El momento neo-keyneisano que surge en Occidente como reacción ante las terribles consecuencias socio-económicas de la pandemia de la covid-19 ofrece un escenario de inversión pública masiva en áreas estratégicas como el cambio climático, la digitalización, las infraestructuras y la innovación.
Respecto a esto último, los poderes públicos tienen una gran oportunidad para gestionar correctamente el desarrollo basado en distritos de innovación y evitar que replique los problemas que generó y genera el neoliberalismo urbano centrado en la construcción de megaproyectos.
Los innodistritos (distritos de innovación) deben diseñarse para mitigar
los impactos ambientales. Alcanzar niveles aceptables de sostenibilidad
ambiental ha de ser una prioridad para los planeadores, líderes políticos y
empresariales y otros stakeholders.
Los objetivos de desarrollo económico y regeneración urbana
son evidentes en los innodistritos. De hecho, Read y Sanderford nos dicen que
los aspectos económicos son percibidos por los stakeholders en
innodistritos como los únicos relevantes para asegurar el éxito del proyecto.
Sin embargo, la consecución de la sostenibilidad
medioambiental o los objetivos económicos no garantizan por sí mismos la
sostenibilidad de un innodistrito, un objetivo que debe perseguirse de forma
integral. Una forma de hacerlo es utilizar la vieja noción de "factores
múltiples de éxito" propuesta por Grunert y Ellegaard.
Se trata de monitorizar los proyectos y sus impactos en
diferentes estadios o fases utilizando múltiples criterios para poder evaluar
plenamente la evolución del desempeño. Pero no concibiendo el innodistrito como
un artefacto técnico sometido exclusivamente a la lógica de la competitividad
económica sino teniendo en cuenta la primacía de los factores políticos
estratégicos para poder conseguir las metas del proyecto.
Debido a la naturaleza política en los procesos de asignación
de recursos e de interacción entre los diferentes stakeholders, se
requieren soluciones de gobernanza innovadoras que alineen los intereses de las
diferentes partes interesadas en un entorno complejo y cambiante con una gran
cantidad de actores clave.
En mi trabajo sobre las interrelaciones entre innovación,
sostenibilidad y competitividad, he propuesto analizar (y planificar) los
innodistritos teniendo en cuenta la capacidad, la suficiencia, la resiliencia,
la diversidad y el equilibrio de su ecosistema urbano.
Aquí la sostenibilidad es un proceso complejo (un ensamblaje
de componentes diversos e interdependientes) y orgánico que incluye el medio
ambiente, la economía y la comunidad: la forma y la eficiencia (factores
ambientales en el diseño, la arquitectura, la ingeniería y la construcción),
así como la política (planes y prácticas urbanas que apuntan explícitamente a
mantener y mejorar el entorno social) y el bienestar económico y material de
los ciudadanos.
Hay una serie de requisitos que deben cumplirse para lograr
innodistritos sostenibles: (1) sostenibilidad ambiental (infraestructura
sostenible y zonas de desarrollo sostenible); (2) sostenibilidad en el diseño y
la planificación; (3) sostenibilidad en la gestión; (4) sostenibilidad
institucional; y (5) sostenibilidad socioeconómica.
SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL
A medida que las ciudades y los
países ascienden en la escala de valor industrial en high tech y
amplían su sector de servicios para satisfacer la creciente demanda interna, la
calidad ambiental se convierte en un elemento central para lograr un
crecimiento económico sostenible. Los residentes urbanos en los mercados más
sofisticados ya están poniendo una prima sustancial al precio del entorno
urbano de alta calidad, un requisito cada vez más necesario para atraer
trabajadores altamente cualificados.
La gestión de las infraestructuras tiende a ser integrada,
incluyendo los subsistemas de energía, transporte y agua. Aprovechar las
sinergias potenciales entre subsistemas requerirá tecnología para información
en tiempo real, precios de conservación y gestión de la demanda. Los gobiernos
pueden redoblar su compromiso con la sostenibilidad ambiental si continúan
persiguiendo objetivos agresivos de conservación de recursos y productividad
económica y respaldan esos esfuerzos con fondos para inversiones en
infraestructura.
PLANIFICACIÓN Y DISEÑO SOSTENIBLE
La planificación de los distritos
debe estar orientada hacia metas socialmente inclusivas y de cohesión y
asegurar el desarrollo sostenible en lugar de centrarse exclusivamente en el
crecimiento y la competitividad. La planificación financiera debe evitar tanto
los sesgos optimistas como la tergiversación estratégica (strategic
misrepresentation) de costos y beneficios. Es bueno que existan cláusulas que
garanticen una distribución justa de los beneficios para la comunidad en
general.
En el proceso de diseño, los elementos contextuales que hacen
referencia a la historia y la cultura local deberían ser factores importantes
para interpretar los estilos arquitectónicos y asignar un significado
específico (local, regional, nacional, global) a las prácticas arquitectónicas
utilizadas para construir innodistritos y hacerlos visibles.
GESTIÓN SOSTENIBLE
La gestión de innodistritos ha de
procurar evitar el "sesgo de exclusividad" entre planificadores y
gestores, que tienden a ver sus proyectos como únicos, lo que les impide
aprender de otros proyectos. A menudo existe un compromiso excesivo con un
determinado concepto de proyecto en una etapa temprana, lo que resulta en un
"bloqueo" o "captura", que hace que el análisis de
alternativas sea poco probable y conduce a compromisos ad hoc en etapas posteriores.
Podemos añadir que la planificación y la gestión de los
distritos de innovación, y sus componentes de sostenibilidad, no obedecen a las
reglas de un mundo newtoniano determinista de causa, efecto y control. Los
presupuestos y las prioridades estratégicas deben tener en cuenta la naturaleza
compleja, incierta, indeterminada, incompleta e indecidible del desarrollo
socioeconómico.
SOSTENIBILIDAD INSTITUCIONAL
Al estudiar los innodistritos en
relación con las coaliciones de crecimiento urbano, podemos preguntarnos si la
forma de desarrollo que representan estos grandes proyectos simplemente
legitima esos intereses comerciales y de crecimiento. O bien si este fenómeno
se puede analizar desde el prisma de la función que cumplen los actores y
agencias estatales en la reestructuración y la regeneración urbanas.
Además de las coaliciones de crecimiento, la gobernanza de
los distritos de innovación debe tener en cuenta a muchas otras partes
interesadas (stakeholders) para garantizar la sostenibilidad
institucional. No hay espacio en este artículo para desarrollar adecuadamente
este argumento, pero mencionaré los siguientes aspectos que deberían ser
tenidos en cuenta: (1) el papel de la sociedad civil; (2) el papel del contexto,
la historia y la cultura locales; (3) la importancia de mantener la variedad y
la diversidad urbanas; (4) la importancia de la integración local de los
innodistritos; (5) el papel del espacio público; (6) el papel de los
profesionales del diseño urbano.
SOSTENIBILIDAD SOCIOECONÓMICA
Paradójicamente, la integración de las
múltiples escalas de acción socioeconómica ha venido acompañada de una
tendencia a dotar a los innodistritos en muchas ciudades de sus propias
herramientas estratégicas de ordenación y gestión del territorio. Ello ha hecho
de la alineación de los objetivos de esos distritos con las políticas
supra-regionales y transnacionales una necesidad. Sería deseable que surjan
nuevos acuerdos de co-gobernanza entre niveles administrativos, vitales para la
implementación efectiva de políticas estratégicas.
Los innodistritos, generalmente planificados como
catalizadores del desarrollo y la regeneración urbanos, pueden integrarse en el
nivel supra-regional como herramientas para promover políticas de
sostenibilidad coordinadas, de mayor alcance y potencialmente más eficaces.
El resultado, en efecto, puede ser una optimización de los
resultados de las políticas sostenibles debido a los efectos sinérgicos y
multiplicadores. Los esfuerzos de investigación y análisis sobre los distritos
de innovación deberían tener en cuenta las interacciones sinérgicas dentro de
los ecosistemas de innovación y entre estos ecosistemas y sus entornos
externos.
Necesitamos una mejor comprensión de las formas en que las políticas
urbanas pueden fomentar distritos de innovación sostenibles. Deben evitarse los
desequilibrios del desarrollo inmobiliario asociados al despliegue territorial
de la ciencia, la tecnología y la economía del conocimiento.
Desde esta perspectiva, una pregunta clave para la
investigación futura sería cómo planificar y construir innodistritos que
fomenten simultáneamente tanto la sostenibilidad compleja como la
competitividad, de un modo integrador y cohesivo que verdaderamente facilite y
promueva ideales y prácticas de prosperidad compartida.
* US Fulbright Specialist, Senior Research Scholar en el MIT
y Visiting Professor en London School of Economic
Fuente: GERARDO DEL CERRO SANTAMARÍA
- deia.eus/opinion/tribuna-abierta
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