El
Consejo de Ministros ha aprobado la Estrategia Española de Economía Circular
(EEEC) ―"España Circular 2030"―, que sienta las bases para superar la
economía lineal e impulsar un nuevo modelo de producción y consumo en el que el
valor de productos, materiales y recursos se mantengan en la economía durante
el mayor tiempo posible; en el que se minimice la generación de residuos y se
aprovechen al máximo aquellos cuya generación no se haya podido evitar.
"España Circular
2030" marca objetivos para esta década que permitirán, entre otros,
reducir en un 30% el consumo nacional de materiales, mejorar un 10% la
eficiencia en el uso del agua y recortar un 15% la generación de residuos
respecto a 2010, lo que posibilitará situar las emisiones de gases de efecto
invernadero del sector residuos por debajo de los 10 millones de toneladas en
2030.
Su ejecución se materializará a través de sucesivos
planes de acción trienales, que recogerán las medidas concretas a desarrollar
por la Administración General del Estado para implementar actuaciones en economía
circular en España. El primero de ellos será presentado a
finales de 2020 y abarcará el período 2021-2023.
La Estrategia es uno de los elementos clave del Marco de
Economía Circular, uno de los proyectos del Gobierno que pretende ser palanca
para la recuperación económica tras la crisis sanitaria del COVID-19. Junto a
ella, el Ejecutivo ha aprobado el anteproyecto de
Ley de Residuos y Suelos Contaminados que abordará también
el reto de los plásticos de un solo uso, y un real decreto que mejora la
trazabilidad y el control de los traslados de residuos.
A nivel nacional, la adopción de la EEEC estaba prevista
en la Declaración de Emergencia Climática y ambiental aprobada en enero de
2020, que la incluye entre las líneas prioritarias de actuación, y es coherente
con el proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que fija un
objetivo de alcanzar la neutralidad climática a más tardar en 2050.
Además, entronca con las principales iniciativas
internacionales en materia ambiental, como la Agenda 2030 para el desarrollo
sostenible o el Acuerdo de París sobre el cambio climático, así como con los
postulados del Pacto Verde Europeo y de los dos Planes de Acción de la Comisión
Europea en esta materia.
La estrategia contribuye así a los esfuerzos de España
por lograr una economía sostenible, descarbonizada, limpia y eficiente en el
uso de los recursos y competitiva. Un enfoque consecuente con hacer posible una
transición justa y solidaria hacia un nuevo modelo que promueva la protección
del medio ambiente y la transformación del sistema productivo y, al mismo
tiempo, el progreso, el bienestar social y la igualdad de género.
La consecución del reto de lograr la transición hacia la
economía circular requiere de la colaboración, participación e implicación de
toda la sociedad, no solo de las Administraciones Públicas sino también de
todos los sectores económicos ―fabricación, producción, distribución y gestión
de residuos―, que han de incorporar la innovación como elemento clave para la
consecución de los objetivos propuestos. Además, la Estrategia prevé que
jueguen un papel central los agentes sociales y, muy especialmente, los
consumidores y ciudadanos, cuyas decisiones de compra de productos, así como su
compromiso con la separación de residuos, son fundamentales.
Objetivos
Se estima que nuestro país necesita más de dos veces y
media su superficie para abastecer las necesidades de nuestra economía. Además
de los impactos ambientales que esto comporta, los datos demuestran la
ineficiencia del modelo y la dependencia agravada del exterior, que hacen a
nuestra economía más dependiente y vulnerable y menos competitiva.
España Circular 2020 marca los siguientes objetivos para
el año 2030:
•Reducir en un 30% el consumo nacional de materiales en
relación con el PIB, tomando como año de referencia el 2010.
•Disminuir la generación de residuos un 15% respecto de
lo generado en 2010.
•Reducir la generación residuos de alimentos en toda
cadena alimentaria: 50% de reducción per cápita a nivel de hogar y consumo
minorista y un 20% en las cadenas de producción y suministro a partir del año
2020, contribuyendo así a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
•Incrementar la reutilización y preparación para la
reutilización hasta llegar al 10% de los residuos municipales generados.
•Mejorar un 10% la eficiencia en el uso del agua.
•Reducir la emisión de gases de efecto invernadero por
debajo de los 10 millones de toneladas de CO2 equivalente.
Sectores
Aunque la Estrategia de Economía Circular está dotada de
un carácter transversal, identifica seis sectores prioritarios: construcción,
agroalimentario, pesquero y forestal, industrial, bienes de consumo, turismo y
sector textil y confección. En particular, es fundamental aprovechar las
oportunidades que ofrece la economía circular para desarrollar una industria
española centrada en el reciclaje.
En este marco el reto es preparar el mercado de trabajo
para la transición a una economía circular y baja en emisiones, tanto desde la
perspectiva de los trabajadores, adaptando sus capacidades y habilidades a las
nuevas demandas del mercado a través de las políticas activas del mercado de
trabajo, como desde la perspectiva de las empresas y Administraciones Públicas,
adaptando la cultura empresarial a los principios de la responsabilidad social
empresarial, y garantizando las condiciones de seguridad y salud en los puestos
de trabajo afectados por el cambio a la economía circular.
Además, debe hacerse de forma que permita a las empresas
ser eficientes sin incurrir en cargas excesivas, mejorando su productividad,
capacidad de contratar, sus inversiones y sus oportunidades de
internacionalización.
Principios,
líneas de actuación y políticas para el cambio
Los principios generales que inspiran esta Estrategia
son: protección y mejora del medio ambiente; acción preventiva;
descarbonización de la economía; el principio de "quien contamina
paga"; protección de la salud; racionalización y eficiencia; cooperación y
coordinación entre las Administraciones Públicas; participación pública;
desarrollo sostenible, solidaridad entre personas y territorios; integración de
los aspectos ambientales en la toma de decisiones; mejora de la competitividad
de la economía y generación de empleo de calidad.
Teniendo en cuenta estos principios, se establecen ocho
líneas principales de actuación sobre los que se focalizarán las políticas e
instrumentos de la Estrategia de Economía Circular y sus correspondientes
planes de actuación. Cinco de ellas relacionadas con el cierre del círculo:
producción, consumo, gestión de residuos, materias primas secundarias, y
reutilización del agua. Y las tres restantes, con carácter transversal: Sensibilización
y participación, Investigación, innovación y competitividad, y Empleo y
formación.
España Circular 2030 señala, como políticas clave para
avanzar en economía circular, la política económica, de fiscalidad, empleo,
I+D+i, de consumo, la política industrial, del agua, agraria y de desarrollo de
áreas rurales.
Modelo
organizativo
El enfoque multidisciplinar e inclusivo de la Estrategia
requiere incorporar la perspectiva de las diferentes Administraciones y
unidades para que mantenga una visión completa y transversal en las políticas
sectoriales implicadas así como de los agentes sociales y económicos De este
modo, la EEEC plantea un modelo organizativo conformado por varios comités:
Una Comisión Interministerial de Economía Circular, con
representantes de los ministerios afectados, a la que le corresponderá evaluar
y hacer las propuestas sobre las políticas y medidas a incorporar en las
políticas sectoriales, así como realizar el seguimiento y evaluación de los
sucesivos planes de acción en materia de economía circular, y en definitiva de
la Estrategia; un grupo de trabajo en el seno de la Comisión de coordinación en
materia de residuos, con representantes autonómicos y locales, como
administraciones con potestad para completar la legislación básica y ejecutar
tales medidas; y un Consejo de Economía Circular, como espacio de colaboración
público-privada con todos los agentes económicos y sociales y otros sectores
implicados en el cambio de modelo.
La EEEC recoge también un conjunto de indicadores para evaluar
su grado de implantación, que se corresponden con los adoptados a nivel
europeo, dado que va a ser el marco con el que se puede comparar nuestro avance
con respecto al resto de Estados miembros, al que se añade la contribución del
sector residuos a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
En definitiva, España Circular 2030 se configura como un
documento marco que permitirá a nuestro país avanzar hacia una economía
circular a través de la puesta en marcha de distintos planes de acción. Esto
permitirá que, conforme se vayan ejecutando las diferentes acciones, se vayan
evaluando sus efectos y, en su caso, se puedan realizar los ajustes necesarios
para conseguir los objetivos previstos tanto en los planes de acción como, en
definitiva, en la Estrategia para 2030.
Fuente: elderecho.com
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