El
Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha sacado a información pública el II Plan Nacional
de Adaptación al Cambio Climático (PNACC), que incluye 81
líneas de acción a desarrollar por parte de los diferentes sectores
socioeconómicos del país.
El objetivo del plan
es construir una economía y una sociedad más seguras y menos vulnerables a los
impactos y riesgos del cambio climático, anticipándose a lo proyectado por la
Ciencia.
En España, el impacto
del cambio climático es cada vez más evidente. La temperatura media en el
conjunto del territorio ha subido alrededor de 1,7ºC desde la época
preindustrial, el verano se ha alargado cinco semanas con respecto a comienzos
de la década de los ochenta y la extensión de zonas con clima semiárido ha
aumentado más de 30.000 km2 en un plazo de 20 años.
Sectores clave de
nuestra economía, como la agricultura, la silvicultura, el turismo o el
transporte, dependen estrechamente del clima. También otros muchos campos
esenciales para nuestro bienestar, como la salud humana, la biodiversidad o la
vivienda. "Clima, naturaleza y biodiversidad están estrechamente
conectados, pero sabemos también que el modo en el que vivimos, las
infraestructuras, los espacios comunes en las ciudades, la salud, la economía y
los sectores productivos dependen enormemente del estado de salud del
clima", ha señalado la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición
Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.
Por eso, apunta
Ribera, es necesario "reflexionar sobre cuál es el mejor modo de construir
resiliencia frente a los impactos del cambio climático, mejorar nuestra
capacidad de anticipación e identificar cuáles son las mejores orientaciones
para los distintos sectores de nuestra actividad económica si queremos
construir una economía sólida y una sociedad inclusiva".
Hoja de ruta frente a
los riesgos
Este nuevo PNACC, que cubre el horizonte temporal 2021-2030, tiene como
principal objetivo establecer una hoja de ruta que dé respuesta a las
crecientes necesidades de adaptación al cambio climático en España, con el fin
último de evitar o reducir los riesgos económicos, sociales y ecológicos y
favorecer una mejor preparación para la recuperación tras los impactos.
Además, con las políticas de adaptación no
sólo evitaremos o minimizaremos daños; también aportaremos mayor estabilidad
económica y social y nuevas oportunidades, ya que las inversiones en una
adaptación planificada, ya sean públicas o privadas, pueden crear nuevas
actividades económicas y posibilidades de empleo, reduciendo la incertidumbre
asociada al cambio del clima. También generan efectos positivos adicionales en
la conservación de la biodiversidad, la protección de la salud o la propia
mitigación del cambio climático
El PNACC es un instrumento de planificación
básico para promover la acción coordinada y coherente, desde una perspectiva
transversal, multilateral (desde distintos sectores) y multinivel (diferentes
escalas territoriales), de medidas ante los riesgos y amenazas que presenta el
cambio climático en los diferentes ámbitos de la sociedad.
Anticipar y minimizar daños
Sin perjuicio de las competencias que
correspondan a las diversas Administraciones Públicas, el PNACC define
objetivos, criterios, ámbitos de aplicación y acciones para construir
resiliencia, anticipar y minimizar daños, y definir las orientaciones para los
sectores y la sociedad.
En concreto, este nuevo plan define y
describe, en forma de fichas, 81 líneas de acción sectoriales encuadradas en 18
ámbitos de trabajo, entre los que destacan clima y escenarios climáticos, salud
humana, agua y recursos hídricos, biodiversidad y áreas protegidas, forestal,
desertificación, caza y pesca continental y agricultura, ganadería, pesca y
alimentación.
A ellos se suman
otras áreas como costas y medio marino, ciudad, urbanismo y vivienda,
patrimonio cultural, energía, movilidad y transporte, industria y servicios,
turismo, sistema financiero y actividad aseguradora, reducción del riesgo de
desastres, investigación e innovación, educación y sociedad y paz, seguridad y
cohesión social.
La cantidad y
diversidad de líneas de acción refleja la complejidad de los niveles de
desarrollo de la adaptación en los diferentes ámbitos, así como las
percepciones y sistemas de gobernanza existentes en cada sector. Estas líneas
establecen el marco en el que se ubicarán las medidas concretas, que se
definirán a través de programas sectoriales y de trabajo.
Líneas de acción
transversales
Además de las
instrucciones sectoriales, el plan propone siete líneas de trabajo claves para
que sean transversales a todos los ámbitos:
·
Vulnerabilidad territorial y social. Puesto que los
eventos extremos afectan de manera muy desigual tanto social como
territorialmente, en todos los sectores se fomentarán los análisis geográficos
en los estudios de riesgos, así como el desarrollo de planes de adaptación para
espacios muy vulnerables y se dará apoyo a las políticas de adaptación de
organizaciones con base territorial. Además, en el ámbito social, se
identificarán los grupos y comunidades con mayor nivel de riesgo y se
desarrollarán respuestas adaptativas según los niveles de vulnerabilidad.
·
Efectos transfronterizos. La adaptación no es un tema
local o nacional, los impactos del cambio climático fuera del país pueden afectar
en España. Por ello, el Plan prevé la identificación de las cadenas de impactos
que conecten espacios más allá de las fronteras y la definición de estrategias
para reducir los riesgos.
·
Enfoque de género. Dado que cambio climático no afecta
de igual manera a hombres y mujeres, el PNACC analizará los datos de
exposición, vulnerabilidad e impactos desagregados entre géneros; considerará
las diferencias de percepción de riesgo y comportamientos, y fomentará el papel
de las mujeres como agentes y líderes del cambio.
·
Prevención de la mala adaptación e incentivos
perversos. El Plan contempla la creación de listas de control para el chequeo
de las potenciales medidas de adaptación, la evaluación de sus efectos sociales
y su huella ecológica y la incorporación de criterios para prevenir la llamada
"mala adaptación" en las ayudas públicas.
·
Costes y beneficios de adaptación e inacción. Habrá
una estimación de los costes y los beneficios de la acción y la inacción, y las
conclusiones se considerarán en la toma de decisiones.
·
Orientación a la acción. Se valorarán las opciones de
adaptación basadas en el análisis de riesgos, se planificarán y se aplicarán
las medidas concretas y se realizará un seguimiento y evaluación para mejorar
continuamente en todos los sectores.
Refuerzo de los
instrumentos de información y seguimiento
El borrador del Plan
refuerza de forma notable los instrumentos de información y seguimiento de las
políticas públicas de adaptación y del propio plan, en el que incluye:
·
Informes sobre riesgos climáticos: informes globales
que tienen la función de sintetizar y proporcionar una panorámica actualizada
del conocimiento relativo a los riesgos derivados del cambio climático en
España.
·
Informes sectoriales de adaptación: son análisis del
estado de la cuestión en relación con alguno de los ámbitos o subámbitos de
trabajo propios del PNACC. Estos informes se podrán elaborar a solicitud del
Gobierno o del Congreso de los Diputados.
·
Informes de Seguimiento del PNACC: son recopilaciones
informativas, de libre acceso, que reúnen información sobre las acciones
desarrolladas en el marco del PNACC en un periodo de tiempo definido, así como
las conclusiones, retos y perspectivas de futuro.
Y por primera vez, el
Plan recoge una colección inicial de 28 indicadores que deberá aportar una
visión dinámica de los efectos derivados del cambio climático y los progresos
obtenidos en materia de adaptación, facilitando la mejora continua de las
políticas y medidas. Se incluyen, por ejemplo, indicadores de impacto del
cambio climático en la salud, de daños económicos por tormentas costeras,
índice de explotación de agua sobre el recurso existente…
Proceso de evaluación
Esta segunda versión del PNACC surge tras una
evaluación en profundidad del primer plan, aprobado en 2006 y considerado
pionero en Europa, al tratarse del segundo documento de planificación en
materia de adaptación de ámbito nacional, tras la Estrategia de Adaptación de
Finlandia (2005).
El proceso de evaluación se inició
formalmente en febrero de 2018, con la constitución de un grupo asesor formado
por expertos de diferentes ámbitos que analizaron y recogieron una serie de
aportaciones y novedades en el campo de la adaptación, que ha dado como fruto
una recopilación de 38 recomendaciones concretas que han servido como base para
el nuevo documento.
La evaluación identificó algunos logros
importantes de la aplicación del Plan de 2006, destacando que "ha
permitido situar la adaptación en las agendas de las instituciones, tanto en el
ámbito estatal como en el autonómico y el local". Hoy, la adaptación ya
está ocupando su propio espacio en las diferentes políticas públicas, planes y
estrategias puestos en marcha en casi todos los territorios autonómicos y en
muchos ayuntamientos.
Además, ha ayudado a canalizar recursos
económicos y técnicos hacia la adaptación, haciendo posible avanzar en la
generación de conocimiento, la movilización de actores, la sensibilización de
la sociedad y la progresiva concienciación sobre la necesidad de adaptar los
diferentes sectores y territorios geográficos ante la crisis climática.
Ha contribuido a la movilización de actores
relevantes en materia de adaptación, incorporándoles al debate público sobre la
materia y abriendo espacios para la reflexión, el intercambio, el aprendizaje
mutuo y el trabajo conjunto. Y ha facilitado proyecciones regionalizadas de
cambio climático para el siglo XXI, correspondientes a diferentes escenarios de
emisión, accesibles a cualquier persona interesada a través del visor de
escenarios de cambio climático, resultado del trabajo de la Oficina Española de
Cambio Climático, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Fundación Biodiversidad y
al que se puede acceder en este enlace.
El nuevo Plan Nacional de Adaptación al
Cambio Climático 2021-2030 forma parte de una serie de instrumentos de
planificación en materia de energía y clima orientados conjuntamente a evitar o
reducir los peores efectos del cambio climático, entre los que destacan el
anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, la Estrategia
a Largo Plazo para una Economía Moderna, Competitiva y Climáticamente Neutra en
2050 y el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. Los tres documentos
incluyen la adaptación al cambio climático y poseen conexiones con el nuevo
PNACC.
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