Una gran tarta de tres pisos con muchos ingredientes. Así se interpreta gráficamente una de las acciones globales más ambiciosas de las últimas décadas: los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Convertida en agenda para proteger el planeta y mejorar la vida de sus habitantes, los ODS tienen una fecha clave: 2030.
María tiene ocho años
y ha dejado de ir a la escuela. Cada mañana se levanta, coge una garrafa vacía
y sale con su madre y sus hermanas a buscar el agua que su
familia necesita para beber, cocinar y lavarse. Las sequías de
los últimos años han secado muchas fuentes, por lo que se ve obligada a caminar
varios kilómetros y apenas le queda tiempo para estudiar, jugar o pensar en qué
le gustaría convertirse cuando sea mayor. La historia de María podría ser la de
tantas niñas de diferentes regiones de África, y muestra una desigualdad que se
manifiesta de muchas formas por todo el planeta.
Conseguir que todos los niños y niñas vayan a
la escuela, poner fin a la pobreza y frenar el cambio
climático transformaría la vida de María y la de millones de
personas de todo el mundo. Para lograrlo, contamos con una guía: la Agenda
2030 para el desarrollo
sostenible.
Esta agenda nació en
2015, cuando los 193 estados miembros de la ONU aprobaron 17
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para proteger el
planeta y mejorar la vida de sus habitantes. Además, establecieron un plan para
alcanzarlos y pusieron una fecha clave: el año 2030. Hoy, a menos de ocho años
de que acabe la cuenta atrás, la acción de todos los agentes involucrados
–gobiernos, empresas, organismos internacionales y los propios ciudadanos– es
fundamental para alcanzar estos objetivos.
Para actuar y lograr un impacto positivo, el
primer paso es conocer esta agenda. El Centro
de Resiliencia de Estocolmo propone una manera de visualizar y
entender sus 17 objetivos: imaginar una enorme (y deliciosa)
tarta de bodas de tres pisos.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible
incluye 17 objetivos, 169 metas y 232 indicadores que
se relacionan entre sí y dependen unos de otros para lograr un crecimiento
equilibrado y justo. Para entender todo esto, podemos imaginar las capas de una
tarta de bodas.
En el primer piso de
esta tarta están los cuatro objetivos relacionados con el
medioambiente: Agua limpia y saneamiento (ODS 6), Vida submarina
(ODS 14), Acción por el clima (ODS 13) y Vida de ecosistemas terrestres (ODS
15). Estos objetivos forman los cimientos que sostienen el resto de la tarta y
sin los que las demás capas se vendrían abajo.
El segundo piso está relacionado con la
sociedad y las personas. Aúna ocho ODS, entre los que están Fin
de la pobreza (ODS1), Hambre cero (ODS 2), Educación de calidad (ODS 4) y
Ciudades y comunidades sostenibles (ODS 11). Estos ODS buscan, por ejemplo, que
María y el resto de las niñas del mundo tengan una vida digna, salud, bienestar
y oportunidades.
El último y el más pequeño de los pisos
contiene los ODS vinculados a la economía,
como Trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8) y Reducción de las
desigualdades (ODS 10). Objetivos que solo podrán cumplirse en su totalidad si
los anteriores (es decir, los que forman los cimientos y los primeros pisos de
la tarta) están garantizados.
Por último, y como si se tratase de la
guinda del pastel, está el ODS 17, que busca crear alianzas
para lograr estos objetivos. Pero el contenido de la tarta no termina aquí: le
faltan los ingredientes, que en este caso tienen forma de metas, indicadores e
informes.
Las metas
para alcanzar los objetivos
La Agenda 2030 suma un
total de 169 metas que se deben cumplir para alcanzar los 17 Objetivos
de Desarrollo Sostenible. El ODS 6, por ejemplo, presenta seis metas necesarias
para garantizar aguas limpias y saneamiento para todos. Entre ellas, “lograr el
acceso a servicios de saneamiento e higiene adecuados y equitativos y poner fin
a la defecación al aire libre” y “proteger y restablecer los ecosistemas
relacionados con el agua, incluidos los bosques, las montañas, los humedales,
los ríos, los acuíferos y los lagos”.
El ODS 4, por otro lado, busca
lograr una educación universal de calidad. Para ello, la ONU
considera que deben alcanzarse siete metas, comenzando por “asegurar que todos
los niños terminen la enseñanza primaria y secundaria, que ha de ser gratuita,
equitativa y de calidad y producir resultados de aprendizaje pertinentes y
efectivos”.
Sin embargo, estas
metas todavía están lejos de acercarse a la realidad. De acuerdo con la ONU, la escasez
de agua afecta a más del 40 % de la población
mundial y se prevé que este porcentaje aumente en los
próximos años. Esto afecta especialmente a las mujeres y las niñas, las
encargadas de recolectar agua en cuatro de cada cinco hogares sin acceso a agua
corriente.
Además, 57 millones de niños siguen sin
asistir a la escuela. Más de la mitad de los pequeños que no están matriculados
viven en el África subsahariana, muchos de
ellos en zonas afectadas por conflictos.
Los
indicadores
Para analizar si estas metas se cumplen, son
necesarios los datos. Actualmente, la ONU cuenta con 232
indicadores para monitorizar el progreso de los diferentes
países y regiones. Para medir la reducción de la pobreza en todas sus formas
(ODS 1), se analizan indicadores como la proporción de la población que vive en
hogares con acceso a servicios básicos, por ejemplo.
Para medir qué se ha logrado para combatir el
cambio climático (ODS 13 se utilizan indicadores como las emisiones anuales
totales de gases
de efecto invernadero o la cantidad de personas que mueren o se
ven afectadas debido a desastres naturales.
Estos indicadores son revisados y, si es
necesario, actualizados de forma periódica. Son muy importantes para comprobar
si el mundo está haciendo lo necesario para
alcanzar las metas y, con ellas, los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Informe
de Desarrollo Sostenible
La información relativa al avance de los
países para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible se presenta en el Informe de Desarrollo Sostenible (Sustainable
Development Report), una publicación que cuenta con mapas interactivos e infografías para
conocer mejor la situación en relación con cada ODS.
El Informe de Desarrollo Sostenible de 2022
concluye que, por segundo año consecutivo, el mundo no está progresando en
la consecución de estos objetivos. La pandemia, la guerra de Ucrania y las
consecuencias de la crisis climática han provocado un frenazo en la evolución
positiva de los años anteriores.
De acuerdo con el informe, para volver al
ritmo anterior (y conseguir que la tarta no se desmorone),
es necesario establecer prioridades, acción y, sobre todo, garantizar más
financiación.
Fuente: bbva.com/es/sostenibilidad
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