Octubre
de 2014 ha sido el "mes urbano", 31 días de reflexión sobre los
desafíos, oportunidades y el futuro de las cuestiones urbanas. Cuestiones
claves para la construcción de un futuro sostenible en un mundo en proceso
acelerado de urbanización.
Entre
2014 y 2050, unos 2.500 millones más de personas vivirán en zonas urbanas y
prácticamente todas ellas en los países en vías de desarrollo, según los datos presentados por Naciones Unidas. Hoy en día, 800 millones de personas viven en asentamientos
informales. ¿Quién va a hacer frente a este proceso de transformación? No
podemos dejar que sean únicamente los gobiernos nacionales y la comunidad
internacional, tan lejos de la realidad de los ciudadanos, quienes decidan
cuáles son los factores clave para que el día de mañana no existan suburbios,
para eliminar la pobreza extrema, para que la población tenga acceso a
servicios básicos como el agua, saneamiento, sanidad, educación, y para la
construcción de un futuro sostenible. Para ello, se necesita otro tipo de
participación, una más cercana a las necesidades de las comunidades.
Desde
Ciudades y Gobiernos
Locales Unidos (CGLU), red
mundial con sede en España desde la que representamos a más de 250.000 gobiernos
locales y regionales, hemos decidido aprovechar el mes urbano para incidir en
la inclusión, en la nueva agenda de desarrollo, de un objetivo de desarrollo
urbano, con el fin de sensibilizar sobre los desafíos
y las oportunidades de las ciudades y de todas las formas de asentamientos
humanos.
¿Por
qué un objetivo de desarrollo urbano? Porque el mundo ha cambiado mucho desde
aquella Declaración del Milenio firmada
hace ahora 14 años, una declaración que logró movilizar muchas voluntades
políticas y concertar, en ocho objetivos, la agenda de desarrollo
internacional. En estos años, hemos aprendido que sin la colaboración de las
bases hay muchos objetivos que no se podrán alcanzar. Ahora, que nos
encontramos frente al borrador de los futuros Objetivos de Desarrollo
Sostenible, que darán forma a la agenda para después de 2015, es el momento de
recordar que el mundo se encuentra en un proceso continuo de urbanización y
señalar el potencial transformador y el papel que juegan las ciudades. Sin una
verdadera estrategia global de desarrollo urbano, será imposible construir un
futuro de desarrollo sostenible.
La
nueva agenda de desarrollo ha de incorporar los retos de un mundo distinto y
complejo, de un mundo urbano. Para ello, contamos con las experiencias
aprendidas de estos 14 años que nos ayuden a construir una agenda única,
universal, que incluya a todos los actores del desarrollo. Los futuros
objetivos de desarrollo deberán centrarse en la creación de ciudades
inclusivas, con infraestructuras adecuadas y servicios para todos sus
habitantes. Además, estos mismos objetivos habrán de culminar en una Nueva
Agenda Urbana en el 2016, que será redactada en la Conferencia de Habitat III.
Las
ciudades pueden ser la plataforma ideal para dar forma a la agenda de
desarrollo urbano para los próximos 20 años, pero para ello han de estar
preparadas. Es importante subrayar que es en las ciudades de todo el mundo
donde se sufren las presiones de la globalización, la migración, la desigualdad
social o la contaminación del medio ambiente. Reducir el desempleo, las
desigualdades y el impacto del cambio climático, representan los mayores
desafíos que la comunidad internacional solo podrá “solucionar” con políticas
para y con las ciudades. Por ello, la Organización Mundial de Ciudades y Gobiernos
Locales Unidos se propone facilitar la Segunda Asamblea Mundial de Ciudades Autoridades Locales y sus Asociaciones, heredera de la primera que tuvo lugar en Estambul en
1995.
El
compromiso de las ciudades con la participación de los ciudadanos será clave
para el éxito de la futura agenda global. Pero para conseguirlo, es necesario
implicar a los actores locales y regionales en la futura agenda de desarrollo,
teniendo en cuenta a los gobiernos locales y regionales como parte importante
de la gobernanza global. De esta forma, implicaremos a los ciudadanos, para
hacer frente a las necesidades reales de la población.
Para
hacernos una idea de la importancia que tienen los gobiernos locales y
regionales, tengamos en cuenta que representan el 99.9 % de los gobiernos del
mundo. Recordemos que los gobiernos nacionales, reconocidos por Naciones
Unidas, no llegan a 200, de los cuales 104 tienen menos de 3 millones de
habitantes. En cambio, hay ya 153 ciudades de más de 3 millones.
El
objetivo de desarrollo urbano sostenible, no es importante únicamente porque
centra la atención en los desafíos urbanos urgentes, movilizando y empoderando
a todos los actores urbanos, sino también porque trabaja sobre la base de un
enfoque territorial. Las fronteras nacionales no son las fronteras humanas. Las
ciudades y las regiones no desean ser independientes, como los Estados, sino
interdependientes como los ciudadanos. Todos estamos estrechamente relacionados
y la colaboración entre los gobiernos y la comunidad será vital para enfrentar
los retos de la globalización.
Las
transformaciones urbanas son posibles, pero para ello han de establecerse
mecanismos adecuados de gobernanza y financiación locales. Para acabar con las
desigualdades en el día de mañana, se ha de dotar hoy a los gobiernos locales y
regionales con los recursos y los poderes legales necesarios, para atender a
las necesidades de los ciudadanos y facilitar las voces de los más
desfavorecidos.
Josep Roig es
el Secretario General de CGLU, la red mundial de ciudades, gobiernos
locales y regiones
0 comentarios:
Publicar un comentario