Hace años, la Fundación Kauffman publicó un popular estudio titulado ‘La anatomía del emprendedor’ basado en el análisis de 549 startups de diversas áreas económicas. Entre las principales conclusiones figuraba el hecho de que la edad media en el momento de fundar la primera empresa es de 40 años y que los casos de mortalidad en las startups que incorporan un ‘senior’ en la organización se reducen de manera notable.
Los motivos de que así sea podrían atribuirse
a la experiencia adquirida en sus etapas profesionales anteriores y a la
templanza que proporciona el paso de los años para blindarte ante locuras e
imprudencias.
Sea por el motivo que sea, el caso es que la
Fundación puso posteriormente en marcha una iniciativa plasmada en el llamado
Kauffman Labs. El objetivo es aumentar la capacidad de las startups y hacerlas
grandes. El programa gira en torno a la idea de reclutar individuos altamente
motivados con “ideas escalables” y ganas de triunfo para mezclarlos con
emprendedores y profesionales experimentados.
Los 5 tipos que
trabajan en tu organización
Por otro lado, el experto en innovación y
escritor valenciano Fran Chuan , dice haberse “permitido el
lujo” de hacer una peculiar catalogación de los seres humanos ante el reto de
la ambigüedad, extrapolable a cualquier organización empresarial. El autor
distingue 5 tipos:
-Los pioneros: aquellos que no
paran de tener ideas y se aventuran a desarrollarlas sin preocuparse demasiado
por las consecuencias. Muchas veces actúan en solitario, pero no hay que
considerarlos ‘rara avis’. Según la Fundación Fauffman, el 8% de los humanos
pertenecen a esta categoría.
-Los colonos: Si los primeros
descubren, estos se asientan. Lo hacen una vez que los pioneros se han
arriesgado y han puesto de manifiesto que la idea podría ser buena, porque no
se asientan en cualquier parte, sino donde están los mayores recursos.
Normalmente van en grupo.
-Los escépticos: En principio son
pesimistas, los críticos que añaden los ‘peros’ y los que dicen “ya verás tú”
cuando se entera de que el pionero y los colonos se han animado a pasar al otro
lado de la colina. No actúan hasta que no creen tener casi todo controlado.
-Los dubitativos: Es el observador.
Muy parecido al escéptico, la diferencia es que mientras que el primero es
extrovertido, el dubitativo suele reservarse la opinión.
-Los hacedores: Una vez aclarado lo
que se va hacer y cómo, basta con que – normalmente los colonos- les expliquen
el proceso y les faciliten las herramientas para que los hacedores se pongan a
trabajar disciplinadamente. Eso sí, no les prives del manual de instrucciones.
No hay que buscar una correlación entre la
edad y los tipos. Los hay de todas las edades en todas las categorías y todos
ellos juegan un rol principal en las empresas. Pero su avance y acompasamiento
a los tiempos depende de los pioneros y los colonos, «los que han movido
mayoritariamente la historia de la humanidad», según Fran Chuan. Pero también
los escépticos son determinantes. “Son los críticos de la empresa, los que
antes de actuar sopesan pros y contras para aterrizar a esos pioneros, a veces
suicidas. Su papel es fundamental, siempre que sepan desprenderse de prejuicios
limitativos. Lo bueno que tienen es que, una vez que ven confirmado el éxito,
se convierten en conversos y acaban sumando”.
Qué se entiende por
‘senior’
Aunque a alguno nos parezca raro, la
categoría de ‘senior’ se adquiere, en los tiempos que corren, a la edad de los
40 años. Hay quien entienden que es a esa edad cuando se entra en un declive
profesional que ya no tiene marcha atrás. Conforme se avanza, las oportunidades
en el mercado labora disminuyen. La prueba la da el Instituto Nacional de
Empleo (INE) donde alrededor de un millón de los desempleados registrados son
mayores de 50 años, según datos del primer trimestre de 2018.
Fuente: emprendedores.es
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