Hace apenas tres
meses había 7.500 millones en una
partida del presupuesto a largo plazo de la UE –MFF 2021-2027– para el Fondo de
Transición Justa. Era el dinero destinado para ayudar a la
descarbonización de las regiones europeas con más dificultades para
acometer la transición energética.
Pero esos 7.500 millones ahora se han
convertido en 40.000 millones, porque mueve otros 2.500 millones dentro del MFF
y añade 30.000 millones más provenientes del mecanismo Next Generation EU,
que es como se llama la partida de 750.000 millones contra la crisis del
coronavirus –750.000 millones que se suman a los 1,1 billones del MFF propuesto
por la Comisión Europea–.
La mayoría de esos
750.000 millones, 560.000 millones de euros, van al Fondo de Resiliencia y
Reconstrucción del coronavirus. Y el resto se va repartiendo por diferentes
apartados.
¿Y para qué sirven los 40.000 millones del
Fondo para la Transición Justa? "Para paliar los efectos
socioeconómicos de la transición ecológica en las regiones más afectadas, por
ejemplo, apoyando el reciclaje de los trabajadores, ayudando a las pymes a
crear nuevas oportunidades económicas y, en general, diversificando la
actividad económica e invirtiendo en el futuro de las regiones más
afectadas", explica la Comisión Europea. De ellos, a España le corresponderían
ahora 1.806, en lugar de los 307 del plan inicial de la
Comisión Europea.
La gran beneficiada del fondo sigue siendo
Polonia, un país con gran implantación del carbón, que recibiría 8.000 millones
de euros, el 20% del fondo. Le siguen Alemania (5.152 millones), Rumanía
(4.449), República Checa (3.413), Bélgica (2.693), Francia (2.142) e Italia
(2.141).
Según el plan inicial de Bruselas a España le
correspondían 307 millones, para repartirse en inversiones verdes en las
provincias de A Coruña, Asturias, León, Palencia, Teruel, Almería, Córdoba y
Cádiz, informa Europa Press.
Ahora falta conocer la
actualización de las regiones europeas que tendrán acceso a este mecanismo, que
tiene el objetivo de impulsar la descarbonización de la Unión Europea y ayudar
en a alcanzar el objetivo del bloque de eliminar todo lo posible las emisiones
de CO2 para 2050 y compensar las restantes.
"No cambiaremos toda la estructura, pero
por supuesto podemos considerar una cierta ampliación de los territorios, es
parte del diálogo en curso" entre la Comisión y los Estados miembros para
"seleccionar las áreas específicas", ha explicado este
jueves la comisaria europea de Cohesión, Elisa Ferreira: "Queremos concentrar el esfuerzo en los países en los que
los costes regionales y sociales sean excesivos".
Al pesar del aumento en las partidas de
transición verde en el Marco Financiero Plurianual de la UE 2021-27, el
vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans ha indicado que el
Ejecutivo comunitario mantiene los objetivos anunciados de eliminar las emisiones
para 2050 y alcanzar en 2030 una reducción del 55% de estos gases en cada país,
con respecto a las cifras que cada Estado registró en 2005.
Además del Fondo para la Transición, el
Mecanismo de Transición lleva incorporadas unas líneas de crédito del Banco
Europeo de Inversiones (BEI), que ofrecerá al sector público préstamos en
condiciones favorables para desarrollar la descarbonización energética con
1.500 millones de euros en subvenciones del presupuesto de la UE y hasta 10.000
millones en préstamos, informa Efe.
Bruselas, en un ejercicio habitual de la
Comisión Europea de aplicar multiplicadores a cada euro que aporta
para inflar las cifras, asegura que esas inversiones en
proyectos relacionados con la energía, el transporte, las infraestructuras, los
sistemas urbanos de calefacción o la eficiencia energética
"movilicen" entre 25.000 y 30.000 millones adicionales y,
así, generar inversiones privadas por valor de 150.000 millones.
"Tenemos que asegurarnos que las
inversiones que hagan son del siglo XXI", resumió el vicepresidente
ejecutivo de la CE para el Pacto Verde, Frans Timmemans.
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