España cuenta con hasta tres zonas marinas perfectamente acotadas y totalmente habilitadas para acoger en sus aguas los dispositivos y prototipos que la naciente industria de las energías oceánicas desarrolla actualmente. Son la Biscay Marine Energy Platform de Euskadi, la Plataforma Oceánica de Canarias y la zona experimental de ensayos de Langosteira, en Galicia. A ellas, cabría añadir Mutriku, donde opera una instalación (genera energía con las olas) que también nació como ensayo (sigue siendo estudiada). Son datos del informe An overview of Ocean Energy Activities in 2020, que acaba de publicar la AIE.
Ni
Dinamarca, ni Holanda, ni Bélgica, ni Suecia, ni Francia. España es la nación
con más instalaciones para la I+D de las energías oceánicas de toda la Unión
Europea. Es uno de los datos que aparecen incluidos en el informe OES 2020, que
acaba de ver la luz. Ocean Energy Systems (OES) es el nombre corto del Programa
de Colaboración Tecnológica sobre Sistemas de Energías Oceánicas de la Agencia
Internacional de la Energía (AIE), un programa que esta Agencia puso en marcha en
2001 como respuesta al aumento de la actividad (I+D) que estaba produciéndose
en torno al aprovechamiento energético de las olas y de las corrientes
oceánicas. Han pasado 20 años desde entonces, y la organización está ahora
compuesta por 22 países miembros y la Unión Europea, que aportan al OES los
conocimientos, la experiencia y el trabajo de grupos de especialistas de
departamentos gubernamentales, agencias nacionales de energía y los principales
organismos científicos de investigación. OES acaba de publicar su Informe 2020
sobre Energías Oceánicas, un informe -An overview of Ocean Energy Activities in 2020- en el que la AIE le toma el pulso (en lo que se
refiere a su actividad en materia de energías oceánicas) a todos y cada uno de
los 22 países que participan en este programa, entre ellos, España, que destaca
por el número de instalaciones para la I+D de las energías oceánicas (abajo
incluimos mapa).
El trabajo de Ocean Energy Systems aborda
todas las formas de generación de energía en las que participa el agua marina,
físicas y químicas. Así, trata la energía de las olas, la que cabe extraer del
rango de las mareas, de las corrientes oceánicas, el aprovechamiento energético
de las diferentes temperaturas de las aguas y el aprovechamiento energético del
gradiente salino (de la diferencia en el grado de salinidad de las aguas
también puede extraerse energía). El objetivo de este programa de colaboración
tecnológica de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) es conectar
individuos y organizaciones que trabajan en el sector energético marino para
acelerar la viabilidad, desarrollo y aceptación de las soluciones energéticas
oceánicas siempre respetando el medio ambiente.
El informe de este año comienza con una
despedida y un estreno. Se marcha el que ha sido el máximo responsable del OES
durante los cuatro últimos años, Henry Jeffrey (Universidad de Edimburgo), a
quien sustituye en el cargo el francés Yann-Hervé De Roeck (France Energies
Marines), que será presidente de esta entidad durante el bienio 2021-2022.
En los últimos cuatro años, más países que
nunca han implementado mecanismos de mercado para favorecer el desarrollo de
las tecnologías de aprovechamiento de las energías oceánicas y su progreso
hasta la fase de comercialización. Jeffrey repasa en su tribuna algunos: las
tarifas específicas que han introducido en sus respectivos territorios las
administraciones canadiense y china; los concursos, licitaciones y subastas que
han tenido lugar en Portugal e Irlanda; los objetivos vinculantes que han
establecido por ley las administraciones española o irlandesa; o determinadas obligaciones
(de compra de electricidad de origen oceánico) establecidas por el Gobierno de
la India.
El ya expresidente de OES destaca también dos
hitos: el lanzamiento del European Strategic Energy Technology Plan, que ha
propuesto alcanzar un coste de generación de diez céntimos de euro el kilovatio
hora (producido con corrientes marinas) y quince céntimos de euro el kilovatio
hora (producido con la energía de las olas) para el año 2030; y, en segundo
lugar, el acuerdo de colaboración que han suscrito el OES y la Agencia
Internacional de las Energías Renovables (International Renewable Energy
Agency) para impulsar la investigación y el desarrollo de estas tecnologías.
Jeffrey se despide con una buena noticia adicional: en 2020, a pesar del Covid,
México y Australia han abierto centros de investigación relativa a las energías
del mar, y Oregón (Estados Unidos), una instalación para el ensayo de las
nuevas soluciones tecnológicas.
Una instalación recién llegada (la de Oregón)
que se suma, según el Informe OES 2020, a las 50 que hay ahora mismo en el
mundo, entre ellas, las españolas de Canarias, Galicia y Euskadi. El informe
destaca además lo "muy ocupados" que han estado tanto el Biscay
Marine Energy Platform (BiMEP) de Euskadi como la Plataforma Oceánica de
Canarias (Plocan). En las aguas acotadas de esta última -destaca OES-, la
danesa Wavepiston ha desplegado su tecnología de aprovechamiento de la energía
de las olas (un prototipo full scale) en otoño de 2020.
Mientras que en el BiMEP de Euskadi, la vasca
Arrecife Energy Systems (energía de las olas) también ha probado en 2020 su
solución flotante, adecuada para dispositivos que aprovechen la energía de las
olas, las mareas o las corrientes de los ríos.
El BiMEP también ha sido el lugar elegido por
el desarrollador finlandés Wello OY para probar su tecnología. Porque Wello OY
ha firmado en 2020 con la plataforma vasca un contrato para probar en sus aguas
durante dos años su prototipo Penguin2.
Otra compañía, Zunibal, ha llevado a cabo
también en el BiMEP, durante el año de la pandemia, varias campañas de ensayos
con sus boyas oceanográficas para colectar datos en tiempo real.
El informe OES 2020 cita por fin la recién
estrenada zona de ensayo en mar abierto de Punta Langosteira, que ha sido
autorizada en julio de 2020; y la Mutriku Wave Power Plant, instalación para el
aprovechamiento de la energía de las olas que fue conectada a la red en 2011
(cumple pues ahora diez años de operación) y que en 2020 ha alcanzado el hito
de los dos gigavatios hora de electricidad producidos.
Los Test Sites, que así los denomina OES en
su informe 2020, alcanzan apenas la cincuentena en todo el mundo. Estados
Unidos lidera esta carrera, con una docena de ubicaciones. Al otro lado del
Atlántico, el Reino Unido también está apostando fuerte por averiguar cómo
extraerle las energías al mar de la manera más rentable posible (cuenta con
cinco Test Sites); y, por fin, las naciones hermanas de la península ibérica
(España y Portugal) conformarían el tercer gran polo global de la I+D oceánica,
con las instalaciones españolas citadas (4) más dos emplazamientos (2) en la
fachada ibérico-atlántica: Aguçadora y Viana do Castelo, en Portugal. ¿Total?
6. Canadá, Japón, China y Francia tienen, cada una de esas naciones, 3 Test
Sites... y este es el mapamundi OES 2020 (el informe recoge información
actualizada -por países- de todos los proyectos e iniciativas relacionadas con
las energías oceánicas a día de hoy).
Fuente: Antonio Barrero F. - energias-renovables.com/energias_del_mar
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