La declaración de la Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas para el Cambio Climático celebrada en París en 2015 (COP 21), estableció unos objetivos vinculantes para los 195 países firmantes a través de un plan de acción mundial para limitar el aumento de la temperatura media global por debajo de 2ºC y lo más cerca posible de los 1,5ºC.
En Castilla-La Mancha, los informes elaborados sobre los impactos del
cambio climático han puesto de manifiesto que la temperatura media regional se
ha incrementado 1,4ºC en los últimos 40 años, y que las precipitaciones se han
reducido de manera importante. De forma paralela, se ha incrementado la
frecuencia y la intensidad de fenómenos meteorológicos extremos como tormentas,
sequías, precipitaciones intensas y, especialmente, olas de calor. Estos
cambios en el clima están induciendo respuestas, que cada vez se observan con
mayor frecuencia, en nuestros ecosistemas, en la alteración y disminución de
nuestra biodiversidad y en el propio sistema productivo.
El
cambio climático no entiende de fronteras y las consecuencias derivadas del
mismo ya son palpables a todos los niveles en todas las partes del mundo. Teniendo
en cuenta que España y por tanto Castilla-La Mancha van a ser unas de las zonas
donde los efectos serán más acuciantes, esta institución apuesta decididamente
por llevar a cabo medidas y políticas que limiten estos impactos y que
potencien la resiliencia de la región.
Por
otro lado, la sociedad civil, cada vez más concienciada con el respeto al medio
ambiente y la necesidad de limitar los efectos antropogénicos sobre el medio
natural, está exigiendo a los gobiernos de todo el mundo que lleven a cabo medidas
efectivas para ello.
Reconociendo,
por tanto, la necesidad de dar una respuesta urgente y eficaz a la amenaza
apremiante del cambio climático, de responder a las exigencias de la sociedad y
de cumplir los acuerdos adquiridos a escala internacional, conforme a los
Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, las Cortes de Castilla-La
Mancha, ratifica la presente Declaración de Emergencia Climática con los
siguientes compromisos:
- Contribuir de forma efectiva con sus políticas a
     frenar la amenaza que entraña el cambio climático mediante la reducción de
     gases de efecto invernadero, aprovechando esta oportunidad para transitar
     hacia un modelo de desarrollo sostenible.
 
- Desarrollar la Estrategia Regional de Cambio
     Climático, Horizontes 2020 y 2030 (aprobada por Orden 4/2019, de 18 de
     enero, de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo
     Rural), y revisar la normativa regional para adaptarla para su
     cumplimiento.
 
- Emprender y aprobar las reformas legales y
     medidas necesarias, apostando decididamente por la transición de una
     economía lineal a una circular.
 
- Aprobar las normas que sean precisas sobre cambio
     climático en el marco de la legislación básica estatal, de la Unión
     Europea y de los acuerdos internacionales, con el fin de implementar
     políticas efectivas de reducción de los impactos, la adaptación y la mitigación
     de los gases de efecto invernadero (GEI). En la elaboración se fomentará
     la participación activa de la sociedad y los agentes sociales implicados,
     basándose en los mejores dictámenes científicos.
 
- Fomentar una transición energética justa socialmente
     y responsable con la biodiversidad en el marco de una planificación
     regional basada en el modelo definido en la actual Ley 1/2007, de 15 de
     febrero, de fomento de las Energías Renovables e Incentivación del Ahorro
     y Eficiencia Energética en Castilla-La Mancha, promoviendo su
     modificación, si fuera necesario, para adaptarla a las nuevas exigencias
     de la Unión Europea, fomentando el autoconsumo y reduciendo la demanda de
     energía.
 
- Impulsar el Plan de fomento de las energías
     renovables y el autoconsumo en el sector público de Castilla-La Mancha.
 
- Seguir avanzando en el desarrollo de modelos de
     movilidad sostenible mediante el fomento del transporte público y el uso
     de la bicicleta, así como de vehículos de bajas emisiones.
 
- Apoyar la gestión del territorio frenando la
     erosión y recuperando la tierra fértil y los ecosistemas, protegiendo la
     biodiversidad y reforzando la silvicultura adaptativa y sostenible que
     garantice la conservación de los sumideros de carbono. Y por el papel
     fundamental que desempeñan estos últimos ante el reto climático,
     desarrollar y aplicar políticas para cartografiar, dimensionar, divulgar
     y, en su caso, restaurar los principales sumideros naturales de carbono de
     la región, siempre de acuerdo con otros objetivos para las áreas identificadas.
 
- Aumentar e impulsar las inversiones en
     infraestructuras que garanticen el uso sostenible del agua como recurso
     vital para Castilla-La Mancha, siendo necesario el desarrollo de una nueva
     cultura del agua donde la gestión adecuada y la reducción de la huella
     hídrica puedan garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema productivo
     y el mantenimiento de los ciclos y ecosistemas naturales que garantizan su
     regeneración.
 
- Situar al sector agroalimentario castellano
     manchego como referente en calidad y sostenibilidad, impulsando la
     agricultura ecológica, de proximidad y circuitos cortos de
     comercialización, incentivando su resiliencia y capacidad de adaptación al
     cambio climático a través de la investigación, el desarrollo, la
     innovación. Para ello se presentará atención a la demanda de agua en el
     marco de la normativa europea en esta materia, así como en cuestión de
     biodiversidad, formación y asesoramiento técnico.
 
- Continuar con la mejora de la prevención frente a
     nuevos riesgos derivados de desastres climáticos y reducir los ya
     existentes a través de la aplicación del Marco Sendai para la Reducción
     del Riesgo de Desastres 2015-2030.
 
- Proseguir con los estudios necesarios para
     constatar los efectos y el impacto del cambio climático sobre el medio
     ambiente, la salud o los bienes y reducir su vulnerabilidad.
 
- Fomentar la conciencia social, especialmente en
     edades tempranas, para la sensibilización sobre el cambio climático y sus
     efectos, mediante la implementación de medidas preventivas desde la
     educación.
 
- Identificar y apoyar a los sectores económicos y
     sociales vulnerables, bien por los efectos del cambio climático sobre
     éstos o bien por la transición hacia modelos productivos de bajas
     emisiones, con especial atención al tercer sector y al medio rural, de modo
     que las declaraciones de protección medioambiental no supongan perjuicio
     al desarrollo económico de explotaciones agrícolas y ganaderas, previendo
     posibles mecanismos compensatorios. Se prestará especial atención al
     mantenimiento y fomento del empleo en dichos sectores. Asimismo, se estima
     conveniente una consideración especial de las zonas afectadas por la
     despoblación.
 
- Orientar las acciones de cooperación
     internacional al desarrollo hacia la convergencia con los Objetivos del
     Desarrollo Sostenible y a la Agenda 2030.
 
- Incorporar la perspectiva de género en la lucha
     contra el cambio climático, de modo que mujeres y hombres contribuyamos
     por igual a responder ante este desafío común.
 
- Colaborar y promover este compromiso entre el
     resto de administraciones, otras entidades y agentes, incluidos municipios
     (impulsando su adhesión al Pacto de las Alcaldías por el Clima y la
     Energía Sostenible), diputaciones y mancomunidades para llevar a cabo
     medidas de mitigación y adaptación al cambio climático.
 
- Solicitar a la Conferencia estatal de Presidentes
     que aborden la emergencia climática y biodiversidad
 
 Fuente: tarancondigital.es


 
Aprodel CLM

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