miércoles, 20 de enero de 2021

Tres lecciones del cambio climático que podemos aplicar a la crisis del empleo


La pandemia ha terminado por acelerar la transformación digital del mercado laboral, dibujando un futuro incierto en el horizonte para millones de trabajadores.

La crisis del empleo derivada del coronavirus no es solo un problema a corto plazo: al margen de la incógnita a futuro que suponen los más de 700.000 españoles en situación de ERTE en estos momentos -parece que seguirán igual, al menos, hasta el 31 de mayo-, la profunda transformación digital que hemos vivido en el último año promete cambiar radicalmente el panorama del mercado laboral actual cuando retomemos una cierta normalidad. En este sentido, ¿qué pasará con el empleo? ¿Estamos abocados a un nuevo escenario en el que solo sobrevivan quienes trabajen en sectores relacionados con IT? Paradójicamente, nuestro futuro tiene mucho que ver con el cambio climático y sus efectos sobre el planeta.

1- Es inevitable

El cambio climático es inevitable. Se trata de un proceso natural de la Tierra que se ha repetido en ciclos prolongados a lo largo de la Historia: en la actualidad, si bien nos encontramos en plena glaciación, que dura ya unos 2,8 millones de años, desde hace unos 12.000 años vivimos una época interglaciar, es decir, un lapso más breve de temperaturas y climas más suaves. Es lo que llamamos el Holoceno. Y, dentro de este período interglaciar, nos encontramos en pleno proceso de calentamiento global, siguiendo la teoría de ciclos de Bond -o ciclos climáticos de 1500 años-, que son fluctuaciones del clima que han ocurrido períodicamente durante el Holoceno.

De forma similar, la innovación tecnológica nos lleva a pensar que la digitalización es inevitable: en los últimos años, la automatización del empleo no solo ha provocado que la mitad de la población mundial se encuentre en riesgo de perder su puesto de trabajo en las próximas dos décadas, sino que los perfiles más demandados se hayan enfocado más que nunca hacia la IT. Es un proceso 'natural', en este caso derivado de la eterna aspiración humana de crear tecnologías cada vez más avanzadas para mejorar nuestra calidad de vida. Es decir, que independientemente los avances en el último año, el empleo se dirige inexorablemente hacia la digitalización. Y, ahora mismo, las sociedades no están formadas al 100% para ello.

2- Un factor externo lo acelera

Decíamos que el cambio climático es natural e inevitable. Sin embargo, a estas alturas no existe ningún resquicio de duda de que los eventos que llevan sucediéndose en la Tierra en los últimos dos siglos tienen detrás la acción del hombre: aumento global de las temperaturas, subida del nivel del mar, deshielo en los polos, destrucción de la capa de ozono. El hombre es el causante directo de la aceleración del cambio climático en nuestro planeta, que al ritmo actual avanza hacia su propia destrucción. No es de extrañar que los expertos se estén planteando cambiar el nombre del Holoceno por el de Antropoceno.

Algo similar a lo que ocurre con la transformación digital del mercado laboral: en el último año, la crisis del coronavirus ha actuado como catalizador, acelerando un proceso que ya estaba en marcha en las últimas décadas. El auge del teletrabajo o el 'boom' del e-commerce son solo dos expresiones más del trasfondo. La digitalización está modificando a pasos agigantados el panorama del empleo y, si bien a principios de 2020 ya se vislumbraba la progresiva transformación que viviríamos, ahora empieza a ser más importante que nunca disponer de un 'background' digital, incluso en puestos analógicos, como el frutero de toda la vida que empieza a vender online. La pandemia es al empleo lo que el hombre al cambio climático.

3- Adaptarse al nuevo entorno

El tercer paso del proceso es adaptarse o morir. En el caso del cambio climático, literalmente: según los Acuerdos de París, al ritmo actual la temperatura global aumentará dos grados centígrados, con consecuencias catastróficas para la vida en el planeta. Por eso, las iniciativas para reducir las emisiones, la electrificación del transporte y las energías renovables son el único camino a seguir por la humanidad para garantizar su propia supervivencia.

Con el empleo sucede algo parecido. La profunda transformación del mercado laboral, que en España percibiremos probablemente cuando la pandemia remita y los ERTE finalicen, derivará inevitablemente en una crisis del empleo sin precedentes: no solo habrá índices récord de desempleo, sino que muchos de quienes no se han reinventado de un modo u otro en el último año sufrirán para encontrar nuevas oportunidades. De ahí la importancia de reciclarse, adquirir nuevas competencias digitales, reforzar las 'soft skills' más demandadas a partir de este año y, por supuesto, adaptarse a nuevos conceptos como el teletrabajo.

Fuente: www.lainformacion.com/management

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