La encuesta sobre la percepción social de la innovación de Cotec revela que el número de personas sin estudios que temen el cambio digital ha aumentado un 32% en dos años.
“Para usted,
¿la innovación es algo positivo o negativo?” es la primera de 40 preguntas que
la Fundación para la Innovación Cotec ha hecho a 2.404 españoles de entre 18 y 65 años. Aunque
la respuesta obtenida es positiva —un
73% de la población—, la confianza
en el transición digital cae 16 puntos en tan solo dos años.
En la presentación
en Madrid de la III Encuesta de percepción social de la
innovación en España, realizada este jueves, los ponentes han reiterado que los colectivos
vulnerables son los que están más inquietos frente al cambio tecnológico. En el
segmento de las personas sin estudios, la desconfianza en la revolución
tecnológica ha aumentado un 32% mientras que en el de los empresarios,
doctorados y otros profesionales, solo lo hace un 8%. Jorge Barrero, director general de Cotec, opina
que este aumento se debe a la falta de información. “En otros momentos de la
historia, la utopía ha dominado la visión del futuro. Hoy, dominan las
distopías y tiene que ver con el momento complejo de transformación que estamos
viviendo”, añade.
Rosa Díaz,
directora de la institución de
investigación del mercado Sigma Dos, que colabora con la fundación
en este estudio, explica que es “muy importante ver cómo la sociedad ha
cambiado en función de los sectores y entender el impacto de la transformación
digital en cada colectivo”. Hasta el 34%
de los españoles, trabajadores o desempleados, no se ven capacitados para
afrontar el nuevo mercado digital que se dibuja. El
estudio segmenta las respuestas en función del perfil del participante: su
edad, su sexo, sus ingresos, dónde vive y sus estudios.
Brecha de género y desigualdad
social
Para empezar, hay una notable diferencia entre mujeres y hombres.
Ellas desconfían más que ellos en la innovación y en su capacidad en afrontar
el cambio. Sin embargo, la mitad de los ciudadanos (con una mayoría de hombres)
piensa que la tecnología reducirá la brecha laboral de género actual y que
además favorecerá la conciliación con la vida personal.
En
la misma línea, pero con un toque más pesimista y que además permanece estable
desde 2017, el 55% de los españoles mantiene la idea de que la
tecnología aumenta la desigualdad social. Los que se sienten más inseguros en
cuanto a ello son los colectivos “más vulnerables”, es decir, ciudadanos en
paro, con trabajos poco cualificados, con escasos estudios, bajos ingresos o
habitantes de municipios pequeños. Para solventar este problema, el 61% de la
población es partidaria de establecer la renta básica universal.
César González, investigador en
Sigma Dos, destaca que esta encuesta tiene muestras suficientes para sacar
conclusiones y que tener en cuenta el tamaño del hábitat de los participantes
fue una clave. “Ha sido crucial tener en cuenta el tamaño del municipio y la
opinión de los habitantes sobre si la tecnología facilita el desarrollo en las
poblaciones rurales o no. En mi pueblo de San Bartolomé en Canarias no piensan
lo mismo que en Madrid”, asegura. En las ciudades como la capital y Barcelona,
los habitantes tienen una visión mucho más positiva sobre el entorno rural que
los residentes del mismo de hasta nueve puntos de diferencia.
Sistema
educativo y empleo
Los ciudadanos de entre 18 y 29 años son más críticos con el
sistema educativo que no responde como es debido al empleo demandado y con la
poca cultura de la innovación en España. Sin embargo, se sienten más confiados
para competir en el nuevo mercado que los mayores de 45. Otro dato que llama la
atención en el informe de Cotec es que el 77% de este colectivo, que ha nacido
lejos de las redes sociales y sin un smartphone en
la mano, considera que la innovación es positiva, mientras que en los jóvenes
la cifra no supera el 70%.
El 80 % de los ciudadanos cree
que la sociedad no se está preparando para la transición, nueve puntos más que
el año pasado. Además, la automatización del empleo en los 15 próximos años es
un temor que sigue vigente en las mentes de los trabajadores. La mitad de la
población considera que la tecnología destruye más trabajos que crea mientras
otra parte (el 48%) confía en que este vacío será compensado por nuevos labores.
Además, en dos años, la cifra de los ciudadanos que conocen el concepto de
economía circular ha triplicado hasta alcanzar un 32%.
Pese a las mejoras, lo que queda claro tras la presentación,
aunque haya muchas variables, es que la población española teme la transición,
se muestra más pesimista que en 2017 y pide al Gobierno un mayor liderazgo y
una mayor apuesta en la innovación y el desarrollo.
Fuente: elpais.com
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