lunes, 27 de enero de 2020

El campo como oportunidad de vida, Castilla-La Mancha busca desde este 2020 la complicidad de los pueblos en su lucha contra la despoblación


El responsable del nuevo Comisionado para el Reto Demográfico de Castilla-La Mancha, Jesús Alique, explica los desafíos en los que trabajan que confluirán en la Ley de Desarrollo Rural Territorial y Contra el Despoblamiento de Castilla-La Mancha.


La estructura poblacional de Castilla-La Mancha se caracteriza por pronunciados desequilibrios en los intervalos municipales, y por los contrastes entre provincias. Cuenta con 919 municipios, y el prototipo más representativo se corresponde con los municipios rurales de menos de 500 habitantes. 
Es la radiografía demográfica de una de las regiones españolas más afectadas por la despoblación, un fenómeno que influye en la calidad democrática de la población. Para ello, el nuevo Comisionado para el Reto Demográfico de Castilla-La Mancha, creado hace seis meses por el Gobierno autonómico, trabaja en una estrategia que vertebrará todos los territorios para transformar en oportunidades las sinergias locales y captar fondos regionales, nacionales y europeos. Jesús Alique, su responsable, habla de los retos para este 2020, y de la necesidad de arremangarse y buscar soluciones a un problema “complejo”. Y a largo plazo. Todos a una, sociedad civil y administraciones han de trabajar en colaboración para que los ciudadanos rurales vivan en igualdad de condiciones, puedan elegir y no verse obligados a emigrar forzosamente. Las mujeres y los jóvenes, aduce, son el objetivo para la transformación, en la que la digitalización tiene un papel principal. “Es como el agua o la electricidad”.

PREGUNTA.- ¿Cuáles son los retos del comisionado que usted encabeza para este 2020?

RESPUESTA.- El Gobierno de Castilla-La Mancha ya hizo aportaciones en la apertura de trabajos de la Estrategia Nacional frente al Reto Demográfico, surgida de un acuerdo de la Conferencia de Presidentes de 2017. Propusimos cuestiones cono la financiación autonómica, la necesidad de un fondo nacional de desarrollo rural, y otras políticas que mejorar a través de los fondos de cohesión europeos. Tiene que haber presupuesto específico para luchar contra la despoblación de los fondos estructurales que vienen de Europa. Seguiremos haciendo reivindicaciones porque es un asunto de Estado y hay que abordarlo como tal, aprovechando las sinergias nacionales y las que vengan de Europa, aunque, como región también nos hemos puesto en primera línea de acción: vamos a abordar una estrategia este mismo año, en el marco de la Ley de Desarrollo Rural Territorial y Contra el Despoblamiento de Castilla-La Mancha que estamos elaborando, y que nos tiene que ayudar a afrontar el reto demográfico, en colaboración con la gente que vive en los pueblos. 
Ya se han recibido 38 propuestas de colectivos, organizaciones y particulares en el periodo de consulta previa del anteproyecto, y 2020 va a ser un año importante para avanzar esta normativa que será aprobada por las Cortes en 2021. Igualmente, estamos a la espera de firmar un pacto contra la despoblación a corto plazo, ya nos hemos reunido con los agentes sociales –CCOO, UGT y  CECAM-, con la Red Castellano Manchega de Desarrollo Rural (RECAMDER)  y nos falta hablar con la presidenta de la Federación de Municipios de Castilla La Mancha, porque la despoblación es un problema estructural que hay que abordar con la complicidad de todos los agentes sociales y territoriales.

P.- Contrariamente, los últimos datos del INE recogen un crecimiento demográfico en Castilla-La Mancha, con 3.563 habitantes más en el primer semestre de este año y un alza del 0,18%, ¿dónde se ha concentrado esta población, en las ciudades?

R.-  La población de Castilla La Mancha creció intensamente en la primera década de este siglo, llegando en 2011 a alcanzar 2.155.334 habitantes. Desde ese año, la tendencia cambió por el impacto de la crisis económica y empezaron a salir personas que habían entrado a la región, fundamentalmente extranjeros. Así, entre 2011 y 2018 perdieron población todas las provincias de la comunidad, pero en 2019 se ha registrado la novedad de que ha ganado población. La tendencia se ha revertido en conjunto, pero no en todas las provincias ha sido igual. Ha habido caída demográfica en Ciudad Real, Cuenca y Albacete, y han subido en habitantes Toledo y Guadalajara, debido a que los corredores de La Sagra y el Henares se están beneficiando de la cercanía a Madrid y de su descongestión de la actividad económica. Son los efectos de las llamadas fuerzas del mercado -laboral o residencial-, tal y como plasma el libro ‘¿Lugares que no importan?’, de Fernando Collantes y Vicente Pinilla, que analiza la pérdida de habitantes del medio rural desde principios del siglo XX hasta la actualidad. 
Las tendencias demográficas al alza en los ámbitos no urbanos son el resultado lo que le está pasando a estos corredores, donde se han instalado industrias y son zonas residenciales, y han hecho que Toledo y Guadalajara en su conjunto crezcan en población. Aunque el balance como provincias sea irregular porque la crisis demográfica es cuestión de territorios. Precisamente, Guadalajara, junto a Cuenca, sufre con más intensidad el problema de la despoblación. En concreto, en el 85% de sus municipios y en el 82% de su superficie (representa al 10% población). A nivel regional también es desigual porque no son lo mismo los entornos urbanos que los más alejados de las capitales, es el caso de las periferias de Albacete y Ciudad Real.

P.- ¿Y en cuál sería la radiografía de la población delas provincias de la región?

R.- Cuenca tiene zonas dispersas, con las serranías o la Alcarria, como Guadalajara, con la sierra norte, la Alcarria, o la zona de Molina de Aragón. Ciudad Real no es lo mismo la capital que las comarcas de los Montes Norte y Sur, y el Campo de Montiel, afectados por la despoblación, similar a Albacete, también con zonas menos pobladas como Montiel, o la Sierra de Alcaraz y la del Segura. La estructura poblamiento de la región se caracteriza por pronunciados desequilibrios en los intervalos municipales, así como por los contrastes entre provincias y ámbitos centrales y periféricos. Cuenta con 919 municipios, y el intervalo más representativo se corresponde con los municipios rurales de menos de 500 habitantes, que son el 57% de os pueblos y el 4% de la población. Y están en Guadalajara, Cuenca y las periferias de Albacete, Ciudad Real y en menor medida Toledo, más localizado en la zona de Oropesa y la Sierra de San Vicente.

P.- Y en base a la tendencia registrada en positivo, ¿son los inmigrantes parte de la solución?

R.- 2019 ha sido el primer año desde 2011 en el que ha crecido la población en Castilla-La Mancha debido a la entrada de población desde el exterior y también por el retorno de la gente que salió España en los años de crisis por las políticas el Gobierno de García-Page. Así, se ha compensado el comportamiento negativo del saldo vegetativo (nace menos gente que muere), y gracias a esa población hemos sido capaces de equilibrar y aumentar la población. Lo mismo ocurrió a principios de siglo, cuando las personas inmigrantes ayudaron a engordar las cifras de población. Esto sucede cuando hay crecimiento económico y oportunidades laborales, mientras que épocas de crisis, se marchan. Lo razonable será que en los próximos años las personas inmigrantes ayuden a mantener el ascenso demográfico..

P.- Provincias como Ciudad Real se lo han tomado muy en serio y la Diputación ha contemplado en sus presupuestos de 2020 una partida de 11,55 millones para la lucha contra la despoblación y el desarrollo sostenible. ¿Cómo lo valora? ¿Trabajarán coordinadamente para que no haya duplicidades? 

R.- En la estrategia a nivel regional se pueden sumar las corporaciones locales a través de la FEMP, y colaboramos entre los distintos niveles para coordinarlos en las políticas a llevar a cabo. Queremos que las diputaciones sean principales actores de las acciones, y en el caso de Ciudad Real ya hemos avanzado trabajo con un reciente encuentro entre el vicepresidente del Gobierno de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro, y el presidente de la Diputación,  José Manuel Caballero, en el que repasar las acciones conjuntas a desarrollan para prestar mejores servicios a los ciudarrealeños.

P.- ¿Y hay una estructuración del comisionado a nivel provincial?

R.- Sí, hay delegaciones, y en Ciudad Real es Sonia Montes. Serán los enlaces provinciales porque el comisionado tiene como principal trabajo coordinar la política del gobierno regional de las distintas consejerías  para afrontar el reto, en el que también son protagonistas el envejecimiento y la masculinización de la población. Es importante marcar como objetivos prioritarios para luchar contra la despoblación a las mujeres y a los jóvenes. La revitalización de los núcleos rurales pasa por diversificar la actividad económica, más allá de la agricultura, a través de sectores como el comercio, el turismo, y el aprovechamiento de recursos endógenos, además de garantizar la prestación de servicios públicos, sanidad, educación, servicios sociales, cultura u ocio. De esta manera habrá igualdad de oportunidades y las personas podrán elegir y no verse obligadas a emigrar forzosamente.

P.- Pero todavía se ve el mundo rural como decadente, ¿no cree?

R.- Cuando tengo oportunidad pido a quien me escucha que eliminen los estereotipos y pongan en valor la imagen y reputación del mundo rural. No me gusta hablar de España ‘vaciada’, porque hay recursos naturales, culturales, o arquitectónicos, y hay personas que quieren vivir dignamente y reclaman derechos para vivir como los ciudadanos del mundo urbano. Hay que eliminar estereotipos como eso de que una persona no vale porque se ha quedado en el pueblo.

P.- Y además en España el término paleto es tiene una connotación despreciativa

R.- Es así, pero no es verdad porque el mundo rural tiene muchas ventajas, sociales, medioambientales, económicas y de salud. Hasta hace poco, las ciudades eran el paradigma de la eficiencia, pero allí hay contaminación, problemas de movilidad, estrés y desigualdades. En los pueblos hay  oportunidades de empleo para muchas personas y una vida mejor. Y también hay un asunto que hay que explotar como es el teletrabajo.

P.- ¿Y qué medidas contemplan en el ámbito de la transformación digital y la implantación de la banda ancha en el medio rural de la región?

R.- Será uno de los ejes de la futura Ley de Desarrollo Rural Territorial y contra el Despoblamiento. Se garantizará la conectividad territorial, para mejorar las condiciones de vida de las personas e impulsar el desarrollo empresarial y los nuevos modelos de negocio. Se reflejará como un servicio básico del siglo XXI. El acceso a la red es la única forma de igualar las oportunidades en los entornos urbanos y los rurales, es una herramienta indispensable. Sin internet no hay actividad económica, es como el agua o la electricidad.


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