¿Nuestra etapa para adquirir conocimientos termina en la Universidad? ¿No hay más formación cuando nos incorporamos al mercado laboral?
La respuesta, como la canción de Jarabe de Palo, es depende. Depende del tamaño de la empresa y sus recursos económicos, depende del sector, depende de si trabajamos en un ámbito cambiante que requiere de nuevas habilidades, de la necesidad de reciclaje y adaptación a las nuevas tecnologías y, por supuesto, de la voluntad de las partes.El covid además ha sido un punto de inflexión. Según
los últimos datos publicados en la encuesta anual de costes laborales elaborada
por el INE, el gasto de las empresas en formación por trabajador ha ido
disminuyendo en los últimos años. En 2019, las compañías gastaron de media
77,48 euros por empleado. Al año siguiente 55, 57 euros y en 2021 repuntó a los
60,51 euros. Pero ¿qué es lo que buscan las empresas potenciar en sus
trabajadores?
"Según datos de la Comisión Europea, más de las
tres cuartas partes de las empresas de la UE tiene dificultades hoy día para
encontrar trabajadores con las habilidades necesarias, pero solo el 37% de los
adultos reciben formación de forma regular. Por otra parte, el Informe sobre el
Futuro de los Empleos del Foro Económico Mundial señala que el 50% de todos los
empleados necesitarán volver a capacitarse para 2025 a medida que aumente la
adopción de la tecnología.
Son muchos los estudios sobre cuáles son las
habilidades del futuro y que, además, hay que contextualizar en las industrias
y sectores de cada compañía. Aun así, hay un cierto consenso en señalar
capacidades y habilidades como el pensamiento crítico y analítico, aprendizaje
continuo, resolución de problemas complejos, toma de decisiones basada en
datos, creatividad, resiliencia, empatía o las competencias para el uso de la
tecnología, como las que más deben potenciarse", explica Beatriz Parga
García, Directora Comercial de Cegos.
Trabajar en un entorno híbrido ha favorecido que estas
competencias tengan mayor sentido, "como las relativas al uso de la
tecnología o la relación con otros en un mundo digital. Importante también para
las compañías está siendo la definición de nuevos modelos de liderazgo, un
liderazgo transformador e inspirador, que sirva de palanca clave en los
procesos de transformación y que permita retener y desarrollar en talento de la
compañía", señala Beatriz Parga.
Según datos de Randstad, un 22% de las empresas
españolas dejó vacante algún puesto de trabajo por no encontrar al trabajador
ideal. De ahí la importancia de ir orientando la formación según las
necesidades que vayan surgiendo en las empresas. "El Barómetro
Internacional que hemos realizado en Cegos sobre Transformación, Habilidades y
Aprendizaje identifica a la organización eficaz del trabajo, la creatividad e
innovación, y la agilidad y adaptación como las soft skills (ahora denominadas
power skills) más demandadas a futuro. Además, vemos una mayor demanda en
habilidades focalizadas en la cultura del dato, liderazgo transformador,
comunicación en entornos híbridos y temas relacionados con diversidad e
inclusión", detalla nuestra experta de Cegos.
Pero la empresa tiene que tener la visión suficiente
como para cuidar a sus trabajadores y darles la posibilidad de crecer.
"Las personas en una empresa es el valor más estratégico que poseen, las
personas deben estar alineadas con la estrategia para poder conseguirla. Y si
la estrategia evoluciona con el entorno, es imprescindible que las personas se
adapten e incluso se anticipen a este cambio. La formación o más bien, el
aprendizaje continuo de todos los empleados es lo que permite evolucionar de
manera inteligente y motivacional a una empresa. Es una de las principales
herramientas que se puede dar a los empleados para impulsarles a evolucionar y
a desarrollarse como profesionales" cuenta Ana Luna, responsable de
Learning & Development de KPMG.
En KPMG imparten a sus trabajadores su propio modelo
de aprendizaje. "Somos una firma donde tenemos un elevado grado de
regulación en determinados ámbitos, y debemos ser muy cuidadosos con el
cumplimiento de la formación que para nosotros es mandatory. Adicionalmente a
esto, nuestro enfoque se dirige hacia la digitalización y la sostenibilidad,
por lo tanto movilizamos y monitorizamos la formación realizada en base a
nuestro modelo para garantizar que los profesionales cada vez son más
digitales, más sensibilizados a la sostenibilidad. También se hace una
importante inversión en los líderes de la firma, con programas específicos de
talento y management, que movilicen el estilo de liderazgo que la firma
necesita", recuerda Ana Luna.
Ocho de cada diez empresas cuentan con dificultades
para encontrar profesionales, siendo España uno de los países con peor dato de
‘desajuste de talento’. Pero, ¿de dónde proviene este problema? "Este
desajuste se produce por una elevada y similar demanda de perfiles
profesionales por parte de todas las empresas, predominantemente de perfiles
STEM. Las Universidades no son capaces de generar el número y tipo de perfiles
que demandan las compañías y si es cierto que cada vez más, comienzan su
adaptación a perfiles digitales y preparan a los alumnos que empiezan a salir a
mercado en esta dirección el ritmo de la demanda no es el mismo que el de la
oferta. Pero el problema seguramente viene más atrás porque cada vez son menos
los alumnos que eligen ramas científicas en los colegios e institutos",
explica nuestra experta de Cegos.
En nuestra sociedad, tenemos además una cultura de la
'titulitis' que nos ha llevado a preferir una carrera universitaria que
apostar, por ejemplo, por un título de formación profesional que podría tener
más salidas. Los sectores donde más oportunidades habrá serán las actividades
financieras y seguros, la construcción, la informática y comunicaciones y el
comercio. Así que mejor apostar por lo que más nos gusta y si, además es lo que
demanda la empresa, entonces haremos el mejor match.
Fuente: Laura Vilamor
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