viernes, 20 de julio de 2018

Autónomos españoles, los que más pagan a la Seguridad Social y menos pensión reciben

La diferencia entre la pensión de asalariados y autónomos es del 27% en España, mientras que la media europea es del 19%.

Cuando se compara el sistema de cotización de los autónomos españoles con los del resto de Europa, lo primero que llama la atención son las bajas o inexistentes cuotas que los trabajadores por cuenta propia europeos pagan a sus respectivos sistemas de Seguridad Social. En Reino Unido o los Países Bajos no se superan los 60 euros mensuales, mientras que en otros países como Portugal ni si quiera se paga esta tarifa y tampoco se paga IVA -se abona un impuesto progresivo de todo lo ingresado anualmente-.
La respuesta que da el Estado a esta situación es que en España las coberturas que tienen los autónomos son mucho mayores a las que existentes en otros países del Viejo Continente. Sin embargo, según la Confederación Intersectorial de Autónomos del Estado Español (CIAE), los trabajadores por cuenta propia españoles son "el colectivo donde se dan los más altos niveles de pobreza de los jubilados de Europa".
La diferencia entre la pensión que tiene un empleado por cuenta ajena y un autónomo es del 27% en España, mientras que la media europea es del 19%. De esta manera, la pensión media en nuestro país es 1.033 euros, mientras que la de un autónomo es de 649 euros. El problema no es que las pensiones españolas sean bajas, ya que son las cuartas más altas de toda la Unión Europea en comparación con los sueldos, sino el sistema en sí.

Los autónomos españoles están entre los jubilados más pobres de Europa por dos motivos: una excesiva cuota a la Seguridad Social y la falta de planes de pensiones privados. Es frecuente que en muchos países europeos las empresas destinen una parte del sueldo de sus empleados al pago de un fondo de pensiones para estos o bien lo hacen ellos mismos.

En el caso del Reino Unido, la pensión pública media es de 550 euros, pero evidentemente los jubilados británicos cobran otras prestaciones privadas. Es decir, en Reino Unido, tanto los trabajadores por cuenta propia como los de por cuenta ajena disponen de más dinero a lo largo de su vida porque pagan menos impuestos. Ese dinero deciden invertirlo en lo que ellos consideren, destinando una parte sustancial de sus ahorros afondos de inversión o planes de pensiones privados. De esta manera, aunque la pensión pública es baja, el nivel de pobreza no lo es porque se ha incentivado el ahorro durante la vida laboral.


Un trabajador que gane 1.000 euros mensuales en Portugal pagaría 3.420 euros, o, lo que es lo mismo, el 28,5% de lo ganado. En Reino Unido, ese mismo trabajador abonaría 624 euros a la Seguridad Social y 1.080 euros correspondientes al 9% de lo ingresado. En Italia pagaría el 23% de lo facturado, en este caso 2.760 euros. En España, solo por Seguridad Social se abonan 3.348 euros más 2.520 euros de IVA. Sin contar el IRPF, los trabajadores por cuenta propia españoles cotizan 5.868 euros de los 12.000 ganados.


Es cierto que en los países citados cambia el régimen según vaya aumentando los ingresos y las coberturas son menores, pero al disponer de más dinero -los autónomos británicos disponen de 10.296 euros de los 12.000 ganados y los españoles solo de 6.131 euros- pueden elegir qué prestaciones pagar por su cuenta, ya sea un seguro médico privado o un fondo de pensiones.


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