lunes, 25 de febrero de 2019

Los espacios sostenibles aumentan la productividad


Más allá de crear una identidad arquitectónica, un ambiente colaborativo y cumplir con aspectos funcionales, los requerimientos de las oficinas del futuro se han ampliado. La sostenibilidad y eficiencia energética son prioridad de nuestros clientes, sin embargo desde hace ya algún tiempo, términos tales como “productividad” y “bienestar” pasan a formar parte de los requerimientos básicos nuestros clientes. La clave del éxito pasa por identificar las sinergias entre estos tres requerimientos y lograr cuantificar los beneficios para las empresas.


Un nuevo estudio del World Green Building Council (WGBC) cuantifica los beneficios en la salud y la productividad que edificios y oficinas sostenibles tienen sobre sus ocupantes. El estudio confirma que empleados que trabajan en edificios sostenibles tienen menos bajas laborales, sufren menos de estrés, y pueden llegar a aumentar la productividad hasta en un 11%.
Tan solo una iluminación adecuada puede llegar a mejorar la eficiencia energética hasta en un 21%. Además señala que mejorar el acceso a iluminación natural y a las vistas exteriores incrementa el rendimiento de los empleados, reduce la incidencia de ciertas patologías a la vez que mejora los patrones de sueño al contribuir positivamente en los ciclos circadianos del organismo.
Los beneficios a nivel humano, económico y productivo de los edificios y espacios sostenibles son ya indiscutibles. Y tal como dice Mahesh Ramanujam, Presidente y CEO del Green Building Council (organización que promueve la acreditación LEED) “ya no es una ciencia el crear edificios y espacios sostenibles que beneficien a la salud… sólo se requiere diligencia, atención al detalle y la aceptación de que los espacios se crean para los usuarios”.
Tampoco es siempre cuestión de coste, un estudio de referencia David Langdom, ahora Aecom, concluía que “no hay diferencia significativa en el coste medio de un edificio certificado LEED o una construcción  nueva de la misma categoría: existen edificios sostenibles caros y edificios tradicionales caros”. Parece entonces que la pelota está en el campo de los clientes, los arquitectos y los ingenieros.
En nuestra experiencia, si los principios sostenibles de bienestar y de diseñar para el “usuario” se consideran desde el inicio de los proyectos y pasan a formar parte integral de los conceptos, en vez de un mero “add-on”, el incremento en coste y tiempo de diseño es casi inexistente (sin tener en cuenta el coste de aplicar la certificación LEED y Well). Enumeramos algunas consideraciones que sin duda ayudan a crear espacios más saludables, productivos, de mayor rendimiento y sostenibles:
  • Un buen layout puede proveer al máximo de ocupantes con acceso a luz natural.
  • Oficinas pensadas en maximizar la ocupación y utilización, y así reducir los metros cuadrados requeridos, no sólo tiene un beneficio económico sino también ecológico. Menos metros = menos energía.
  • Iluminación que incorpore detección de presencia y esté vinculada a la luminosidad exterior tiene beneficios en la eficiencia energética y el bienestar.
  • Definir una estrategia de puntos de reciclaje puede reducir la creación de residuos en oficinas hasta en un 40%.
  • Conservación de materiales y recursos naturales.
    Es posible crear un impacto positivo en el entorno sin más que reducir los materiales utilizados en el edificio o elegir de manera apropiada aquellos que inevitablemente se deben utilizar. Lo primero que debemos plantearnos es si es necesario emplear materiales nuevos en nuestro edificio o de si la rehabilitación, el reciclado o la reutilización es una opción. Una vez reducido al mínimo necesario la cantidad de materiales que se deben usar es conveniente que éstos provengan de fuentes tales que se reduzca el impacto ambiental. 
    El seleccionar materiales locales reduce el impacto asociado al transporte de los mismos, así como favorece la economía local. Igualmente se debe buscar el uso de materiales cuyo origen sea el reciclado de otros materiales previos y reducir de este modo la sobreexplotación de los recursos naturales. El mercado dispone de numerosos sistemas de certificación que garantizan un origen sostenible de materiales (cradle to cradle, certificaciones FSC o similares para madera, etc.). Existe la opción alternativa de seleccionar materiales con declaraciones ambientales de productos (EPD) donde se haya estudiado el ciclo de vida del material desde su extracción, fabricación, transporte, montaje y posterior eliminación.
  • Calidad de ambiente interior
    No debe pasarse por alto la finalidad principal y última de los edificios que es la de albergar personas. Pasamos el 90% de nuestro tiempo en ellos y cómo éstos estén concebidos afectará a muchos aspectos de nuestra vida, principalmente a nuestra salud. 
    La sostenibilidad debe entenderse como una relación bidireccional entre el ser humano y su planeta, por lo tanto el bienestar de los ocupantes tendrá igualmente un impacto positivo en el entorno. 
    Se debe cuidar con detalle la calidad de aire en los edificios proporcionando una renovación aceptable del mismo que reduzca la concentración de materiales nocivos como puedan ser compuestos organovolátiles, hidrocarburos aromáticos, partículas PM10 o PM2.5 así como garantizar concentraciones adecuadas de CO2. Para ello no sólo es necesario una adecuada estrategia de ventilación y filtrado sino también que se eliminen las fuentes contaminantes, encontrándose éstas mayormente en los acabados, mobiliarios y elementos de limpieza.
  • Otros elementos que afectan al bienestar de los ocupantes puede ser una adecuada iluminación, condiciones acústicas del edificio, acceso a vistas, conectividad con la naturaleza, ergometría, accesibilidad y un largo etcétera. Es reciente la aparición de una herramienta de certificación de las credenciales sobre Salud y Bienestar de los Edificios llamada WELL que trata de manera rigurosa todos estos aspectos.

Conclusiones

La sostenibilidad no es un concepto simple. No se ocupa únicamente de una disciplina y debe abordarse de una manera transversal y holística. Es posible que no puedan abordarse todos los aspectos que hemos descrito en este artículo, pero el mercado presenta una gran cantidad de herramientas que permiten a los actores elegir lo que se ajusta a sus posibilidades y presupuesto. En definitiva, sostenibilidad, bienestar y productividad/rendimiento van de una mano. Las soluciones para implementarlas no dependen únicamente del presupuesto disponible. Se trata de tener equipos de consultores que integren estos tres pilares en su metodología de diseño para así ayudar a los clientes y a sus empleados a tener un espacio más beneficioso y contribuir al esfuerzo ecológico.
Fuente:  Inversión inmobiliaria/Mónica Soto Director de 3g office España y José Castilla, director de Cundall España. 

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