Forma parte de las directrices de futuro de las agendas públicas y sociales de multitud de países y marcan el camino hacia una economía más respetuosa con el medioambiente y las personas. Pero, ¿hasta dónde llegan los objetivos de desarrollo sostenible? ¿Y cuán arraigados están dentro de las empresas?
Según
un reciente estudio elaborado por Parangon Partners y Opinno, éstos han dejado
de ser una mera guía de buenas prácticas para convertirse en una realidad presente en la
gran mayoría de compañías españolas.
Los
datos recogidos entre 2.430 altos directivos (CEO, directores de Recursos
Humanos y responsables de comités de dirección) muestran que el 95,2% de las empresas
encuestadas tiene en cuenta la sostenibilidad en la toma
de decisiones de la directiva o entran directamente en agenda del director
ejecutivo.
Pero
es que además, el 69,1% de éstas compañías destinan una parte de su presupuesto
a ponerlas en prácticas y fomentar un cambio en el modelo de trabajo que vele
por éstas cuestiones.
Asimismo, se ha observado una
evolución dentro del organigrama corporativo en los últimos años. Multitud de
compañías han creado departamentos dedicados exclusivamente a supervisar
su puesta en marcha, aunque también es cierto que en otras compañías
el personal dedicado a ellas se integra dentro de otros departamentos
tradicionales como el de Personas o Recursos Humanos.
El estudio también recoge que las empresas han llevado
a cabo esta evolución por 2 motivos. O bien motu propio de cara a mejorar la imagen de marca, o bien
por exigencias externas relativas a la legislación vigente
derivada de la Agenda 2030.
Pero,
también, los directivos aseguran que han encontrado varias barreras u obstáculos que
ha perjudicado la implementación de los mismos. Entre las principales trabas
mencionadas se encuentran la falta de recursos (tanto económicos como
tecnológicos) o de tiempo del personal de
la empresa.
Dentro
de los criterios de gobernanza se destaca que un 58,5% ya ha establecido
objetivos cuantitativos y miden su desempeño en el tiempo, al igual que un
52,4% ha definido los indicadores y aspectos a tener en cuenta.
La dimensión social de la sostenibilidad es la que más
avanzada está
El
desarrollo sostenible es, a menudo, ligado exclusivamente al aspecto ambiental.
Pero nada más lejos de la realidad, se trata de un concepto más amplio que
recoge temas sociales de peso como la igualdad salarial.
De hecho, la dimensión social de éstos es la que más
avanzada se encuentra. La equidad salarial entre hombres y mujeres destaca como cuestión prioritaria
entre los directivos consultados.
Los
otros 2 criterios de desarrollo sostenible más señalados se encuentran la creación de valor
para la comunidad —apoyando la diversidad y la inclusión
social— y la formación a los profesionales en nuevas habilidades.
Por último, las cuestiones ambientales son las que más
atrasadas están. Aunque el foco se
encuentra en reducir o eliminar la huella de carbono, los datos
sugieren que no existe un camino claro y eficiente para lograrlo.
Tan solo el 44,3% de los
altos cargos consultados conoce cuáles son los 3 alcances necesarios
para combatir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Estas son: las directas (procedentes
de los combustibles empleados en calderas, vehículos o equipo propio), indirectas (ligadas a la generación de electricidad adquirida y consumida por la
empresa) y las secundarias (producidas
a lo largo de la cadena de valor, como la extracción y producción de ciertos materiales).
Fuente: businessinsider.es
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