Desde un nuevo y próspero parque marino hasta normas para frenar la contaminación por plásticos: 2022 nos ha dado varios motivos para ser optimistas sobre el futuro del planeta.
El mundo tiene ahora 8000 millones de
personas, según las Naciones Unidas. El hito, alcanzado a finales de
este año, se produce en un momento en el que el cambio climático está alterando
cada vez más la vida en la Tierra tal y como la conocemos.
Los incendios forestales y
las sequías siguen causando
estragos en el Oeste de Estados Unidos y muchas otras partes del
mundo. Las inundaciones destruyen ciudades. Las olas de calor hacen que los
veranos sean mortales. Y las emisiones de gases de efecto
invernadero que empeoran estos desastres van en aumento.
Sin embargo,
no se ha perdido la esperanza para los 8000 millones de habitantes.
La comunidad
científica está creando nuevas formas de coexistencia con la naturaleza, desde
la piratería del genoma de las
plantas hasta la creación de reservas marinas que
protejan a las personas y al planeta. Desde el punto de vista político, el
medio ambiente también ha conseguido algunas victorias importantes este
año.
He aquí seis
victorias medioambientales de 2022.
1. El acuerdo global sobre el clima
aborda una larga injusticia
Algunos de los
países más afectados por el cambio climático son los que menos han hecho para
provocarlo. Por eso, los líderes mundiales que participaron en la conferencia
mundial sobre el clima (la COP27) el pasado
mes de noviembre acordaron un sistema de financiación que
ayudaría a los países en desarrollo a acceder a la ayuda financiera para adaptarse
y recuperarse del cambio climático.
El acuerdo
está siendo aclamado como un reconocimiento histórico de una creciente
injusticia climática mundial. Los países que buscan retribución han visto sus
reclamaciones reforzadas por lo que se denomina "ciencia de la
atribución", es decir, la ciencia que relaciona las tormentas
individuales, las olas de calor y otros desastres meteorológicos con los
cambios climáticos globales.
Por ejemplo,
cuando Pakistán sufrió este verano unas inundaciones mortales y catastróficas,
las investigaciones demostraron que
las inundaciones se habían visto agravadas por el cambio climático. Aunque
Pakistán contribuyó con menos del uno por ciento de las emisiones de carbono
del mundo que propiciaron el desastre, el país tuvo que pagar miles de millones
en daños.
(Relacionado: El cambio climático en
acción: las olas de calor récord en India y Pakistán)
2. Proteger la naturaleza tiene
beneficios sorprendentes para nosotros
Las zonas
marinas protegidas son extensiones del océano que limitan la actividad humana
para proteger las especies animales y vegetales. Los científicos afirman que
estas reservas son importantes para limitar el rápido
ritmo de extinción que se está produciendo como consecuencia
del cambio climático y de actividades humanas como la perforación, la minería y
la navegación.
La mayor
reserva marina del mundo, el Monumento Nacional Marino de Papahānaumokuākea, en
Hawái, ha demostrado que no sólo protege la vida marina dentro de los límites
del parque, sino que también ayuda a que florezca la vida marina que vive fuera
de sus fronteras. Y, como ventaja adicional, también nos ayuda a nosotros.
Un estudio sobre
la reserva publicado este mes de octubre reveló que los barcos que pescan las
lucrativas especies de atún fuera de los límites del parque han capturado más
atún desde la creación del parque. Los científicos creen que estos índices de
capturas son el resultado del "efecto derrame" de las reservas
marinas, es decir, que cuando las poblaciones de peces del parque prosperan, se
"derraman" en las zonas cercanas.
Las pruebas de
que zonas protegidas como éstas pueden beneficiar tanto a las personas como a
la naturaleza demuestran que es posible adoptar formas más sostenibles de hacer
negocios.
(Relacionado: La extinción masiva de los
océanos puede evitarse frenando los combustibles fósiles)
3. Estados Unidos hace una inversión
histórica en la lucha contra el cambio climático
En Estados
Unidos, la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) supuso una victoria política
para el planeta. Firmada como ley en agosto, la IRA invirtió el equivalente a 369
000 millones de euros en proyectos de energía limpia e incentivos para
tecnologías de eficiencia energética, como los vehículos eléctricos.
"Se trata
de la ley estadounidense más importante para el clima de la historia",
declaró entonces Richard Newell, director ejecutivo de Resources for the
Future, una organización sin ánimo de lucro dedicada a la investigación
energética, al
reportero de National Geographic Craig Welch.
El análisis
científico del proyecto de ley demostró que podría ayudar a Estados Unidos a
realizar una transición más rápida hacia las energías renovables. Al final de
la década, el 81% de la energía del país podría proceder de fuentes como la
eólica y la solar. El proyecto de ley también
introdujo discretamente la primera tasa del país sobre un gas de efecto
invernadero: el metano, una
fuente de contaminación que calienta el planeta con más potencia que el dióxido
de carbono.
(Relacionado: Una ley revolucionaria para
reducir las emisiones de metano y ayudar al cambio climático)
4. Hackear el poder tecnológico de
las plantas
A medida que
los seres humanos bombean más contaminación por dióxido de carbono a la
atmósfera, las plantas (desde las hierbas de las praderas hasta los árboles de
la selva tropical) desempeñan un papel esencial en la eliminación de ese
carbono del aire y su almacenamiento bajo tierra. Gracias a la tecnología de
edición de genes CRISPR, varios científicos se están embarcando en un proyecto
de investigación de 11 millones de euros para intentar piratear la fotosíntesis
y extraer el carbono del aire de forma más eficiente.
Además del almacenamiento de carbono, la comunidad
científica también está cambiando la forma de cultivar las plantas para la
alimentación. Vivir en un planeta cada vez más poblado significa que
necesitaremos nuevas formas de alimentar a más personas con alimentos
nutritivos cultivados en menos espacio. Para ello, los científicos están dando
pasos en el campo de la innovación alimentaria que rivalizan con la ciencia
ficción.
Una investigación publicada
en junio demostró que era posible cultivar algunas plantas comestibles (como algas, levaduras
comestibles y setas) sin necesidad de realizar la fotosíntesis. Este prometedor
primer paso en el cultivo de alimentos en la oscuridad podría ser útil para los
astronautas que viajan por el espacio o como idea para hacer que los cultivos
crezcan de forma más eficiente en la Tierra.
Los
científicos también están construyendo invernaderos experimentales en el fondo
del mar para conservar el agua y la energía. Las fotografías publicadas recientemente por
el fotógrafo Luca Locatelli muestran una granja submarina en Italia.
5. La lucha contra el plástico
El plástico
está en todas partes: en el agua, en el aire e incluso en la sangre. Por eso,
los Gobiernos, tanto a nivel internacional como local, intentan
frenar la cantidad de plástico que llega al medio ambiente.
En marzo, 175
delegados de las Naciones Unidas acordaron negociar un tratado
mundial para el año 2024 que frenaría el flujo de plásticos. El
tratado obligaría legalmente a los países a limpiar su contaminación por
plástico, un marco más estricto que las reducciones voluntarias de emisiones
que los países hacen en el marco del Acuerdo Climático de París.
Y en junio, California aprobó una ley
de plásticos que cambiará las reglas del juego y que pretende
reducir la cantidad de plástico en los productos de un solo uso en una cuarta
parte durante los próximos 10 años. Restringir la producción, en lugar de
mejorar la reciclabilidad, es un cambio significativo en la forma en que los
Gobiernos abordan la contaminación del plástico.
6. Encontrar formas de proteger (y
restaurar) la naturaleza
En los
arrecifes de coral tropicales de Hawái, la naturaleza está encontrando una forma
de adaptarse al cambio climático. Según una investigación publicada
en marzo, dos especies comunes de coral pueden vivir con éxito en temperaturas
oceánicas más cálidas. Esta adaptación ofrece la esperanza de que los
arrecifes, que sufren una mortandad masiva durante las olas de calor, puedan
sobrevivir al aumento de las temperaturas.
(Relacionado: Los arrecifes de coral se
mueren: estos son los planes de los científicos para salvarlos)
Mientras
tanto, los seres humanos están echando una gran mano a la naturaleza a través
del movimiento de rewilding (o retorno a lo salvaje).
La repoblación forestal se define en términos generales como el proceso de
recuperación de especies vegetales y animales perdidas. Escocia, que se
ha comprometido a convertirse en la primera "nación resilvestrada"
del mundo, está devolviendo a la vida bosques que se han perdido durante
siglos.
En California
y Luisiana (Estados Unidos), se está permitiendo a la naturaleza corregir su
propio curso. Una agencia federal de energía aprobó recientemente un plan
para demoler cuatro presas a lo largo del río Klamath inferior
de California para restaurar los hábitats críticos del salmón. En la costa del
Golfo, Luisiana dio un paso
importante en su plan para alterar el caudal del delta del río
Misisipi y desviar los sedimentos del río aguas abajo, un último esfuerzo para restaurar
la costa del estado que está desapareciendo.
(Relacionado: Hacia lo salvaje: así se
está repoblando la fauna y flora del Reino Unido)
En nuestro radar para 2023: nuevas
normas sobre el agua potable.
La Agencia de
Protección Medioambiental de Estados Unidos tiene hasta finales de año para
proponer una nueva norma sobre el agua potable que aborde las sustancias
químicas denominadas PFAS.
Abreviatura de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, las PFAS
son técnicamente una clase de sustancias químicas que incluye hasta 9000
iteraciones diferentes de la sustancia. Se encuentran en artículos domésticos
cotidianos: chubasqueros, alfombras, cortinas, sartenes antiadherentes. Pero
los estudios demuestran que la mayoría de nosotros también los tenemos en la
sangre, y apenas estamos empezando a conocer las consecuencias para la salud a
largo plazo. La norma de la EPA regularía dos tipos de PFAS llamados PFOS
y PFOA.
Una norma
para el agua potable sería un paso importante hacia la
regulación de los PFAS en el agua del grifo y una victoria medioambiental para
el próximo año.
Fuente: Sarah Gibbens
- https://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/2022/11/buenas-noticias-para-el-medio-ambiente-que-nos-deja-2022-esperanza
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