viernes, 3 de marzo de 2017

El transporte inteligente en relación con el clima es una pieza clave del rompecabezas del desarrollo sostenible

 
 
Cuando se trata del cambio climático, el sector del transporte es a la vez víctima y victimario. Por un lado, la infraestructura de transporte es particularmente vulnerable a los efectos del cambio climático, como las temperaturas más altas, el aumento de las precipitaciones y las inundaciones.


 Al mismo tiempo, el transporte es responsable del 23 % de las emisiones de gases de efecto invernadero (GHG) relacionadas con la energía, y es uno de los sectores donde las emisiones están aumentando más rápidamente. Esta estadística por sí sola deja bastante claro que no habrá progresos significativos en las medidas climáticas sin una movilidad más ecológica y sostenible.Sin embargo, antes de la COP21, el sector del transporte estaba visiblemente ausente de las conversaciones sobre el clima. La presencia fuerte y estructurada que observamos el año pasado en París y este año en Marrakech es finalmente proporcional a la urgencia necesaria para abordar los temas relacionados con el transporte en la agenda climática.

La importancia cada vez mayor del transporte en las conversaciones mundiales se refleja en compromisos importantes como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Acuerdo de París. A modo de ejemplo, más del 70 % de las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) que los países han propuesto para aplicar el Acuerdo de París incluyen compromisos de transporte, que van desde aumentar el transporte público en las ciudades hasta transferir el transporte de mercancías por carretera al transporte por  ferrocarriles y vías navegables.

A nivel nacional, cada vez más países buscan activamente oportunidades para avanzar hacia una movilidad más limpia y más inteligente. Como sede de la COP de este año, Marruecos lidera con el ejemplo a través de iniciativas como la futura Asociación para el Transporte Vial Sostenible, así como una serie de proyectos de transporte público inocuos para el clima. Más al sur, Mozambique está estudiando una variedad de escenarios para transportar personas y cargas de manera más eficiente, manteniendo al mismo tiempo bajo control las emisiones relacionadas con el transporte. En India, el transporte desempeñará un papel clave en desvincular el crecimiento económico de las emisiones de carbono y cumplir con las NDC del país. Más concretamente, el Gobierno tiene la intención de promover un transporte inteligente en relación con el clima mediante tres grandes cambios: del transporte privado al público en las ciudades, del transporte de mercancías por carretera al ferrocarril y las vías fluviales, y de los combustibles fósiles a los no fósiles.

En el Grupo Banco Mundial estamos trabajando para ayudar a nuestros clientes a cumplir estos compromisos, centrándonos en tres áreas principales:
  • Transporte con capacidad de adaptación al cambio climático: El cambio climático pone en riesgo el potencial de crecimiento, así como billones de dólares de inversiones en transporte, y esta es la razón por la que la resiliencia —y especialmente la resiliencia vial— es una parte clave de nuestra agenda. Esto es particularmente importante en África al sur del Sahara, donde el valor de los activos de la red vial supera el 30 % del producto interno bruto (PIB) de la región. Un informe que dimos a conocer en la COP22 muestra que un mejor mantenimiento vial es una herramienta central para impulsar la resiliencia de las carreteras en la región. Sobre la base de un mantenimiento adecuado, están surgiendo una serie de estrategias para crear resiliencia en los sistemas viales: a partir de aumentar la solidez de determinados segmentos vulnerables; crear resiliencia del sistema aumentando la redundancia; mediante esfuerzos en todo el sistema para cumplir con las normas, los métodos y los materiales, y mejorando la eficacia de la preparación y la respuesta a los fenómenos climáticos extremos. Actualmente estamos trabajando con asociados en más de 40 países de todo el mundo para crear resiliencia en los sistemas de transporte usando estas estrategias.
     
  • Transporte público limpio, seguro y eficiente: Invertir en sistemas de transporte público es una excelente manera de reducir la huella de carbono del sector del transporte. También aporta una serie de beneficios adicionales, que incluyen menor congestión, carreteras más seguras y conexiones más eficientes con los empleos y los servicios. Este es un problema agudo para África, que actualmente es testigo de algunos de los índices de urbanización más altos del mundo. Marruecos es líder continental en inversiones en el transporte público, con varias líneas de tranvía ya terminadas o en construcción. En otros lugares de la región, varios otros proyectos de transporte ecológico —como el nuevo transporte rápido en autobuses de Dar es Salaam— están transformando la manera de trasladarse de las personas por las ciudades.
     
  • Sistemas de transporte eficientes y multimodales: Los sistemas eficientes de transporte de mercancías, en particular camiones más completos y mejores, pueden ofrecer tanto costos más bajos como una menor huella de carbono. Por otra parte, para maximizar los beneficios de las inversiones en transporte, es importante asegurarse de que los diferentes modos se complementen entre sí y permitir que las personas y los bienes trasborden sin problemas entre diferentes medios de transporte. Es por eso que estamos ayudando a los Gobiernos a integrar las carreteras, los ferrocarriles y las vías navegables en sistemas integrales de transporte multimodal. Un ejemplo destacado es un proyecto de vías fluviales alrededor del Lago Victoria, que integra nuevas terminales que permiten la conexión con redes de carreteras y ferrocarriles.
Para mantener el impulso, debemos ahora articular una visión clara y coherente de la movilidad sostenible, acompañada de un adecuado financiamiento climático. Para ello, el Grupo Banco Mundial apoya a Movilidad Sostenible para Todos (SM4A), un mecanismo de coordinación que ayudará a los actores públicos y privados del sector del transporte a organizarse en torno a una plataforma común. Con SM4A, la comunidad del transporte hablará con una sola voz amplia y coherente, y podrá ayudar a los Gobiernos a integrar las consideraciones climáticas en sus planes de transporte de manera más eficaz.

Pero ¿cuál es exactamente la fuerza impulsora detrás de estas iniciativas? En última instancia, no se trata solo de reducir la huella de carbono del transporte o de proteger al sector contra los efectos del cambio climático. Al impulsar el crecimiento económico y ampliar el acceso a empleos y servicios, la inversión en el transporte inteligente en relación con el clima tiene el potencial de convertirse en un auténtico beneficio del desarrollo para todos con efectos  positivos en todos los aspectos de la sostenibilidad: tanto ambiental, por supuesto, como social y económico. Este es exactamente el tipo de beneficios combinados que debemos buscar si queremos construir un futuro más ecológico, inclusivo y próspero.

Fuente: blogs.worldbank.org


 

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