Más de la mitad de la humanidad vive actualmente en ciudades. ¿Cómo lograr que sean vivibles y sostenibles?
Por primera vez en la historia de la humanidad, la mayor parte de la población vive en ciudades. En 2036, según las previsiones de la ONU, las urbes darán cabida a 2.000 millones de personas. Esta es en principio una buena noticia: como señaló el arquitecto Alejandro Aravena, premio Pritzker 2016, "las ciudades ofrecen más oportunidades tanto a los pobres como a las clases medias y la élite". Pero es precisa una transformación radical de las urbes en las que vivimos para que esa promesa se haga realidad y la superpoblación urbana no se convierta en una pesadilla de desigualdad, contaminación y devastación de recursos.
No es un reto fácil, porque incluir la sostenibilidad en la agenda política implica su transformación completa para incluir en ella, de manera prioritaria, estos asuntos: eficiencia energética, movilidad, control de emisiones, creación de empleo, planificación, lucha contra la desigualdad, gestión de residuos, rehabilitación material, políticas de equidad... No resulta difícil imaginar que un esfuerzo integral y sostenido semejante les parezca demasiado a los políticos, pero el enfoque de la sostenibilidad urbana ha comenzado a abrirse paso.
Por compromiso, por la oportunidad para reducir costes o por ambas a la vez, cada vez más ayuntamientos apuestan por soluciones sostenibles. Este jueves, sin ir más lejos, nueve ciudades españolas firmaron en Barcelona una declaración a favor de una contratación pública sostenible. Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla, Pamplona, Sabadell y Santa Coloma de Gramenet se comprometieron con "la contratación pública responsable, que impulse el tejido productivo local, dando acceso a las pymes y promoviendo la economía social y las empresas social y ambientalmente responsables".
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