miércoles, 26 de julio de 2023

Un paro estructural del 12% hará imposible alcanzar el pleno empleo en España

 


Entre las muchas promesas electorales que han marcado la campaña electoral destaca un clásico en materia laboral: la 'quiniela' de cuánto crecerá el empleo y se reducirá el paro en la próxima Legislatura. Mientras el PP prometía alcanzar los 22 millones de ocupados, el PSOE se ponía como objetivo el "pleno empleo".

Pero ambos compromisos chocan con el muro de un paro estructural (el mínimo de desempleo que alcanza una economía sin medidas extraordinarias ni reformas de calado) que puede haberse elevado entre cuatro y cinco puntos respecto a los niveles previos a la crisis financiera.

 

La clave es el incremento del peso del desempleo de larga duración, que se ha duplicado respecto a 2007, pasando de suponer el 22% del total de desempleados en 2007 al 41% en el primer trimestre de 2023. En ese periodo, la tasa de paro de los que llevan más de un año en paro ha crecido del 1,8% al 5,5%, mientras la general ha pasado del 7,9% al 13,65%, según un análisis elaborado por Asempleo y Ceprede.

 

La patronal de las ETTs y agencias de colocación considera que esta evolución "manda señales muy claras" de que el paro actual en España "está muy cerca del desempleo estructural" y "va a ser muy complicado" volver a los niveles previos a la crisis financiera. Con ello, el pleno empleo también se convierte en un objetivo cada vez más impensable. También lo parece poder bajar del umbral del 10% de tasa de paro en 2026, como estima la vicepresidenta de Asuntos Económicos en funciones.

Hablar de pleno empleo no depende tanto del número de personas trabajando (ya que es lógico que si la población aumenta estos aumenten) como de su relación con el número de total de activos (es decir, la suma de ocupados y a los parados). Guarda, por tanto, una estrecha relación con el concepto de paro estructural..

 

En este sentido, los datos del último año son positivos, pero siguen muy lejos de ser suficientes. En el primer trimestre del año, el número de ocupados había aumentado un 1,8% interanual, hasta los 20,4 millones, cinco décimas por encima de la población activa, que ha aumentado un 1,3%. En paralelo, el número de parados ha descendido un 1,47%, hasta los 3,12 millones.

 

Unos datos que se producen en un contexto en el que, tras el parón de la pandemia, el mercado laboral europeo está dando muestras de sorprendente resistencia ante las incertidumbres derivadas de la inflación y la guerra de Ucrania. Algo que ha permitido a los partidos políticos mostrarse optimistas respecto al desarrollo de los próximos años.

 

Pero el hecho es que la tasa de paro sigue estancada en el 13% y no da señales claras de mejora. Este 'misterio' puede quedar más claro si comparamos con el momento histórico en el que España estuvo cerca de alcanzar el 'pleno empleo'. O, dicho de otra forma, su nivel de paro estructural. Fue en 2007, cuando la ocupación alcanzó un máximo de 20,7 millones de ocupados y el paro marcó 1,8 millones de parados, con un mínimo de la tasa de paro del 7,9%.

PINCHA AQUÍ para leer el artículo original escrito por Javier Esteban.


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