El consumo responsable creció un 15% en 2016, doblando el de los dos años anteriores.
A pesar del avance, aún estamos muy lejos de alcanzar las cifras europeas.
El ‘efecto mariposa’ de nuestra cesta de la compra es innegable. La sensibilización sobre el poder del consumidor en la elección de sus compras diarias es la clave que está transformando silenciosamente el mercado desde sus cimientos. Así lo refleja el estudio El poder del consumidor-ciudadano, que afirma que el 80% de los consumidores españoles compra en función de valores que van más allá de la calidad o el precio. Y los datos lo demuestran: el consumo responsable creció un 15% en 2016, doblando el de los dos años anteriores y llegando a ventas que se tradujeron en 40 millones de euros, según el último informe de Comercio Justo en España. Pero a pesar del avance, estamos muy lejos de alcanzar las cifras europeas.
En la víspera del 15 de marzo, Día Mundial de los Derechos del Consumidor, se ha celebrado la presentación del proyecto Escaparate #PorElClima, iniciativa de la Comunidad Por El Clima, que nace cuando «un grupo de entidades nos dimos cuenta de que el Acuerdo de París podía serlo todo o podía no ser nada, abría la puerta a un cambio fundamental, pero que dependía de lo que el conjunto de las sociedades fuéramos capaces de hacer», en palabras de Cristina Monge, directora de Conversaciones de Ecodes. Varias entidades sociales, la administración general del Estado, una asociación empresarial y ONG ambientales son los integrantes del proyecto Comunidad #PorElClima: el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Cruz Roja, Ecodes, WWF España, la Red Española del Pacto Mundial, Fundación Biodiversidad, SEO Bird Life y Grupo Español de Crecimiento Verde.
La Comunidad Por El Clima nace con la pretensión de ser un ejemplo que contagie en positivo y, en esta línea, el Escaparate #PorElClima trata de visibilizar la oferta de consumo responsable y facilitar así las decisiones de compra responsables. En su portal web podemos encontrar un buscador que clasifica los productos incluidos en su base de datos según las diferentes ecoetiquetas y certificaciones.
En Noruega, el 37% de los coches matriculados el año pasado eran coches eléctricos, mientras que España se sitúa en un 0’69%, según ha afirmado el director de Ecodes, Víctor Viñuales, a la vez que ha instado a «dejar de estar en el furgón de cola de Europa en consumo responsable». Mercados como la alimentación, el hogar y la cosmética avanzan también, camino de dar el salto a la sostenibilidad de la mano de un consumidor cada día más empoderado, leyes cada vez más exigentes y empresas responsables que quieren formar parte del cambio y dar respuesta a esa creciente demanda.
«No hay manera de resolver la implementación del Acuerdo de París en España si el consumo no cambia», ha añadido Viñuales, poniendo de nuevo el foco sobre el consumidor. «Estamos aquí porque hemos construido un modelo de producción, desarrollo y consumo que nos lleva a la insostenibilidad, ergo, si queremos salir, tenemos que consumir otras cosas».
La directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargui, ha hecho hincapié en que «necesitamos un nuevo modelo de producción, un nuevo modelo de consumo y de convivencia con nuestro planeta. Todos decidimos todos los días cómo utilizamos la energía de nuestra casa, cómo utilizamos nuestros medios de transporte para llegar al colegio, para llevar a nuestros niños o hacer nuestro plan de ocio». El evento ha clausurado con una mesa de debate en la que han participado Cristina Rodríguez Domingo, responsable de sostenibilidad de Eroski; Juan Carlos Morata, director de Operaciones Comerciales de Leroy Merlín; Agustín Muñoa, director de Vehículo Eléctrico y Movilidad de Renault e Iñigo Larraya, director de RSC y Sostenibilidad de L’Oreal España.
A lo largo de toda la jornada se ha puesto sobre relieve la importancia clave de la cooperación entre los diferentes agentes que conforman nuestra sociedad y nuestra economía. En este sentido, Valvanera Ulargui ha recalcado que «el cambio climático nos interpela a todos sobre qué planeta queremos dejar a las generaciones que vienen. Para ello, sobre todo desde el ámbito de la administración, debemos cumplir unos objetivos que tenemos encima de la mesa, que están asumidos y no pueden dar marcha atrás».
Fuente: Cristina Crespo Garay/ethic.es
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