La logística se enfrenta a un doble desafío: la sostenibilidad y la captación de profesionales especializados. Según señala un reciente informe de ManpowerGroup, el 78% de las empresas de la cadena de suministro asegura tener dificultades para encontrar a los empleados que necesita. Existe, por tanto, lo que se conoce como un desajuste de talento.
Por segundo año consecutivo, ocho de cada diez compañías españolas del sector reconocen la complejidad en la que se ven inmersas a la hora de cubrir los puestos de trabajo que ofrecen. Por tanto, hay una brecha entre la demanda y la oferta laboral que ya urge revertir.
Cabe recordar de dónde venimos. Tal como apunta Miquel
Roselló, director de Executive Education en EADA Business School, "hemos
pasado por una pandemia, nos metemos en una guerra en Europa, la crisis de
suministros, la alta inflación, se encarecen los precios y a esto se suma el
reto de la sostenibilidad. Cada vez necesitamos más estrategias" y esto
pasa por captar "talento cualificado, desde abajo hasta las posiciones de
liderazgo".
El sector de la logística y el transporte continúa
creciendo (el año pasado lo hizo por encima del 4,5%, según los datos
publicados recientemente por la EPA) y dicho incremento está llamado a
multiplicarse con la irrupción de nuevos sistemas digitales que harán que el
servicio sea cada vez más eficaz y sostenible. Así, por ejemplo, se estima que
con la automatización y digitalización de la cadena de suministro los costes se
reducirán a la mitad en 2030.
No obstante, para el desarrollo de este innovador
panorama es vital que los profesionales implicados se ajusten a las nuevas
necesidades. Tal como desvela el estudio 'Desajuste de talento 2023', entre las
competencias técnicas más requeridas destacan las relacionadas con tecnologías
de la información, datos, ingeniería, atención al público, manufactura, ventas
y márketing. Aparte, cada vez se tienen más en cuenta las habilidades blandas
(las famosas soft skills). Las más buscadas son la resiliencia y adaptabilidad,
la capacidad de trabajar en equipo, la fiabilidad, la habilidad para resolver
problemas y la proactividad.
En palabras de Roselló, "tradicionalmente, el sector
de la logística ha sido y es muy dinámico y resiliente, pero no siempre ha
tenido esa capacidad de incorporar el talento adecuado, quizás porque es un
área que no resulta tan glamurosa, aunque los retos son tremendos". En
este sentido, agrega el experto, sería interesante que "los puestos
directivos gozaran de mayor comprensión del negocio, más capacidad de
influencia y liderazgo tanto para atraer como para fidelizar
trabajadores", de modo que estos se sientan implicados y motivados para
aportar en el equipo.
Se trata de trazar líneas estratégicas en las que el
motor sea la formación de los profesionales del sector. "Es importante
garantizar la actualización de conocimientos para entender y abrazar la
tecnología y también para conseguir que la empresa sea más sostenible".
Aumentar sus competencias hará que la brecha entre la oferta y la demanda se
acorte y garantizará incluso mejores resultados en la cadena de suministro.
El informe de ManpowerGroup también hace hincapié en la
formación como herramienta de fidelización. Según sus conclusiones, con el fin
de alcanzar mayor competitividad, siete de cada diez empresas están
considerando la actualización de conocimientos de sus profesionales en
competencias digitales y transversales y en técnicas de gestión estratégica.
Habría que añadir la necesidad de incluir en las
condiciones de trabajo, tal como destaca el directivo de EADA: "Con
horarios más flexibles y mayores prestaciones".
Expertos en sostenibilidad
Muchos de los perfiles más demandados por el sector
logístico están relacionados con la sostenibilidad de las empresas: consultor
de logística sostenible, especialista en movilidad sostenible o en emisiones
logísticas, técnico de proyectos en adecuación de envases a la economía
circular, coordinador de residuos o director de medio ambiente. Todos ellos
están llamados a jugar un papel clave en la transformación de las compañías y
la consecución de la neutralidad en carbono en 2050.
Por fortuna, la industria logística también disfruta de
grandes oportunidades de mejora. Por ejemplo, invirtiendo en tecnologías y
procesos capaces de reducir la huella de carbono e impulsando el uso de
combustibles alternativos para el transporte por carretera, mar y aire. Del
mismo modo, cada vez es más frecuente el uso de bicicletas y automóviles
eléctricos o híbridos en las cadenas de suministro.
Sin embargo, los avances no van todo lo rápido que sería
deseable. A modo de ejemplo, basta con rescatar las conclusiones de algunas
encuestas. May López Díaz, directora de Desarrollo en Empresas por la Movilidad
Sostenible, resalta el coste ambiental que suponen algunas de las más exitosas
campañas de venta. Por ejemplo, el 50% de los artículos que se compran durante
el Black Friday se devuelven. Y durante las navidades y las rebajas, las
devoluciones llegan a duplicarse.
"Esto se traduce en ineficiencias y
sobreproducciones que tienen un impacto negativo sobre el medio ambiente por
traer consigo un aumento de emisiones generadas por las entregas, más residuos
de productos y embalajes, un alto impacto ambiental, una mayor congestión en
las ciudades y peor calidad del aire que respiramos todos, compremos o no
durante estas campañas". En definitiva, aunque toda la industria desea
obtener los máximos beneficios, es de vital importancia seguir creando
conciencia empresarial para impulsar una logística más sostenible.
Fuente: expansion.com/especiales
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