de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, la agenda de retos que debe guiar las políticas globales de desarrollo a cumplir en 2030 con la que los líderes mundiales se comprometieron en una cumbre celebrada dos años atrás, en 2015, y que incluye metas en materia de pobreza, salud, género, agua, energía, empleo, medio ambiente, cambio climático o paz y justicia, entre otras.
Según el índice de los ODS de 2017, que cada año elabora la Sustainable Development Solutions Network (SDSN) de Naciones Unidas y la Fundación Bertelsmann para medir el grado de cumplimiento alcanzado por cada país con estos objetivos, España se sitúa ahora mismo en el puesto 25 de un ránking de 157 países. Son cinco puestos más arriba que en el Índice de 2016, pero el año pasado sólo se pudo hacer el seguimiento de 149 países, por lo que la mejoría es relativa.
España va lenta en su compromiso con un mundo más igualitario, sostenible y de mayor acceso a los recursos y derechos sociales. Tal vez demasiado lenta. Nuestro país no ha logrado ni uno sólo de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, la agenda de retos que debe guiar las políticas globales de desarrollo a cumplir en 2030 con la que los líderes mundiales se comprometieron en una cumbre celebrada dos años atrás, en 2015, y que incluye metas en materia de pobreza, salud, género, agua, energía, empleo, medio ambiente, cambio climático o paz y justicia, entre otras.
Según el índice de los ODS de 2017, que cada año elabora la Sustainable Development Solutions Network (SDSN) de Naciones Unidas y la Fundación Bertelsmann para medir el grado de cumplimiento alcanzado por cada país con estos objetivos, España se sitúa ahora mismo en el puesto 25 de un ránking de 157 países. Son cinco puestos más arriba que en el Índice de 2016, pero el año pasado sólo se pudo hacer el seguimiento de 149 países, por lo que la mejoría es relativa.
Además, un año antes España logró alcanzar al menos uno de los objetivos, el referido a la igualdad de género y al empoderamiento de las mujeres y las niñas; pero este año ni eso. Este punto, que corresponde al objetivo número 5 de la lista, aparecía en 2016 en color verde; ahora lo hace en color amarillo, que indica que, aunque se está cerca de conseguirlo, el país se “enfrenta aún a retos importantes” en esta materia.
“La nota de España sería de un aprobado… con ganas de seguir trabajando”, ha señalado el exministro de Asuntos Exteriores y actual presidente de Red Española para el Desarrollo Sostenible (brazo de la SDSN en España), Miguel Ángel Moratinos, durante el acto de presentación de los datos del informe este miércoles en la sede de la Fundación Telefónica en Madrid. Moratinos, no obstante, ha reconocido que aunque se ha mejorado, la sensación es de “mediana satisfacción”. “Queda medio camino por recorrer”, ha dicho.
En el tablero español hay hasta seis objetivos en rojo, que indica que el país está muy lejos del objetivo y que tiene “obstáculos considerables” para alcanzarlo. En concreto, España suspende en economía y empleo (fomentar el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo, y el trabajo decente para todos); en industria e innovación (desarrollar infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible, y fomentar la innovación), consumo (garantizar las pautas de consumo y de producción sostenibles), cambio climático (tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos), el cuidado de la tierra (proteger, restaurar y promover la utilización sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar de manera sostenible los bosques, combatir la desertificación y detener y revertir la degradación de la tierra, y frenar la pérdida de diversidad biológica) y el de los mares (conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, mares y recursos marinos para lograr el desarrollo sostenible). Este último objetivo, ha explicado Javier Bayenas, profesor titular de la Universidad Autónoma de Madrid encargado de presentar los datos, es en el que peor vamos.
Como contrapartida hay otros 6 objetivos en color naranja, en los que se avanza, aunque están más cerca del suspenso que del aprobado (pobreza, hambre, educación, desigualdades económicas, paz y justicia; y alianzas); y otros cinco en color amarillo, ya cerca de conseguirlos (salud, igualdad de género, agua y saneamiento, energía; y ciudades sostenibles).
La puntuación más elevada para España es en materia de salud (mermada únicamente por los índices de tuberculosis y el elevado número de fumadores diarios) y en materia de agua y saneamiento, a falta de mejoras en las aguas subterráneas.
Fuente: publico.es/lucía villa @Luchiva
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