viernes, 4 de diciembre de 2015

Diez pautas para tener una empresa sostenible



Mucho se habla en la actualidad sobre la sostenibilidad y su relación con la empresa, y en lo mucho que una empresa puede hacer por el entorno en el que trabaja aplicando unas sencillas medidas sostenibles como parte de la actividad empresarial. 

 
La sostenibilidad está de moda. Una buena parte de las empresas utilizan la sostenibilidad como parte del marketing empresarial, después de todo, la idea de que una empresa es sustentable, “vende”.
 
Pero la sostenibilidad, no es solo una forma de publicidad, sino una serie de valores y actitudes que repercuten de forma positiva en la sociedad, en la economía y en el entorno.
Si se siguen un plan sostenible empresarial bien elaborado, será bueno para la publicidad de la empresa. Sí, pero además tendrá un impacto positivo en la sociedad y en el entorno y, por si fuera poco, supondrá un ahorro importante para la empresa.
 
¿Cómo conseguir mejorar la sostenibilidad de la empresa?
 
La sostenibilidad como concepto consiste en adoptar una serie de medidas que repercutan de forma positiva en el entorno y en la sociedad, y que reduzcan en impacto negativo de la actividad empresarial en el Medio Ambiente.
 
Aprovechar los recursos naturales del entorno, confiar en el comercio sostenible o participar de forma activa en actividades sociales son solo algunas formas habituales de conseguir una empresa sostenible. Eso sí hay muchas formas de lograrlo, estas son algunas medidas básicas.
 
1. Escoger un valor, pero no renunciar a la sostenibilidad como concepto.
Escoger el valor, o los valores en los que la empresa se centrará es el primer paso para conseguir una empresa realmente sostenible.
 
 
No se trata de elegir aquella que a priori parece más atractiva desde el punto de vista del marketing, sino aquella en la que tanto directivos como trabajadores puedan implicarse de una forma directa. Es decir, elegir valores que motiven a los empleados y con los que sientan que están actuando en beneficio de su propia comunidad.
El empleo de los jóvenes de la comunidad en la que se encuentra la empresa, el apoyo al comercio local o un uso responsable de los recursos naturales del entorno son fórmulas comunes de sostenibilidad, pero muy efectivas.
 
2. Implicar a toda la empresa.
 
Cuando los valores propuestos por la empresa están elegidos teniendo en cuenta las inquietudes de los trabajadores es más sencillo conseguir que una buena parte del personal se sienta identificada con estos objetivos.
Pero el éxito radica en conseguir que todos los trabajadores se sientan identificados con los valores sostenibles afines con los propios y que empleen medios para favorecer en cumplimiento de estos con el menor impacto negativo.
 
3. Elegir a las empresas que trabajan por valores afines a los propios.
 
Del mismo modo que es esencial implicar a los empleados, también hay que tener en cuenta que la empresa no trabaja de forma aislada, sino que necesita de otras empresas para llevar a cabo la actividad empresarial.
 
Elegir a aquellos negocios que promueven acciones sostenibles afines con las propias, mejora en impacto total.
 
4. Marcar metas de sostenibilidad.
 
La sostenibilidad es medible y valorar en función de su impacto a corto, medio y largo plazo. Marcar metas concretas es una buena forma de conocer el impacto de las medidas en el entorno y, además, de corregir o modificar posibles errores para mejorar en los objetivos con previsión.
 
5. Promover la cultura del reciclaje.
 
El reciclaje es un gesto que cuesta muy poco y que es muy fácil de implementar en cualquier negocio. Papel, tóner, plásticos son algunos de los productos que se pueden reciclar y que la mayor parte de las empresas utilizan de forma habitual.
 
6. Optar por la digitalización de documentos.
 
La emisión de facturas digitales y la promoción de las comunicaciones mediante correos electrónicos son otra de las formas más simples de reducir el impacto de la empresa en el entorno. Además, supone un importante ahorro de costes empresariales.
 
7. Potenciar el uso sostenible de los recursos de la empresa.
 
La concienciación es importante, pero hay que traducirlo en medidas concretas, es más, la sostenibilidad es más sencilla de desarrollar en la empresa si se traduce en acciones concretas, como un uso responsable del material de oficina, de los vehículos de la empresa, el uso de las medidas de seguridad…
 
8. Premiar a los empleados que usan el transporte público o la bicicleta.
 
Es habitual que las empresas incluyen entre los conceptos de la nómina un plus para los empleados que utilizan coche propio para acceder a la oficina, algo que no ocurre con alternativas que reducen el impacto en el Medio Ambiente, como el uso del transporte público y, mucho menos, con empleados que utilizan medios sostenibles, como ir en bicicleta o caminando.
En algunas empresas de periferia sin posibilidad de transporte público o de alternativas sostenibles, podría ser interesante, disponer de un vehículo común para transportar a los trabajadores.
 
9. Animar a los trabajadores a que expongan ideas para la sostenibilidad.
 
Tener un fin sostenible y unas metas no quiere decir que este sea un compartimento estanco en el que solo tienen voz y decisión los directivos.
Escuchar las ideas y propuestas de los trabajadores favorece mayor implicación por parte de estos y favorece la consecución de objetivos de una forma más sencilla.
 
10. Contactar con una consultoría de sostenibilidad.
 
Hay acciones sostenibles que resultan obvias y fáciles de implementar, pero cada empresa trabaja de una forma concreta y empleando determinados recursos, en ocasiones, conocer las mejores opciones para ser una empresa sostenible de forma fácil no es tan sencillo como podría parecer.
En este caso, una buena solución es contratar los servicios de una consultoría que identifique los valores de la empresa y promueva estrategias para mejorar su sostenibilidad.
 
La sostenibilidad como objetivo
 
La sostenibilidad no se debe ver como una forma de publicidad sino como una preocupación por el impacto de la actividad empresarial en el entorno, procurando dejar la menor huella, es decir como el objetivo de que la actividad empresarial tenga un impacto positivo en el entorno en el que trabaja.
 
Fuente: infocif.es
 

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