Es la habilidad de una empresa para responder de forma rentable a todos los públicos de interés con los que se relaciona, empezando por los más importantes: sus empleados.
Se habla mucho, cada vez más, de Responsabilidad Social Corporativa. A veces se la denomina Responsabilidad Social Empresarial, RSC, RSE… Y es importante para la sociedad, para todos nosotros, que se hable de RSC y sobre todo que se convierta en una estrategia real y general de los negocios. De los grandes y de los pequeños negocios. Pero, ¿realmente tenemos claro qué es la RSC? Dependiendo de dónde preguntemos, en general parece que no.
A veces por desconocimiento y otras por intereses de quienes la usan mal, lo cierto es que en bastantes ocasiones se llama Responsabilidad Social Corporativa a conceptos que no lo son, aunque sí formen parte de ella. La comunicación corporativa no es RSC. La acción social no es RSC. El marketing no es RSC. La reputación no es RSC. La protección ambiental no es RSC. Los patrocinios, becas, cátedras… no son RSC… Ni siquiera el compromiso social aislado es RSC. ¿Y entonces qué es? La suma de todo sí que empieza a dar forma a la RSC.
Hace algún tiempo hice el interesante ejercicio de comparar e integrar varias definiciones de RSC de instituciones y organizaciones de referencia a nivel internacional. Salió una definición propia bastante completa: la Responsabilidad Social Corporativa es una herramienta de gestión con la que las organizaciones toman conciencia de las consecuencias positivas y negativas que tiene su actividad, garantizan el cumplimiento legal de sus obligaciones y se comprometen de forma voluntaria con la mejora de sus resultados económicos, sociales y ambientales como estrategia de crecimiento y futuro de la propia organización.
Es una definición muy completa. Pero hay otra definición más corta y fácil de explicar, y lo que es más importante, más fácil de aplicar: La Responsabilidad Social Corporativa de una empresa o responsabilidad, es su habilidad para responder de forma rentable a todos los públicos de interés con los que se relaciona, empezando por los más importantes: sus empleados. Conviene aquí no olvidar que el acto de responder es parte de una habilidad muy básica que se llama comunicación y que es imposible evitar.
¿Y cuáles son los públicos de interés con los que tu empresa debe ser hábil respondiendo? Para identificarlos, fíjate en aquellos que pueden tumbar tu negocio y en aquellos que son fundamentales para mantenerlo en pie, y esos son los principales: clientes, proveedores, inversores, comunidades vecinas… y por supuesto, antes que nadie, tu gente, los trabajadores.
Cuando una empresa cuida la comunicación con sus empleados, trabaja la alineación en valores compartidos y hace una gestión "responshábil" de personas, atrae y retiene el talento, y aumenta la motivación de su gente, generando equipos interdependientes y de alto rendimiento.
Además, cuando comunicándose escucha a todos sus públicos de interés consigue algo muy importante en la gestión empresarial: adelantarse a los posibles problemas o conflictos y gestionar mejor los riesgos.
Aún hay más beneficios que se derivan de la RSC: la fidelización de clientes y proveedores; nuevas ideas y oportunidades que llegan del entorno; mejor reputación; mejor imagen… Y todo esto se traduce en mayor rentabilidad, porque si no es así, no es RSC.
A veces por desconocimiento y otras por intereses de quienes la usan mal, lo cierto es que en bastantes ocasiones se llama Responsabilidad Social Corporativa a conceptos que no lo son, aunque sí formen parte de ella. La comunicación corporativa no es RSC. La acción social no es RSC. El marketing no es RSC. La reputación no es RSC. La protección ambiental no es RSC. Los patrocinios, becas, cátedras… no son RSC… Ni siquiera el compromiso social aislado es RSC. ¿Y entonces qué es? La suma de todo sí que empieza a dar forma a la RSC.
Hace algún tiempo hice el interesante ejercicio de comparar e integrar varias definiciones de RSC de instituciones y organizaciones de referencia a nivel internacional. Salió una definición propia bastante completa: la Responsabilidad Social Corporativa es una herramienta de gestión con la que las organizaciones toman conciencia de las consecuencias positivas y negativas que tiene su actividad, garantizan el cumplimiento legal de sus obligaciones y se comprometen de forma voluntaria con la mejora de sus resultados económicos, sociales y ambientales como estrategia de crecimiento y futuro de la propia organización.
Es una definición muy completa. Pero hay otra definición más corta y fácil de explicar, y lo que es más importante, más fácil de aplicar: La Responsabilidad Social Corporativa de una empresa o responsabilidad, es su habilidad para responder de forma rentable a todos los públicos de interés con los que se relaciona, empezando por los más importantes: sus empleados. Conviene aquí no olvidar que el acto de responder es parte de una habilidad muy básica que se llama comunicación y que es imposible evitar.
¿Y cuáles son los públicos de interés con los que tu empresa debe ser hábil respondiendo? Para identificarlos, fíjate en aquellos que pueden tumbar tu negocio y en aquellos que son fundamentales para mantenerlo en pie, y esos son los principales: clientes, proveedores, inversores, comunidades vecinas… y por supuesto, antes que nadie, tu gente, los trabajadores.
Cuando una empresa cuida la comunicación con sus empleados, trabaja la alineación en valores compartidos y hace una gestión "responshábil" de personas, atrae y retiene el talento, y aumenta la motivación de su gente, generando equipos interdependientes y de alto rendimiento.
Además, cuando comunicándose escucha a todos sus públicos de interés consigue algo muy importante en la gestión empresarial: adelantarse a los posibles problemas o conflictos y gestionar mejor los riesgos.
Aún hay más beneficios que se derivan de la RSC: la fidelización de clientes y proveedores; nuevas ideas y oportunidades que llegan del entorno; mejor reputación; mejor imagen… Y todo esto se traduce en mayor rentabilidad, porque si no es así, no es RSC.
De todo esto vamos a compartir información, formación y opinión aquí. El objetivo es apoyar el desarrollo de la Responsabilidad Social Corporativa como herramienta de gestión imprescindible que puede cambiar el mundo, como dice las Naciones Unidas. Y de paso colaborar en el impulso de empresas responsables y empresarios responshábiles. Por una sociedad mejor. Por todos.
Fuente: huelvainformacion.es
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