Entre las muchas promesas electorales que han marcado la campaña electoral destaca un clásico en materia laboral: la 'quiniela' de cuánto crecerá el empleo y se reducirá el paro en la próxima Legislatura. Mientras el PP prometía alcanzar los 22 millones de ocupados, el PSOE se ponía como objetivo el "pleno empleo".
Pero ambos compromisos chocan con el muro de un paro estructural (el mínimo de desempleo que alcanza una economía sin medidas extraordinarias ni reformas de calado) que puede haberse elevado entre cuatro y cinco puntos respecto a los niveles previos a la crisis financiera.La clave es el incremento del peso del desempleo de larga
duración, que se ha duplicado respecto a 2007, pasando de suponer el 22% del
total de desempleados en 2007 al 41% en el primer trimestre de 2023. En ese
periodo, la tasa de paro de los que llevan más de un año en paro ha crecido del
1,8% al 5,5%, mientras la general ha pasado del 7,9% al 13,65%, según un
análisis elaborado por Asempleo y Ceprede.
La patronal de las ETTs y agencias de colocación
considera que esta evolución "manda señales muy claras" de que el
paro actual en España "está muy cerca del desempleo estructural" y
"va a ser muy complicado" volver a los niveles previos a la crisis
financiera. Con ello, el pleno empleo también se convierte en un objetivo cada
vez más impensable. También lo parece poder bajar del umbral del 10% de tasa de
paro en 2026, como estima la vicepresidenta de Asuntos Económicos en funciones.
Hablar de pleno empleo no depende tanto del número de
personas trabajando (ya que es lógico que si la población aumenta estos
aumenten) como de su relación con el número de total de activos (es decir, la
suma de ocupados y a los parados). Guarda, por tanto, una estrecha relación con
el concepto de paro estructural..
En este sentido, los datos del último año son positivos,
pero siguen muy lejos de ser suficientes. En el primer trimestre del año, el
número de ocupados había aumentado un 1,8% interanual, hasta los 20,4 millones,
cinco décimas por encima de la población activa, que ha aumentado un 1,3%. En
paralelo, el número de parados ha descendido un 1,47%, hasta los 3,12 millones.
Unos datos que se producen en un contexto en el que, tras
el parón de la pandemia, el mercado laboral europeo está dando muestras de
sorprendente resistencia ante las incertidumbres derivadas de la inflación y la
guerra de Ucrania. Algo que ha permitido a los partidos políticos mostrarse
optimistas respecto al desarrollo de los próximos años.
Pero el hecho es que la tasa de paro sigue estancada en
el 13% y no da señales claras de mejora. Este 'misterio' puede quedar más claro
si comparamos con el momento histórico en el que España estuvo cerca de
alcanzar el 'pleno empleo'. O, dicho de otra forma, su nivel de paro
estructural. Fue en 2007, cuando la ocupación alcanzó un máximo de 20,7
millones de ocupados y el paro marcó 1,8 millones de parados, con un mínimo de
la tasa de paro del 7,9%.
PINCHA AQUÍ para leer el artículo original escrito por
Javier Esteban.
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