El responsable del nuevo Comisionado para el Reto Demográfico de Castilla-La Mancha, Jesús Alique, explica los desafíos en los que trabajan que confluirán en la Ley de Desarrollo Rural Territorial y Contra el Despoblamiento de Castilla-La Mancha.
La estructura poblacional
de Castilla-La
Mancha se caracteriza por pronunciados desequilibrios en
los intervalos municipales, y por los contrastes entre provincias. Cuenta con
919 municipios, y el prototipo más representativo se corresponde con los
municipios rurales de menos de 500 habitantes.
Es la radiografía demográfica de
una de las regiones españolas más afectadas por la despoblación, un fenómeno
que influye en la calidad democrática de la población. Para ello, el nuevo Comisionado para
el Reto Demográfico de Castilla-La Mancha, creado hace seis meses
por el Gobierno autonómico, trabaja en una estrategia que vertebrará todos los
territorios para transformar en oportunidades las sinergias locales y captar
fondos regionales, nacionales y europeos. Jesús Alique, su responsable, habla
de los retos para este 2020, y de la necesidad de arremangarse y buscar
soluciones a un problema “complejo”. Y a largo plazo. Todos a una, sociedad
civil y administraciones han de trabajar en colaboración para que los
ciudadanos rurales vivan en igualdad de condiciones, puedan elegir y no verse
obligados a emigrar forzosamente. Las mujeres y los jóvenes, aduce, son el
objetivo para la transformación, en la que la digitalización tiene un papel
principal. “Es como el agua o la electricidad”.
PREGUNTA.- ¿Cuáles son los retos del
comisionado que usted encabeza para este 2020?
RESPUESTA.- El Gobierno de
Castilla-La Mancha ya hizo aportaciones en la apertura de trabajos de la
Estrategia Nacional frente al Reto Demográfico, surgida de un acuerdo de la
Conferencia de Presidentes de 2017. Propusimos cuestiones cono la financiación
autonómica, la necesidad de un fondo nacional de desarrollo rural, y otras
políticas que mejorar a través de los fondos de cohesión europeos. Tiene que
haber presupuesto específico para luchar contra la despoblación de los fondos
estructurales que vienen de Europa. Seguiremos haciendo reivindicaciones porque
es un asunto de Estado y hay que abordarlo como tal, aprovechando las sinergias
nacionales y las que vengan de Europa, aunque, como región también nos hemos
puesto en primera línea de acción: vamos a abordar una estrategia este mismo
año, en el marco de la Ley de Desarrollo Rural Territorial y Contra el
Despoblamiento de Castilla-La Mancha que estamos elaborando, y que nos tiene
que ayudar a afrontar el reto demográfico, en colaboración con la gente que
vive en los pueblos.
Ya se han recibido 38 propuestas de colectivos,
organizaciones y particulares en el periodo de consulta previa del
anteproyecto, y 2020 va a ser un año importante para avanzar esta normativa que
será aprobada por las Cortes en 2021. Igualmente, estamos a la espera de firmar
un pacto contra la despoblación a corto plazo, ya nos hemos reunido con los
agentes sociales –CCOO, UGT y CECAM-, con la Red Castellano Manchega de
Desarrollo Rural (RECAMDER) y nos falta hablar con la presidenta de la
Federación de Municipios de Castilla La Mancha, porque la despoblación es un
problema estructural que hay que abordar con la complicidad de todos los
agentes sociales y territoriales.
P.- Contrariamente, los últimos datos del INE
recogen un crecimiento demográfico en Castilla-La Mancha, con 3.563 habitantes
más en el primer semestre de este año y un alza del 0,18%, ¿dónde se ha
concentrado esta población, en las ciudades?
R.- La población de Castilla La Mancha creció intensamente en la primera
década de este siglo, llegando en 2011 a alcanzar 2.155.334 habitantes. Desde
ese año, la tendencia cambió por el impacto de la crisis económica y empezaron
a salir personas que habían entrado a la región, fundamentalmente extranjeros.
Así, entre 2011 y 2018 perdieron población todas las provincias de la
comunidad, pero en 2019 se ha registrado la novedad de que ha ganado población.
La tendencia se ha revertido en conjunto, pero no en todas las provincias ha
sido igual. Ha habido caída demográfica en Ciudad Real, Cuenca y Albacete, y
han subido en habitantes Toledo y Guadalajara, debido a que los corredores de
La Sagra y el Henares se están beneficiando de la cercanía a Madrid y de su
descongestión de la actividad económica. Son los efectos de las llamadas
fuerzas del mercado -laboral o residencial-, tal y como plasma el libro
‘¿Lugares que no importan?’, de Fernando Collantes y Vicente Pinilla, que
analiza la pérdida de habitantes del medio rural desde principios del siglo XX
hasta la actualidad.
Las tendencias demográficas al alza en los ámbitos no
urbanos son el resultado lo que le está pasando a estos corredores, donde se
han instalado industrias y son zonas residenciales, y han hecho que Toledo y
Guadalajara en su conjunto crezcan en población. Aunque el balance como
provincias sea irregular porque la crisis demográfica es cuestión de
territorios. Precisamente, Guadalajara, junto a Cuenca, sufre con más
intensidad el problema de la despoblación. En concreto, en el 85% de sus
municipios y en el 82% de su superficie (representa al 10% población). A nivel
regional también es desigual porque no son lo mismo los entornos urbanos que
los más alejados de las capitales, es el caso de las periferias de Albacete y
Ciudad Real.
P.- ¿Y en cuál sería la radiografía de la
población delas provincias de la región?
R.- Cuenca tiene
zonas dispersas, con las serranías o la Alcarria, como Guadalajara, con la
sierra norte, la Alcarria, o la zona de Molina de Aragón. Ciudad Real no es lo
mismo la capital que las comarcas de los Montes Norte y Sur, y el Campo de Montiel,
afectados por la despoblación, similar a Albacete, también con zonas menos
pobladas como Montiel, o la Sierra de Alcaraz y la del Segura. La estructura
poblamiento de la región se caracteriza por pronunciados desequilibrios en los
intervalos municipales, así como por los contrastes entre provincias y ámbitos
centrales y periféricos. Cuenta con 919 municipios, y el intervalo más
representativo se corresponde con los municipios rurales de menos de 500
habitantes, que son el 57% de os pueblos y el 4% de la población. Y están en
Guadalajara, Cuenca y las periferias de Albacete, Ciudad Real y en menor medida
Toledo, más localizado en la zona de Oropesa y la Sierra de San Vicente.
P.- Y en base a la tendencia registrada en
positivo, ¿son los inmigrantes parte de la solución?
R.- 2019 ha sido el
primer año desde 2011 en el que ha crecido la población en Castilla-La Mancha
debido a la entrada de población desde el exterior y también por el retorno de
la gente que salió España en los años de crisis por las políticas el Gobierno
de García-Page. Así, se ha compensado el comportamiento negativo del saldo
vegetativo (nace menos gente que muere), y gracias a esa población hemos sido
capaces de equilibrar y aumentar la población. Lo mismo ocurrió a principios de
siglo, cuando las personas inmigrantes ayudaron a engordar las cifras de
población. Esto sucede cuando hay crecimiento económico y oportunidades
laborales, mientras que épocas de crisis, se marchan. Lo razonable será que en
los próximos años las personas inmigrantes ayuden a mantener el ascenso
demográfico..
P.- Provincias como Ciudad Real se lo han
tomado muy en serio y la Diputación ha contemplado en sus presupuestos de 2020
una partida de 11,55 millones para la lucha contra la despoblación y el
desarrollo sostenible. ¿Cómo lo valora? ¿Trabajarán coordinadamente para que no
haya duplicidades?
R.- En la
estrategia a nivel regional se pueden sumar las corporaciones locales a través
de la FEMP, y colaboramos entre los distintos niveles para coordinarlos en las
políticas a llevar a cabo. Queremos que las diputaciones sean principales
actores de las acciones, y en el caso de Ciudad Real ya hemos avanzado trabajo
con un reciente encuentro entre el vicepresidente del Gobierno de Castilla-La
Mancha, José Luis Martínez Guijarro, y el presidente de la Diputación,
José Manuel Caballero, en el que repasar las acciones conjuntas a
desarrollan para prestar mejores servicios a los ciudarrealeños.
P.- ¿Y hay una estructuración del comisionado
a nivel provincial?
R.- Sí, hay delegaciones,
y en Ciudad Real es Sonia Montes. Serán los enlaces provinciales porque el
comisionado tiene como principal trabajo coordinar la política del gobierno
regional de las distintas consejerías para afrontar el reto, en el que
también son protagonistas el envejecimiento y la masculinización de la
población. Es importante marcar como objetivos prioritarios para luchar contra
la despoblación a las mujeres y a los jóvenes. La revitalización de los núcleos
rurales pasa por diversificar la actividad económica, más allá de la
agricultura, a través de sectores como el comercio, el turismo, y el
aprovechamiento de recursos endógenos, además de garantizar la prestación de
servicios públicos, sanidad, educación, servicios sociales, cultura u ocio. De
esta manera habrá igualdad de oportunidades y las personas podrán elegir y no
verse obligadas a emigrar forzosamente.
P.- Pero todavía se ve el mundo rural como
decadente, ¿no cree?
R.- Cuando tengo
oportunidad pido a quien me escucha que eliminen los estereotipos y pongan en
valor la imagen y reputación del mundo rural. No me gusta hablar de España
‘vaciada’, porque hay recursos naturales, culturales, o arquitectónicos, y hay
personas que quieren vivir dignamente y reclaman derechos para vivir como los
ciudadanos del mundo urbano. Hay que eliminar estereotipos como eso de que una
persona no vale porque se ha quedado en el pueblo.
P.- Y además en España el término paleto es
tiene una connotación despreciativa
R.- Es así, pero no
es verdad porque el mundo rural tiene muchas ventajas, sociales,
medioambientales, económicas y de salud. Hasta hace poco, las ciudades eran el
paradigma de la eficiencia, pero allí hay contaminación, problemas de movilidad,
estrés y desigualdades. En los pueblos hay oportunidades de empleo para
muchas personas y una vida mejor. Y también hay un asunto que hay que explotar
como es el teletrabajo.
P.- ¿Y qué medidas contemplan en el ámbito de
la transformación digital y la implantación de la banda ancha en el medio rural
de la región?
R.- Será uno de los
ejes de la futura Ley de Desarrollo Rural Territorial y contra el
Despoblamiento. Se garantizará la conectividad territorial, para mejorar las
condiciones de vida de las personas e impulsar el desarrollo empresarial y los
nuevos modelos de negocio. Se reflejará como un servicio básico del siglo XXI.
El acceso a la red es la única forma de igualar las oportunidades en los
entornos urbanos y los rurales, es una herramienta indispensable. Sin internet
no hay actividad económica, es como el agua o la electricidad.
Fuente: lanzadigital.com
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