El creciente compromiso con la sostenibilidad por parte de las empresas ha incrementado el interés por saber qué es ESG (Environmental, Social and Governance) y cuál es su importancia. ESG ha ganado un impulso significativo, transformándose en un componente clave en la evaluación de riesgos y oportunidades de las empresas. Pero, ¿qué significa realmente y qué beneficios conlleva para una organización?
¿Qué es ESG y cuáles son sus criterios?
Para definir ESG debemos atender a sus siglas en inglés: Environmental, Social and Governance, que son los siguientes factores a tener en cuenta a la hora de invertir en línea a la sostenibilidad:
ESG ambiental: engloba el cuidado y la conservación del
entorno natural y el medio ambiente. En este caso, las empresas se comprometen
a tener presente cómo afecta su toma de decisiones y acciones sobre el medio
ambiente. Ya sea de forma directa o indirecta.
ESG social: se refiere a la gestión de la compañía hacia
las personas que se puedan ver afectadas por su actividad. Este tipo de
criterios ESG implica a empleados, proveedores o comunidades que tienen un
vínculo con la empresa. Valores como la diversidad y la inclusión, el respeto
por los derechos humanos, los cuidados sanitarios o la igualdad son principios
que tienen una gran repercusión en las actividades de las compañías.
Especialmente ahora, tras la pandemia, los criterios sociales han adquirido una
gran importancia.
ESG de gobernanza: relacionados con la gestión y el
liderazgo de la compañía, las políticas internas, la retribución de los
directivos, la estructura de los consejos de administración o los controles
internos, entre otros. Estos factores ESG de gobierno corporativo están basados
principalmente en la transparencia y la ética empresarial. Asimismo, se trata
de criterios ESG que permiten medir y analizar el impacto que tienen los
propios accionistas y la administración en las empresas.
En definitiva, las empresas deben cumplir ciertos principios ESG ambientales, sociales y de gobernanza para que sus inversiones sean consideradas responsables. El hecho de que las compañías sigan estas prácticas ESG contribuye notablemente a reducir el impacto ambiental y social, a la vez que crecen los negocios verdes y se fomenta la economía circular.
Ventajas de ESG para las organizaciones
Adoptar una estrategia sólida de ESG puede brindar una amplia gama de beneficios para una organización, incluyendo:
Mejora de la reputación corporativa: las empresas
reconocidas por sus buenas prácticas ESG suelen ser más valoradas por clientes,
inversionistas y la sociedad en general. Una reputación sólida puede traducirse
en una mayor lealtad del cliente y una mayor atracción de inversiones. Este
reconocimiento se traduce en un valor de marca fortalecido, creando una ventaja
competitiva que puede ser decisiva en mercados saturados o altamente
competitivos.
Acceso a capital: los inversionistas están cada vez más
inclinados a favorecer a empresas con fuertes credenciales ESG, lo que puede
facilitar el acceso a capital a través de condiciones más favorables o una
mayor demanda de sus acciones. Este fenómeno se ve impulsado por un creciente
cuerpo de evidencia que sugiere que las inversiones en empresas con sólidas
prácticas ESG tienden a ofrecer rendimientos ajustados al riesgo más
atractivos, lo que atrae a un espectro más amplio de inversores.
Resiliencia a largo plazo: implementar prácticas ESG
puede ayudar a las empresas a anticipar y adaptarse a una variedad de riesgos
ambientales, sociales y de gobernanza, asegurando su sostenibilidad y éxito a
largo plazo. Esta anticipación y adaptabilidad son cruciales en un mundo empresarial
que enfrenta desafíos globales acelerados, como el cambio climático y las
desigualdades sociales, lo que permite a las empresas permanecer relevantes y
prosperar.
Atracción y retención de talento: Una cultura corporativa
que refleje valores ESG sólidos puede atraer a empleados que buscan trabajar en
organizaciones que reflejen sus valores personales, además de mejorar la
retención del personal existente. Las empresas que priorizan ESG a menudo
experimentan una mayor lealtad y satisfacción en el lugar de trabajo, lo que se
traduce en una mayor productividad y menores costes de rotación.
Innovación y competitividad: integrar los principios ESG
puede impulsar la innovación al fomentar una nueva forma de pensar y abordar
los desafíos, manteniendo a la organización competitiva y relevante en el
mercado. Este enfoque puede conducir al desarrollo de nuevos productos y
servicios, abrir mercados emergentes y mejorar la eficiencia operativa, lo que
resulta en una ventaja competitiva sostenible.
Cumplimiento regulatorio: con el aumento de la regulación
en torno a la sostenibilidad y la responsabilidad corporativa, adoptar una
estrategia ESG puede ayudar a las empresas a mantenerse por delante en
cumplimiento y evitar sanciones o multas. Además, una proactividad en ESG puede
posicionar a la empresa como líder en su sector, influyendo en las normativas
futuras y estableciendo estándares de industria que favorecen prácticas
sostenibles y éticas.
Diferencia entre los criterios ESG y la inversión
sostenible y responsable (ISR)
Hasta aquí tenemos una idea más clara sobre qué es ESG y cuáles son los criterios que las empresas deben aplicar para evitar riesgos ambientales, sociales y de gobernanza en sus inversiones. Sobre ello, también es importante aclarar la diferencia entre el concepto ESG y el de inversión sostenible y responsable (ISR), ya que, aunque son términos que están relacionados, no tienen el mismo fin ni significado.
La cuestión es que las empresas han incorporado a sus estrategias los criterios ESG, porque los inversores cada vez dan más importancia a este tipo de estándares para elegir una u otra inversión. Por tanto, la inversión socialmente responsable (ISR) es una filosofía de inversión que integra los criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo en el proceso de estudio, análisis y selección de una inversión.
Sabemos que lo más habitual en una inversión siempre ha sido valorar la liquidez, la rentabilidad o el riesgo, entre otros. Sin embargo, ahora la ISR no solo tiene en cuenta los criterios de finanzas, sino también los criterios ESG de tipo ambiental, social y gubernamental.
Los inversores incrementan su interés por el ESG
ambiental
Tradicionalmente, han sido las agencias de rating o agencias de calificación las que han analizado el compromiso de las empresas con la sostenibilidad, a través de los informes emitidos por los equipos de Responsabilidad Social Corporativa. Sin embargo, en la actualidad las reglas han cambiado. Ahora son los propios inversores quienes consideran el impacto ambiental y se interesan especialmente en el cambio climático, además de contemplar otros aspectos relacionados con la sociedad y el gobierno corporativo.
Así pues, los criterios ESG de tipo ambiental adquieren hoy en día un valor diferencial en el momento de tomar las decisiones de inversión. Las variables ambientales contempladas no entran en el análisis y desempeño financiero, pero no cabe duda de que también son determinantes en la valoración de una inversión a presente y, especialmente, a futuro. Y es que, sin duda, las empresas son conscientes de que la sostenibilidad es la mejor apuesta, y por ello, las inversiones sostenibles ESG son una de las inversiones más rentables de la actualidad.
En conclusión, ESG representa una estrategia empresarial
integral que, cuando se implementa efectivamente, no solo refuerza la
sostenibilidad ambiental y social, sino que también ofrece beneficios tangibles
a largo plazo, mejorando la resiliencia, la competitividad y la imagen general
de una organización. Adoptar ESG ya no es simplemente una opción; se ha
convertido en una necesidad estratégica para las empresas que buscan prosperar
en el panorama económico contemporáneo.
Fuente: Sergi Monroy - apd.es
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