La pandemia ha terminado por acelerar la transformación digital del mercado laboral, dibujando un futuro incierto en el horizonte para millones de trabajadores.
La crisis del empleo
derivada del coronavirus no es solo un problema a corto plazo: al margen de la
incógnita a futuro que suponen los más de 700.000 españoles en situación de ERTE
en estos momentos -parece que seguirán igual, al menos, hasta
el 31 de mayo-, la profunda transformación digital que
hemos vivido en el último año promete cambiar radicalmente el
panorama del mercado laboral actual cuando retomemos
una cierta normalidad. En este sentido, ¿qué pasará con el empleo? ¿Estamos
abocados a un nuevo escenario en el que solo sobrevivan quienes trabajen en
sectores relacionados con IT? Paradójicamente, nuestro futuro tiene mucho que ver con
el cambio climático y sus efectos sobre el planeta.
1- Es inevitable
El cambio climático es
inevitable. Se trata de un proceso natural de la Tierra que se ha repetido en
ciclos prolongados a lo largo de la Historia: en la actualidad, si bien nos
encontramos en plena glaciación, que dura ya unos 2,8 millones de años, desde
hace unos 12.000 años vivimos una época interglaciar, es decir,
un lapso más breve de temperaturas y climas más suaves. Es lo que llamamos el
Holoceno. Y, dentro de este período interglaciar, nos encontramos en pleno
proceso de calentamiento global, siguiendo la teoría de ciclos
de Bond -o ciclos climáticos de 1500 años-, que son fluctuaciones del clima que
han ocurrido períodicamente durante el Holoceno.
De forma similar, la
innovación tecnológica nos lleva a pensar que la digitalización es inevitable:
en los últimos años, la automatización del empleo no solo ha provocado que la mitad
de la población mundial se encuentre en riesgo de perder su puesto de trabajo en
las próximas dos décadas, sino que los perfiles más demandados se hayan
enfocado más que nunca hacia la IT. Es un proceso 'natural', en este caso
derivado de la eterna aspiración humana de crear tecnologías cada vez más
avanzadas para mejorar nuestra calidad de vida. Es decir, que independientemente
los avances en el último año, el empleo se dirige inexorablemente hacia la
digitalización. Y, ahora mismo, las sociedades no están
formadas al 100% para ello.
2- Un factor externo lo acelera
Decíamos que el cambio
climático es natural e inevitable. Sin embargo, a estas alturas no existe
ningún resquicio de duda de que los eventos que llevan
sucediéndose en la Tierra en los últimos dos siglos tienen detrás la acción del
hombre: aumento global de las temperaturas, subida del nivel del
mar, deshielo en los polos, destrucción de la capa de ozono. El hombre es el causante
directo de la aceleración del cambio climático en nuestro planeta,
que al ritmo actual avanza hacia su propia destrucción. No es de extrañar que
los expertos se estén planteando cambiar el nombre del Holoceno por el
de Antropoceno.
Algo similar a lo que ocurre
con la transformación digital del mercado laboral: en el último año, la crisis
del coronavirus ha actuado como catalizador, acelerando un proceso que ya
estaba en marcha en las últimas décadas. El auge
del teletrabajo o el 'boom' del e-commerce son
solo dos expresiones más del trasfondo. La digitalización está modificando a
pasos agigantados el panorama del empleo y, si bien a principios de 2020 ya
se vislumbraba la progresiva transformación que viviríamos,
ahora empieza a ser más importante que nunca disponer de un 'background'
digital, incluso en puestos analógicos, como el frutero de toda la vida que
empieza a vender online. La pandemia es al empleo lo que
el hombre al cambio climático.
3- Adaptarse al nuevo
entorno
El tercer paso del proceso
es adaptarse o morir. En el caso del cambio climático, literalmente: según los
Acuerdos de París, al ritmo actual la temperatura global aumentará dos grados
centígrados, con consecuencias
catastróficas para la vida en el planeta. Por eso, las iniciativas
para reducir
las emisiones, la electrificación del transporte y las energías renovables son
el único camino a seguir por la humanidad para garantizar su propia
supervivencia.
Con el empleo sucede algo
parecido. La profunda transformación del mercado laboral, que en España
percibiremos probablemente cuando la pandemia remita y los ERTE finalicen,
derivará inevitablemente en una crisis del empleo sin precedentes: no
solo habrá índices récord de desempleo, sino que muchos de quienes no se han
reinventado de un modo u otro en el último año sufrirán para
encontrar nuevas oportunidades. De ahí la importancia de reciclarse, adquirir
nuevas competencias digitales, reforzar las 'soft skills' más demandadas a
partir de este año y, por supuesto, adaptarse a nuevos
conceptos como el teletrabajo.
Fuente: www.lainformacion.com/management
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