Hace unos días, se celebraba el 50º aniversario de la Conferencia de Estocolmo, ciudad en la que en 1972 tuvo lugar la primera gran reunión internacional de la ONU de carácter ambiental, y que derivó en la creación del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Durante dos días, en la capital sueca se ha vuelto a poner sobre la mesa la importancia del cuidado del medio ambiente y la aplicación de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.Sin duda, después de medio
siglo, es honesto hacer examen de conciencia, reconocer nuestros fallos y
preguntarnos hacia dónde vamos, qué podemos hacer y cómo podemos cambiar
nuestra manera de comportarnos y relacionarnos con nuestro entorno. Pero
también, -por qué no-, es justo agradecer a todos aquellos que, durante mucho
tiempo y con pequeños gestos, contribuyen a cuidar el medio ambiente. Porque
sí, afortunadamente, cada vez son más las empresas, ciudadanos y
administraciones públicas que están abriendo los ojos, escuchando a los
expertos e impulsando acciones para fomentar la sostenibilidad ambiental.
Nuevas generaciones conscientes de las amenazas a las que se enfrenta el
planeta que no solo piensan en el futuro, sino que actúan para cambiar las
cosas también del presente con acciones diarias que, lejos de parecer
triviales, suponen grandes avances hacia una sociedad más circular.
Entre todas estas acciones, el reciclaje de envases se ha
convertido en uno de los hábitos más consolidados entre la ciudadanía de
nuestro país para hacer posible llegar a un mañana en el que em entorno natural
ocupe el puesto que se merece. No en vano, 4 de cada 5 españoles declaran
-declaramos- separar los envases que generamos en nuestras casas o, lo que es
lo mismo, prácticamente el 83% de la población. Una cifra que no ha dejado
de crecer en los últimos años: en 2015, eran un 72,5% los que afirmaban
hacerlo.
Y aunque aún hay que seguir
avanzando para reciclar siempre, independientemente de donde estemos, y lo
mejor posible, estos datos de crecimiento muestran no solo que el hábito del
reciclaje está cada vez más integrado en nuestro día a día sino, además, que
son algo que nos incluyen y necesitan a todos para poder alcanzarlos, son fruto
de la colaboración y del compromiso de toda la sociedad. Tanto es así que en
2021 se enviaron a instalaciones recicladoras un 5% más de envases para ser
reciclados que el año anterior, superando los 1,5 millones de toneladas de
envases.
La sociedad española ha
entendido que el reciclaje es una buena forma de cambiar las cosas, una de las
muchas llaves que tenemos a nuestra disposición para promover el cambio de un
modelo de economía lineal –basado en producir, consumir, y tirar- a otro
circular en el que damos una nueva vida a todos los recursos que tenemos a
nuestro alcance.
Y digo una de las muchas
llaves porque no debemos obviar otras igualmente imprescindibles, tales como
consumir con consciencia, reducir el uso de cualquier objeto que pueda generar
un residuo e impulsar su reutilización siempre que sea posible, sin dejar de
lado la importancia de reorientar los modelos de negocio y ciclos productivos
para que sean más circulares.
Grandes metas que requieren
de grandes esfuerzos pero que, sin duda, supondrán grandes beneficios. Sabes
qué hay que hacer, cómo hay que hacerlo y que debemos empezar ya: ahora está en
nuestras manos ponernos con ellos para lograr alcanzar una sociedad circular.
Ahora, más que nunca, necesitamos movernos, actuar, ser activistas del cambio
para poner enfrentarnos a los desafíos ambientales que tenemos por delante. La
sociedad está dispuesta a hacerlo. No esperemos cincuenta años más para abrir
la puerta hacia ese futuro circular.
Fuente: Nieves Rey - eldiario.es/opinion/tribuna-abierta
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