Saludo con muchísimo cariño a las autoridades presentes, a mis colegas técnicos y agentes de desarrollo local, y a todos los amigos que hoy nos acompañan en la presentación de este libro que hemos titulado “Emprendimiento y Trabajo Autónomo en Castilla-La Mancha: Diagnóstico Integrado y Propuestas Estratégicas 2026–2029.”
Antes de nada, quiero transmitirles la emoción personal
que siento. No solo hablo como coautor, sino como alguien profundamente
enamorado de esta tierra y de su gente valiente. Llevo años trabajando codo con
codo con muchos de ustedes en proyectos de desarrollo local, y sé bien que Castilla-La Mancha no
es solo una región en el mapa; es un latido colectivo, una voluntad férrea de
superación. Este acto de hoy es muy especial: estamos aquí reunidos para
reflexionar sobre el futuro que queremos construir. Y les confieso algo:
anoche, repasando mis notas, me di cuenta de que este libro no es únicamente un
informe técnico – es
un testimonio vivo de sueños compartidos durante años.
Quiero iniciar agradeciendo de corazón a quienes han
hecho posible este trabajo. A mi compañero Eugenio
Martínez Espinosa, presidente de APRODEL y coautor del informe,
cuyo liderazgo y conocimiento han guiado este proceso. A Pedro J. Ripoll Vivancos,
diseñador del documento, que supo dar forma atractiva a nuestras ideas. A todo
el equipo de APRODEL (Asociación
de Profesionales del Desarrollo Local) y a los técnicos colaboradores: este
libro es fruto de incontables reuniones, entrevistas y visitas sobre el
terreno. Gracias también a la Junta
de Comunidades de Castilla-La Mancha por apoyar esta
iniciativa, y a las entidades locales, asociaciones de autónomos, cámaras de
comercio, universidades… Todos aportaron sus piezas en este rompecabezas. Esto ha sido un verdadero esfuerzo
colectivo.
Cuando empezamos a gestar este informe, hace ya algunos
años, teníamos claro que debíamos
escuchar cada voz del territorio. Por eso, recorrimos la región
de punta a punta: desde las sierras de Alcaraz hasta la Alcarria, pasando por
la Mancha toledana y los campos de Montiel. Recogimos aportaciones de cada comarca,
aprovechando la cercanía y el conocimiento de nuestros Agentes de Desarrollo
Local (los queridos ADL). Ellos, vosotros, habéis sido los ojos y oídos en el
terreno, asegurando que ninguna realidad local quedase fuera del diagnóstico.
Si hoy este documento es rico en matices es, en gran medida, gracias al trabajo
discreto y tenaz de la red de técnicos de desarrollo local – a los que personalmente
considero los héroes silenciosos del progreso rural.
Ahora bien, ¿por qué hablamos de “Diagnóstico Integrado”?
Porque quisimos dar una visión completa, sin compartimentos estancos. Aquí
analizamos la situación actual del emprendimiento en la región, evaluamos qué
ha funcionado y qué no en las políticas de apoyo, y planteamos 10
propuestas estratégicas muy concretas para el periodo 2026–2029. Todo en un
solo documento unificado. Es, digamos, un mapa del camino recorrido y una
brújula para el futuro inmediato. Lo presentamos con humildad, pero también con
la convicción de que puede ser útil –
que es al fin y al cabo lo que queremos: que sirva como hoja de ruta para
políticas públicas y acciones sobre el terreno en los próximos años.
Quiero situar brevemente el contexto en el que
surge este informe. Estamos a finales de 2025. Venimos de unos años
extraordinariamente desafiantes. La pandemia de la COVID-19 supuso un vuelco
total en nuestras vidas y también en la forma de trabajar y emprender. En medio
de la incertidumbre, vimos una oleada de personas valientes que
decidieron iniciar negocios – a veces por necesidad, otras por detectar nuevas
oportunidades. Y hoy podemos decir que Castilla-La
Mancha está viviendo una transformación estructural en su ecosistema
emprendedor. Estamos dejando atrás antiguos complejos. Si antes
nos veían como una región de economía tradicional y dispersa, ahora nos estamos
posicionando como una región sostenible,
digital, innovadora y socialmente comprometida. Este cambio de
paradigma no es un capricho; responde a desafíos clave de nuestro tiempo – la
despoblación rural, la transición ecológica, la revolución digital – y se
alinea con grandes objetivos globales de la Agenda 2030. En pocas palabras: hemos pasado de la era del “resistir” a
la era del “transformar”.
Les comparto algunos datos del diagnóstico que reflejan
esta realidad emergente: Hoy contamos con aproximadamente 149.400 trabajadores autónomos afiliados
en la región, alrededor del 4,4% del total nacional. ¿Y cómo evoluciona esa
cifra? Pues en los últimos años prácticamente se estancó – cerramos 2024 con
casi el mismo número que el año anterior. Eso nos encendió las alarmas:
crecemos más lento de lo deseable. Sin
embargo, hay señales muy positivas. La Tasa de Actividad Emprendedora (TEA) en
Castilla-La Mancha alcanzó el 7%
en 2023, subiendo más de un punto respecto al año anterior. Por
primera vez, superamos ligeramente la media española (6,8%) y nos situamos entre las cinco comunidades
con mayor actividad emprendedora del país. ¡Entre las cinco
primeras! Esto, para quienes venimos estudiando estos temas, es un giro
histórico. Castilla-La Mancha ha pasado de estar por debajo de la media a
codearse con las regiones más emprendedoras de España.
Además, no es solo cuánta gente emprende, sino cómo les
va. Y aquí otro dato esperanzador: tres
de cada cuatro autónomos de nuestra región superan la barrera de los tres años
de actividad. Es decir, el 75% logra consolidarse más allá del
temido “valle de la muerte” de los primeros años. Hace una década esa
proporción era bastante más baja. Ahora nuestras pequeñas empresas y autónomos
aguantan más, señal de que algo estamos haciendo bien – quizá sea mejor
asesoramiento, políticas de acompañamiento más efectivas, o simplemente la
garra de nuestra gente. Yo diría que es una combinación de todo. Lo cierto es
que estamos viendo más emprendimiento y más resiliencia en los
negocios. Un dato agridulce es la brecha de género: emprenden más los hombres
que las mujeres en CLM. Eso lo tenemos que abordar con políticas específicas,
sin duda.
Y otro aspecto fundamental del diagnóstico: la sostenibilidad y la innovación ya
están en el ADN de muchos de nuestros nuevos emprendedores.
Alrededor del 63% de las iniciativas recientes dicen
tener un alto compromiso con objetivos de sostenibilidad, por encima de la
media nacional. Este dato me llena de orgullo, porque significa que nuestra
región está abrazando la economía verde y social no por moda, sino por
convicción. Cada vez vemos más negocios “con propósito”: jóvenes que emprenden
en economía circular, cooperativas que nacen para dar servicios en su pueblo a
la vez que cuidan el entorno, startups tecnológicas que desde aquí dan servicio
al mundo. Sí, desde aquí, desde La Mancha.
También hemos constatado en el diagnóstico diferencias
territoriales importantes. No es lo mismo emprender en Albacete capital que en
un pequeño pueblo de la Serranía de Cuenca. Por eso en el informe diferenciamos
niveles: capitales de provincia como nodos potentes con universidades y hubs,
áreas comarcales con servicios de proximidad, y el entorno rural más disperso
donde hay que llevar soluciones adaptadas. Un hallazgo clarísimo es que los Agentes de Desarrollo Local juegan
un papel de bisagra fundamental –
conectando la estrategia regional con la realidad de cada pueblo. Os lo digo a
vosotros, ADLs: sois el puente que hace posible que las
políticas sobre el papel se conviertan en cambios reales en nuestra tierra.
Sin vuestra dedicación, muchas buenas ideas se quedarían en nada.
Ahora, hablemos de oportunidades.
Porque este contexto post-pandemia, con ser duro, también nos dejó ventanas
abiertas. Una de ellas es el fenómeno de los nómadas
digitales y el teletrabajo. ¿Quién nos iba a decir hace unos
años que profesionales de sectores punteros escogerían vivir en nuestros
pueblos gracias a la tecnología? Pues está pasando. Castilla-La Mancha se está
convirtiendo en un destino atractivo para personas que pueden trabajar desde
cualquier lugar con un portátil y buena conexión. ¿Y qué tenemos nosotros?
Calidad de vida, tranquilidad, entornos naturales preciosos, y cada vez mejor
conectividad de banda ancha. Hoy 1.265
localidades de la región, entre pueblos y pedanías, ya disponen de fibra óptica (lo
dijo hace poco el gobierno regional). Es impresionante: la brecha digital rural
se está cerrando rápido.
Existen iniciativas, que parecen casi increíbles, están
dando fruto: han logrado que familias jóvenes se muden, abran sus portátiles en
medio de la Alcarria y llenen de vida escuelas que iban a cerrar. La “España
vaciada”, al menos en trocitos de La Mancha, empieza a rellenarse de
talento y esperanza. Yo he visitado alguno de estos pueblos y de verdad que
emociona ver el cambio: niños en la plaza, nuevos negocios, la panadería que no
cierra porque ahora tiene más clientes… Esto es nueva
ruralidad. Y la pandemia, paradójicamente, nos dio la oportunidad
de acelerar esta tendencia.
En este contexto de oportunidades, no podemos dejar de
mencionar la inteligencia artificial y
la transformación digital. Son palabras de moda, sí, pero en nuestro informe
las tratamos como herramientas reales al servicio de la gente. Castilla-La
Mancha no quiere quedarse atrás en la ola de la IA. De hecho, desde APRODEL
hemos organizado talleres pioneros de IA
generativa aplicada al desarrollo local (varios de los
presentes asististeis, ¡gracias por la participación entusiasta!). ¿Por qué?
Porque creemos que un pequeño negocio rural puede beneficiarse de la IA tanto
como una multinacional: sea para mejorar su marketing, optimizar logística o
predecir demanda. La tecnología bien aplicada equilibra el terreno de juego
entre lo urbano y lo rural. Imaginen a un artesano de Campo de Criptana usando
comercio electrónico inteligente para vender sus productos por todo el mundo… No es ciencia ficción, es ya una
realidad incipiente. La Junta también ha lanzado programas de
digitalización y estoy seguro de que en la estrategia 2026–2029 la transformación digital será
transversal.
Pero en este camino de modernidad, no renunciamos a
nuestras raíces. Al contrario, nuestras
raíces son una ventaja competitiva. Permítanme presumir un poco de
los sectores emergentes y consolidados donde
Castilla-La Mancha tiene mucho que ofrecer. Empecemos por el turismo, el arte y la cultura:
Tenemos dos ciudades Patrimonio de la Humanidad, Toledo y Cuenca, joyas históricas
que atraen visitantes de todo el mundo. Tenemos la ruta de Don Quijote, con
nuestros molinos de viento en Consuegra o Campo de Criptana, que son postales
reconocibles en cualquier continente. ¿Saben? En este foro de emprendimiento
endógeno hablamos del Quijote no
solo como literatura, sino como motor de turismo literario y cultural. Y
funcionan esas ideas: miren Brihuega con
sus campos de lavanda – han convertido una flor morada en reclamo turístico
internacional. Ahí hay emprendimiento creativo, ahí hay
empleo local.
Seguimos: ocio
en la naturaleza. Tenemos dos Parques Nacionales, Cabañeros y
las Tablas de Daimiel, aparte de parques naturales como el Alto Tajo, la Sierra
de Alcaraz… Territorios ideales para el ecoturismo,
el turismo activo (senderismo, rutas BTT, observación de aves) y también para
negocios ambientales. Pienso en la micología:
somos un secreto bien guardado para los buscadores de setas, con la Serranía de
Cuenca y la Sierra de Albacete llenas de níscalos, boletus y demás tesoros
gastronómicos. Cada otoño decenas de personas vienen a recoger setas – ¿por qué
no convertir eso en rutas micológicas guiadas, en turismo de experiencia? De
hecho, ya se organizan jornadas micológicas en varios pueblos viajesylugares.com.
También la afición al deporte brinda oportunidades: turismo deportivo con
carreras de montaña en nuestros montes, o iniciativas empresariales de turismo
cinegético, que en algunos lugares ya es importante.
Otro sector clave: la salud
y bienestar. Castilla-La Mancha puede atraer emprendimiento en
servicios para mayores, residencias innovadoras, fisioterapia a domicilio en
zonas rurales, telemedicina… La llamada “silver
economy” es una oportunidad de oro (nunca mejor dicho) en una
región con población envejecida en muchas comarcas. Y si hablamos de salud, hablamos de deporte también:
cada vez surgen más empresas de ocio deportivo, gimnasios rurales, turismo de
aventura… Todo suma.
Y cómo no, energías
renovables. Disponemos de un vasto territorio con recursos de
sol y viento inmejorables. Ya vemos parques eólicos salpicando el horizonte
manchego, plantas solares en antiguos secarrales, iniciativas de biomasa
aprovechando residuos agrícolas… Esto trae inversión y empleo verde, y además
encaja con nuestra visión sostenible. Un dato: solo en energías renovables y
eficiencia, en los últimos años la región ha apoyado cientos de proyectos,
desde fotovoltaica en naves de ganaderos hasta start-ups de bioenergía. Es un
filón a seguir explotando (sosteniblemente, claro).
No olvidemos nuestros productos
locales de renombre internacional: el queso manchego, el
vino con Denominación de Origen (Ribera del Júcar, La Mancha…), el aceite de
oliva de los Montes de Toledo, el azafrán de Consuegra, la cerámica de
Talavera, la artesanía de madera de Guadalajara… Cada
uno de esos productos es una historia de emprendimiento que vincula tradición y
modernidad. Y son sectores consolidados sí, pero con espacio para
innovar, para crear rutas enogastronómicas, para exportar más, para desarrollar
marcas turísticas ligadas a ellos.
Como ven, el
lienzo de oportunidades es amplio y colorido. Turismo, cultura,
ocio, agricultura innovadora, energías limpias, economía del cuidado,
tecnología… Castilla-La Mancha no es tierra de una sola cosecha, es un jardín de nichos emprendedores esperando
cultivarse.
Con este panorama en mente – luces y sombras detectadas,
fortalezas a potenciar – pasemos a la parte propositiva del
libro: nuestras 10 propuestas estratégicas para
2026–2029. Estas propuestas buscan responder directamente a las
necesidades y áreas de mejora que identificamos en el diagnóstico. Para hacer
la exposición más clara, las hemos agrupado en 4
bloques temáticos: los tres primeros bloques contienen 3 propuestas
cada uno (3+3+3) y el último bloque es una única propuesta transversal (el
famoso 3+3+3+1).
Bloque
1: Capacitación, Acompañamiento y Financiación. Este
primer grupo de propuestas pone el foco en la persona emprendedora, en dotarla
de herramientas, apoyo y oxígeno financiero para que pueda arrancar y
consolidar su negocio.
·       
Propuesta 1: Formación y Capacitación
Profesional del Emprendedor. Queremos mejorar y ampliar las
oportunidades formativas. ¿Cómo? Planteamos, por ejemplo, crear programas modulares cortos sobre
gestión empresarial: marketing, fiscalidad, transformación digital, planificación
financiera… Cursos muy prácticos, que se ofrezcan tanto presencial en cada
provincia como online, y adaptados al nivel de cada emprendedor. Que nadie deje
de formarse por falta de tiempo o porque “ya sabe mucho”: habría módulos
básicos para quien empieza de cero y avanzados para quien ya lleva años.
Además, creemos vital desarrollar las llamadas “competencias
blandas”: liderazgo, resiliencia, creatividad, gestión de equipos,
inteligencia emocional. Un emprendedor necesita temple ante la adversidad y habilidad
para negociar, por ejemplo. Por eso proponemos talleres específicos en estas
habilidades humanas que son tan importantes como saber llevar la contabilidad.
Y una idea innovadora: instaurar un “pasaporte
emprendedor”, un sistema de microcredenciales o certificaciones
oficiales donde, a medida que vas completando módulos formativos, vas
acumulando sellos o créditos. Sería como un currículum formativo vivo, expedido
por la administración en colaboración con la universidad, que reconozca las
competencias que has adquirido. Así mejoramos la empleabilidad del emprendedor
(porque acredita sus habilidades formalmente) y fomentamos el aprendizaje
continuo – siempre habrá un siguiente sello que conseguir, un siguiente curso
que hacer.
·       
Propuesta 2: Asesoramiento Personalizado y
Continuo. Esta es vital. Significa que ningún
emprendedor se sienta solo al iniciar su aventura. Proponemos fortalecer la red de apoyo técnico local asignando
a cada nuevo emprendedor un tutor
ADL de referencia durante los primeros 1 o 2 años de vida
del proyecto. Imaginen: Juan, que monta una pequeña carpintería en su pueblo,
tiene desde el día 1 un técnico – probablemente el agente de desarrollo local
de la mancomunidad – que lo guía, que periódicamente se reúne con él, que le
ayuda a resolver obstáculos, a “pivotar” si algo no va bien. Esa figura cercana
puede marcar la diferencia entre perseverar o tirar la toalla. Ya existen los
espacios “Adelante Autoempleo”, pero la idea es dotarlos de más personal y medios
para que este acompañamiento personalizado sea realidad para todos. También
proponemos diseñar itinerarios
de apoyo diferenciados: no todos los emprendedores son iguales,
¿verdad? No es lo mismo una mujer joven en un pueblo que quiere abrir un taller
textil, que un ingeniero de 50 años que lanza una startup tecnológica en
Albacete. Los dos necesitan apoyo, sí, pero quizás distinto. Por eso planteamos
rutas específicas según perfil: mujeres rurales, jóvenes titulados, parados de
larga duración que se hacen autónomos, retornados del extranjero, etc., y
también según sector (no es igual comercio que agroalimentario que turismo) y
según ubicación (urbano o rural). Cada itinerario integraría asesoría,
formación y ayudas adaptadas, evitando el enfoque de “talla única” que a veces
tienen los programas. Es personalizar de verdad el servicio público. Y un punto
hermoso: queremos implementar un sistema de mentoría
intergeneracional. Hay muchos emprendedores veteranos o ya
jubilados en la región, con un bagaje riquísimo. ¿Por qué no conectarlos con
los que empiezan? Sería una red de mentores voluntarios donde gente con
experiencia guía, aconseja y anima a los nuevos. Como esos padrinos o madrinas
de negocio. Esto no solo aporta conocimiento práctico (que lo hace), sino también
crea un sentimiento de comunidad, de “yo
pasé por lo mismo que tú, y aquí estoy para ayudarte”.
·       
Propuesta 3: Apoyo Financiero y Fiscal. Aquí
abordamos un tema clásico pero siempre crítico: el
dinero. Para emprender hace falta financiación, y es un momento
difícil porque un proyecto naciente es arriesgado y los bancos recelan. ¿Qué
proponemos? Primero, mejorar
el acceso a microcréditos y financiación alternativa.
Simplificar y difundir las vías existentes (ICO, MicroBank, préstamos
participativos…) mediante convenios con entidades financieras regionales. Quizá
no haga falta inventar nuevos fondos, sino asegurarse de que ningún proyecto viable se quede sin
financiar por falta de avales. Una idea concreta es crear una
especie de “ventanilla única de financiación” que
oriente al emprendedor sobre todas las opciones disponibles. Que María, que
quiere montar una empresa de energías renovables, vaya a esa ventanilla (física
u online) y ahí le expliquen: mira, tienes tal subvención, tal microcrédito,
posibilidad de crowdfunding, un business angel en tu zona… y si quieres te
ayudamos a prepararlo. Se trata más de acompañar en la búsqueda de recursos que
de la Administración ponga todo el dinero directamente. Además, proponemos incentivos fiscales diferenciados para
autónomos en entornos rurales. Por ejemplo, bonificaciones en
el IRPF a quien inicie un negocio en un municipio pequeño, o deducciones
autonómicas por invertir en un pueblo despoblado. Ya sé que lo fiscal es
complejo y requiere normativa, pero sería una manera de premiar a quien
emprende donde más hace falta. Y extender la tarifa plana estatal con
complementos regionales, etc. También mencionamos en el informe la idea de
apoyar segundas oportunidades:
bonificaciones a quien, tras un cierre, lo intenta de nuevo (porque fracasar
una vez no te quite las ganas de volver a emprender).
Hasta aquí, amigos, el Bloque 1. ¿Qué les parece?
Formación, tutoría, dinero… Son como la trinidad
básica para que nazcan más proyectos y con más garantías
de éxito. Ahora pasemos al Bloque
2: Infraestructura y Entorno, que recoge las propuestas 4, 5 y
6. Estas ya miran más al ecosistema alrededor del emprendedor.
·       
Propuesta 4: Espacios Físicos y Virtuales de
Autoempleo. Traducido: lugares donde emprender
acompañado. La visión es desplegar
una red ampliada de infraestructuras tanto físicas como
online que den a nuestros emprendedores espacios de trabajo colaborativo,
servicios compartidos y sentimiento de comunidad. Muchos de ustedes conocen los
espacios “Adelante Autoempleo” que la Junta impulsó – centros locales de
emprendimiento, viveros… Nuestra propuesta es potenciar esos
espacios: que en cada cabecera comarcal, en cada zona que agrupe varios
pueblitos, haya al menos un punto de coworking o incubación. Aprovechar
edificios municipales infrautilizados, equiparlos y dotarlos de personal. Así,
por ejemplo, un autónomo de un pueblo pequeño sabrá que a 15-20 km tiene un
centro donde puede ir un par de días a la semana, compartir mesa con otros
emprendedores, tener buena conexión, salas de reunión, asesoramiento in-situ,
etc. Y todos esos espacios interconectados en red bajo la misma marca, con
estándares comunes de calidad. Sería como pertenecer a un gran coworking
regional distribuido. Complementando esto, en lo virtual, proponemos crear una plataforma digital de “coworking”
virtual a nivel regional. Una red online donde
emprendedores de distintos municipios puedan conectarse, colaborar, pedir
consejo a expertos mediante foros o chat, asistir a webinars, etc. Algo así
como un “LinkedIn del emprendedor manchego” pero
con herramientas prácticas. La idea es superar barreras geográficas: que
alguien que emprende en Ossa de Montiel pueda sentirse igual de acompañado y conectado
que alguien en la capital, gracias a la comunidad virtual. Y dentro de este eje
de espacios, hay una iniciativa que me encanta: crear un Banco regional de recursos compartidos.
¿Qué es esto? Pues pensemos en aquellos activos infrautilizados que podrían
servir a nuevos emprendedores: locales o naves municipales vacías que se ceden
temporalmente como viveros, maquinaria industrial que alguna empresa ya no usa
y se presta, vehículos de reparto compartidos en una comarca… ¿Por qué no
montar un sistema donde catalogamos esos recursos y los ponemos a disposición
con cesión o alquiler simbólico? Ayuntamientos, diputaciones, empresas y
particulares podrían aportar. Así reducimos costes de entrada: un carpintero
novel podría usar durante un año esa máquina que un taller donó, o una tienda
online rural podría compartir la furgoneta de reparto con otros dos negocios
vecinos. Cooperar para competir,
ese es el espíritu.
·       
Propuesta 5: Conexión con el Sistema
Educativo y Universitario. Este eje busca cultivar el talento emprendedor desde la
base. Queremos un ecosistema
emprendedor que se nutra de las escuelas, los institutos, la universidad,
y viceversa. Por un lado, proponemos fortalecer las alianzas con la Universidad de
Castilla-La Mancha, la UNED y la Formación Profesional. ¿Cómo?
Mediante convenios para que estudiantes hagan prácticas en startups y proyectos
locales, aportando su savia nueva a la vez que aprenden de la realidad. Ya me
imagino a esos chicos de la Politécnica de Albacete haciendo pasantías en
empresas de base tecnológica de aquí mismo, o estudiantes de FP Administrativa
ayudando en cooperativas agrarias a modernizar su contabilidad. Asimismo,
invitar a profesores e investigadores a involucrarse como mentores especializados para
emprendedores. Tenemos expertos en marketing, en ingeniería, en comercio
exterior en nuestras universidades: que presten unas horas de consultoría a
emprendedores locales podría ser increíblemente enriquecedor (¡y se les
reconocería esa labor en su carrera académica, claro!). Por otro lado, buscamos
insertar la semilla emprendedora en la educación formal. Integrar contenidos de
emprendimiento en los planes de estudio de todos
los niveles. No estoy diciendo convertir a todos en
empresarios, sino enseñar desde pequeños a resolver problemas creativamente, a
trabajar en proyectos, a entender cómo nace una idea y se convierte en un
producto. En primaria y secundaria se puede fomentar el espíritu emprendedor
con proyectos colaborativos. En bachillerato y FP ya existen las miniempresas educativas:
apoyarlas más, hacer ferias de proyectos estudiantiles, etc. Colaboraremos – es
una propuesta – con la Consejería de Educación para elaborar materiales y
formar profesorado, de modo que emprender deje de ser visto como algo ajeno y
se vea como una opción de vida válida y apasionante para
los jóvenes. Y atención a esta sub-propuesta que nos ilusiona: implementar laboratorios de innovación en institutos
rurales. Dotar a ciertos institutos alejados de las ciudades
con mini-labs: impresoras 3D, kits de robótica, equipos audiovisuales… para que
los chavales experimenten, creen prototipos, piensen proyectos que mejoren su
entorno local. Estos labs conectados en red, con tutoría quizá remota desde la
universidad, o con un “mentor rural itinerante” que vaya pueblo por pueblo.
Suena ambicioso, sí, pero ¿se imaginan despertar vocaciones tecnológicas y
emprendedoras en una aldea? Estaríamos combatiendo la brecha de oportunidades
entre lo urbano y lo rural desde la educación misma.
·       
Propuesta 6: Emprendimiento como Estrategia
contra la Despoblación. Este eje es muy querido para nosotros,
porque toca el problema más acuciante de nuestra región: la despoblación de
zonas rurales. Creemos firmemente que fomentar
el emprendimiento puede ayudar a fijar población si se
hace con políticas específicas e inteligentes. ¿Qué proponemos? Varias cosas:
Primero, incentivos a la reubicación de
emprendedores urbanos al medio rural. Ya mencioné antes la idea
del cheque de reubicación: la desarrollamos en el informe. Sería ofrecer una
ayuda económica a quien traslade su residencia y negocio de una ciudad a un
pueblo que necesite actividad. Que cubra gastos de mudanza, acondicionamiento
de local, quizás parte del alquiler de vivienda… Invirtiendo en atraer personas
emprendedoras a pueblos, repoblamos y dinamizamos de golpe. Y también prioridad
en subvenciones para proyectos ubicados en municipios en riesgo demográfico. Es
una discriminación positiva totalmente justificada: si presentas un proyecto
desde, digamos, Albacete capital y yo desde Cotillas (por citar uno pequeño), y
ambos son buenos, el del pueblo debería tener un plus de apoyo porque su
impacto social es mayor allí. Otra medida: financiación
preferente para iniciativas que generen empleo local joven o femenino en
pueblos. Es decir, si tu proyecto en un municipio de 500
habitantes va a contratar a jóvenes del pueblo o a mujeres que estaban paradas
allí, tendrás líneas específicas de ayuda o un porcentaje más de subvención.
Queremos que el emprendedor rural no sea solo autoempleo, sino creador de empleo, que
multiplique el beneficio social. Y está la idea de apoyar negocios multiservicio en pueblos
pequeños. Seguro conocen este modelo: un autónomo que lleva un
establecimiento que es tienda, bar, farmacia básica, cajero… todo en uno. Ya
funciona en algunos lugares, evitando que la gente tenga que desplazarse
kilómetros para comprar pan o medicamentos. Proponemos extender este modelo:
formar a esos emprendedores “todoterreno” en múltiples habilidades, ayudarles
con equipamiento integral del local, y facilitar acuerdos con proveedores para
abaratar costes (por ejemplo, una central de compras para tiendas rurales). Un
multiservicio suele convertirse en el alma de
la aldea que lo tiene; es rentable económicamente y además es vital socialmente.
Nuestra misión sería garantizar que en cada pueblo que haya quedado sin
comercio surja un multiservicio apoyado por la administración.
Bloque
3: Gobernanza y Cultura Emprendedora, que son las propuestas
7, 8 y 9. Estas miran más a la “macroestructura”: cómo mejorar las políticas
públicas y el clima social para que el emprendimiento florezca.
·       
Propuesta 7: Evaluación, Seguimiento e
Innovación en Políticas. Puede sonar burocrático, pero es
crucial: necesitamos aprender de lo que
hacemos y adaptarnos sobre la marcha. Por eso proponemos implantar mecanismos rigurosos de evaluación
continua de las políticas de emprendimiento. En concreto,
desarrollar un sistema de indicadores integrales de
impacto. Ya mencioné algunos: número de empleos creados por
autónomos, tasa de supervivencia a 3 y 5 años, porcentaje de emprendedores
satisfechos con los servicios públicos (¿los estamos atendiendo bien o no?),
contribución del trabajo autónomo al PIB regional, e incluso indicador de
huella demográfica (por ejemplo: cuántos jóvenes o familias han podido quedarse
en su pueblo gracias a un proyecto emprendedor). Son datos que hoy por hoy se
recogen de forma dispersa o no se analizan juntos. Si los tuviéramos y los
monitoreáramos año a año, podríamos saber qué medidas funcionan mejor y dónde,
y corregir el rumbo a tiempo. Ligado a esto, proponemos crear un Observatorio Regional de Emprendimiento.
Un observatorio permanente, quizá aprovechando el equipo GEM que ya trabaja en
la UCLM, donde confluyan universidad, institutos estadísticos, cámaras de
comercio, etc. Este observatorio emitiría informes anuales sobre la situación
del emprendimiento en CLM. Sería como tener un “estado de la nación
emprendedora” cada año. ¿Para qué? Para rendir cuentas y para disponer de
recomendaciones técnicas independientes que ayuden a ajustar las políticas. La
transparencia genera confianza: si la administración dice “hemos hecho X y el
resultado este año es Y, y aquí están los datos”, ganamos todos. Precisamente,
otra iniciativa es publicar un Informe
anual del estado del autoempleo en Castilla-La Mancha, con
estadísticas clave (altas, bajas, sectores en crecimiento o en dificultad) y
avances de la Estrategia. Esto obligará a evaluar resultados y visibilizará la
importancia del colectivo autónomo, que no olvidemos son casi 150.000 personas
aquí. En resumen, en esta propuesta pedimos más ciencia en la gestión: medir,
evaluar, aprender y volver a medir.
·       
Propuesta 8: Fomento de la Cultura
Emprendedora Territorial. Esta es muy de corazón. Porque de nada
valen ayudas si culturalmente emprender se ve como “raro” o “arriesgado en
exceso”. Queremos promover
un clima social favorable al emprendimiento en todos los rincones.
¿Qué acciones concretas? Varias. Lanzar campañas
de sensibilización en medios de comunicación y centros
educativos para dignificar la figura del emprendedor. Historias de éxito
cercanas, no el gran Steve Jobs de Silicon Valley, sino por ejemplo María, que montó su obrador ecológico en
un pueblo de Cuenca y ahora da empleo a 5 mujeres. Esas historias
existen y merecen pantalla. Imaginemos un espacio semanal en CMM (Castilla-La
Mancha Media) mostrando casos así. O jóvenes emprendedores yendo a institutos a
contar su experiencia, para que los chavales vean referentes con los que
identificarse. También queremos crear un repositorio
digital de buenas prácticas locales: una web donde cualquiera
que quiera emprender en un sector específico pueda buscar y encontrar ejemplos
inspiradores en la región. Si quieres montar, digamos, un negocio de turismo
astronómico en la Serranía, que puedas leer cómo lo hizo alguien en la Sierra
Norte de Guadalajara. Y no solo leer: conocerlo
en persona. Por eso proponemos organizar una “gira de embajadores emprendedores”.
Sí, llevar a estos emprendedores exitosos de pueblo en pueblo a dar charlas en
primera persona. Nada motiva más que escuchar a alguien de carne y hueso que lo
logró contra viento y marea en circunstancias parecidas a las tuyas. Además,
esta propuesta 8 incluye reconocer a quienes ayudan a emprender, no solo a los
emprendedores mismos. Sugiere instituir premios
o menciones para los técnicos de apoyo, los ADL que
destaquen por su labor. Un “Premio ADL Innovador” por ejemplo, entregado el Día
de la Persona Emprendedora regional. Sería simbólico pero potente: darle
visibilidad a ese técnico cuya dedicación fue crucial en un proyecto
transformador. Y también proponemos que en las comunicaciones oficiales, cuando
se hable de ayudas concedidas o de logros de un emprendedor, se mencione la
colaboración del ADL local en ese éxito. Algo así como “Panadería X de Yeles
amplía negocio con ayuda Z (con acompañamiento de la ADL local)”. ¿Por qué?
Porque muchas veces ese apoyo técnico queda en la sombra y hay que sacarlo a la
luz para que autoridades y población en general valoren ese rol clave.
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Propuesta 9: Herramientas Digitales de
Gestión y Colaboración. Esta última del bloque 3 trata de modernizar y digitalizar la gestión
pública del emprendimiento, promoviendo la colaboración en red
de todos los actores. Les soy sincero: muchas veces los técnicos que trabajamos
con emprendedores nos sentimos en silos, repitiendo tareas que otro ya hizo en
otra oficina, o esperando papeles que van lentos… ¡Basta! Propugnamos el uso
generalizado de herramientas colaborativas en línea para
coordinar mejor el trabajo interinstitucional. Un ejemplo concreto que ponemos:
implementar un tablero compartido (tipo Trello) entre
cada ADL municipal y el técnico de la Dirección Provincial de la Junta
correspondiente. De tal forma que, si Pepa (ADL) y Luis (técnico provincial)
están ayudando a un emprendedor de la localidad de Pepa, ambos vean en tiempo
real en ese tablero qué pasos se han dado, qué trámites están en curso, qué
falta, etc. Sería casi como un expediente vivo y colaborativo. Eso evita
duplicidades, despistes, llamadas innecesarias… aumenta la transparencia y
agilidad. Extensible a más actores, claro. Para lograr esto, hace falta formación digital tanto para técnicos
como para emprendedores. No podemos suponer que todos manejan
Trello o Slack alegremente. Así que planteamos impartir capacitación en estas
herramientas. Por ejemplo, cuando lancemos la plataforma de coworking virtual
del Eje 4, nos aseguraremos de que todos sepan sacarle partido, que nadie se
quede fuera por no saber usarlo. La brecha digital no puede ser obstáculo para
aprovechar la modernización. Finalmente, este eje 9 aboga por crear repositorios compartidos de información:
bases de datos con guías, plantillas, preguntas frecuentes resueltas por
técnicos, todo accesible a la red de apoyo al emprendimiento. Así un ADL en
Yeste puede descargar la misma plantilla actualizada de plan de negocio que
otro en Talavera, en lugar de reinventar la rueda cada vez. Homogeneizar y
elevar la calidad de la asesoría en toda la región compartiendo conocimiento en
la nube.
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Bloque 4 (Propuesta 10): Impulso al
Emprendimiento Responsable y Circular. Este eje final
quiere asegurarse de que la
sostenibilidad y la responsabilidad social sean el hilo dorado que
recorra toda la estrategia. No basta con decir “qué bueno es emprender”,
debemos preguntarnos “¿qué tipo de emprendimiento queremos?”. Y nuestra
respuesta es: uno que genere prosperidad sin dejar a nadie atrás y sin destruir
el entorno. ¿Cómo traducimos eso en acciones? Por ejemplo, planteamos alinear
todas las acciones de la Estrategia 2026–2029 con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Priorizar en las convocatorias aquellos proyectos que generen impacto social o
ambiental positivo. Evaluar la huella de carbono de eventos o programas
financiados por la administración y compensarla si es alta. Reconducir (o
incluso descartar) medidas que puedan tener efectos negativos en el medio
ambiente. Proponemos también promover
modelos de negocio “verdes” y circulares: lanzar convocatorias
específicas para proyectos de economía circular (los que reutilizan materiales,
reducen residuos, restauran ecosistemas). Se podría establecer, por decir, un premio anual al mejor proyecto de
economía circular de CLM, darle visibilidad y apoyo extra. O montar
un programa de aceleración “verde” que ofrezca mentoría especializada en
sostenibilidad a autónomos que quieran girar su negocio hacia prácticas más
ecológicas. Y, cómo no, introducir o reforzar subvenciones
“verdes” para autónomos. Por ejemplo, ayudas para que un
transportista autónomo se compre un vehículo eléctrico, o para que una granja
instale paneles solares, o para que un artesano contrate un servicio de
eco-diseño que le ayude a reducir desperdicios. Estas inversiones a veces no se
hacen porque el coste inicial asusta, pero con un empujón público se logran
cambios significativos. La filosofía de fondo es: queremos
crecer, sí, pero crecer de manera distinta, cuidando a nuestra gente y a
nuestra tierra. Si logramos que todos nuestros emprendedores integren
ese chip responsable, estaremos asegurando no solo un buen 2026–2029, sino un
futuro sostenible más allá.
Y con esto, hemos recorrido las 10 propuestas. Diez ejes que van desde la formación
individual hasta la sostenibilidad global. Permítanme insistir:
no las vean sueltas, conforman un conjunto coherente. Desde la formación
inicial del emprendedor (Propuesta 1) pasando por todo el viaje – el
acompañamiento, la financiación, los espacios, la educación, la cultura, la
digitalización – hasta la evaluación final y la sostenibilidad transversal
(Propuesta 10). Todo conectado. Si aplicamos estas medidas con rigor en la
Estrategia 2026–2029, creemos
sinceramente que el impacto de las políticas de emprendimiento en Castilla-La
Mancha dará un salto cualitativo. Abordaremos carencias actuales
(que las hay, claro) y nos adelantaremos a retos futuros.
Antes de concluir, quiero destacar tres propuestas estrella innovadoras que
sobresalen entre las recomendaciones – ya las mencioné en el esquema, pero las
subrayo porque pueden cambiar el juego en la coordinación y el apoyo efectivo:
1.    
La creación de un Grupo Motor de Emprendimiento Regional
(GMER). ¿Qué es esto? Un órgano, una especie de comité
multidisciplinar público-privado-comunitario que se reúna periódicamente para liderar y supervisar la
implementación de la Estrategia. Un espacio estable de gobernanza colaborativa,
donde estén la administración regional (técnicos de alto nivel de la
Consejería, por ejemplo), representantes de APRODEL (esos técnicos de terreno
que aportan la visión realista), gente de organizaciones de autónomos y
empresariales, alguien del mundo académico (UCLM), y también representantes de
cooperativas y startups… todos juntos, codo con codo, siguiendo el avance de
las medidas, detectando obstáculos, proponiendo correcciones. Sería como el
“cerebro colectivo” de la estrategia. En APRODEL defendemos la filosofía de “liderar el proceso juntos”,
porque sabemos que ninguna institución sola puede lograr estos ambiciosos
objetivos. El GMER formalizaría esa unión de esfuerzos.
2.    
La Red
de Asesores Homologados para el Emprendimiento (RAHE). Esta
propuesta entusiasma a muchos técnicos. Se trata de crear un sistema de
acreditación profesional de asesores de emprendimiento a nivel regional.
Homologar a los técnicos – tanto ADL públicos como consultores privados – que
cumplan ciertos criterios de formación y experiencia, para garantizar una
calidad estándar en la asesoría allá donde vayas. ¿Qué logramos con esto?
Profesionalizar la función asesora (dándole reconocimiento y formación continua
a los técnicos), y al mismo tiempo crear una comunidad
de práctica entre todos los asesores homologados. La Junta
publicaría un registro oficial de asesores de emprendimiento – imaginemos, un
autónomo podría buscar en la web “asesor especializado en marketing digital en
provincia de Ciudad Real” y le aparecería alguien de la RAHE disponible para
ayudarle. Y los ADL municipales, que ya cumplen con creces, obtendrían
automáticamente la homologación para ser miembros clave de la Red. La RAHE no
sustituye sino complementa el trabajo de los ADL, formando un tejido colaborativo:
así, por ejemplo, un emprendedor de base tecnológica en una comarca rural
podría recibir asesoramiento local de su ADL en lo básico, y además ser conectado
con un asesor RAHE experto en startups tecnológicas (aunque esté en otra
provincia) vía la plataforma virtual. Con esta red ningún emprendedor se
quedará sin un buen consejo por vivir lejos, y los que asesoramos estaremos
mejor preparados y conectados. Personalmente, creo que la RAHE puede ser
revolucionaria: un antes y un después en cómo se presta ayuda técnica al
emprendedor.
3.    
Los Coordinadores/as
Provinciales de Emprendimiento (CPE). Esta es más organizativa,
pero no menos importante. Detectamos que a nivel provincial hay un vacío en la
coordinación de políticas de emprendimiento. Las Delegaciones Provinciales de
la Consejería hacen trámites administrativos, sí, pero no hay una figura
dedicada a dinamizar la estrategia en cada provincia, a convocar a todos los
actores locales periódicamente. Proponemos crear la figura del CPE en cada una
de las cinco provincias. Sería un técnico/a experto en desarrollo económico,
preferiblemente con experiencia de ADL o similar, con gran capacidad de
diálogo, que actúe como articulador
provincial. ¿Sus funciones? Presidir mesas provinciales de
emprendimiento (donde esté la Diputación, ayuntamientos, grupos de desarrollo
rural, asociaciones empresariales…) para bajar la estrategia al terreno.
Detectar buenas prácticas en su provincia y compartirlas, detectar también
problemáticas comunes y escalarlas al nivel regional. Ser enlace entre el Grupo
Motor Regional y la realidad local de cada provincia. Este CPE estaría en la
Delegación provincial, pero con un mandato específico: coordinar estratégicamente, no solo
gestionar papeles. Pensamos que es la pieza que falta para que la
orquesta suene afinada en todas las escalas: regional, provincial, comarcal y
local.
Amigos y amigas, llegados a este punto hemos trazado un
panorama que va desde las alturas de la política regional hasta la tierra
fértil de nuestros pueblos. ¿Verdad que es emocionante? Sé que he compartido
mucha información (¡demasiada tal vez para una sola intervención!), pero quería
hacerlo combinando lo técnico –
porque este trabajo tiene solidez técnica – con lo emocional, porque
tratamos al fin y al cabo de personas, de sus ilusiones y sus luchas. Y ese
equilibrio técnico-emocional define mucho mi manera de ver el desarrollo local: cabeza fría para planificar, corazón
caliente para motivar.
Quisiera terminar con un par de reflexiones personales.
La primera: este libro, este informe, no
es el destino final, es el comienzo de un viaje. Un viaje que
va de 2026 a 2029, y más allá. De poco serviría que hoy aplaudamos mucho si
luego el documento coge polvo en una estantería. Nuestro mayor deseo como
autores es que estas propuestas se conviertan en acciones
reales: en decretos, en programas, en cursos, en centros
abiertos, en empresas creadas. Que lo que está en el papel salte al terreno. Y
para eso, queridos compañeros, los
necesitamos a todos. A la Administración regional, cómo no,
liderando y poniendo medios. A las Diputaciones y Ayuntamientos, arrimando el
hombro y adaptando las ideas a su suelo. A los técnicos de desarrollo,
siguiéndonos retando con su experiencia práctica y siendo los ejecutores de
muchas medidas. A las asociaciones empresariales y cooperativas,
involucrándose, cogestionando proyectos, difundiendo esta visión entre sus
bases. Y por supuesto, a los emprendedores
presentes y futuros, que sois la razón de todo esto. Que sepáis
que no estáis solos, que esta tierra vuestra os quiere viendo triunfar, y que
vamos a estructurar un sistema más robusto para que vuestra valentía tenga
premio.
La segunda reflexión es casi de peña flamenca les
diría: el orgullo de ser manchegos
emprendedores. Miren, durante la elaboración del informe
tuvimos momentos de debates intensos, análisis de datos muy serios… pero
también hubo momentos de emoción pura. Recuerdo una sesión virtual con técnicos
de todas las provincias, en plena pandemia, cada uno contando las iniciativas
chulas que estaban surgiendo en su comarca. Apagué el ordenador ese día
pensando: “¡Qué privilegiado soy de pertenecer a
esta comunidad profesional y humana!”. Porque descubrí que en cada
rincón hay chispas de ingenio, hay coraje, hay solidaridad. Y eso no sale en
las estadísticas, pero es el alma de lo que hacemos. Les animo a todos a
sentirse orgullosos de lo que se ha logrado y optimistas de lo que está por
venir.
Cuando Don Quijote arremetía contra los molinos creyendo
que eran gigantes, muchos se rieron de su locura. Pero él respondía –
permítanme citar libremente – “Cambiar
el mundo, amigo Sancho, no es locura ni utopía, sino justicia”. Hoy
no luchamos contra molinos, sino que hemos
aprendido a aliarnos con ellos: esos molinos emblemáticos de
Consuegra ahora generan turismo y desarrollo. ¡Fíjense qué ironía maravillosa!
Aquello que fue símbolo de atraso, hoy es palanca de futuro. Así también
nosotros, con este plan estratégico, queremos convertir retos en oportunidades.
Que donde otros ven un pueblito vacío, nosotros veamos un lienzo para la
innovación rural. Que donde hay dificultades, veamos desafíos que nos unen en
vez de desanimarnos.
Termino ya. Les agradezco profundamente su atención.
Gracias por acompañarnos en esta aventura que, insisto, es colectiva. Este libro lo hemos escrito entre muchos
y lo tenemos que llevar a la vida entre todos. Los próximos
años van a ser apasionantes: si implementamos estas propuestas, estoy
convencido de que en 2029 Castilla-La Mancha será referencia nacional de cómo
una región tradicional supo reinventarse sin perder su esencia.
Me gusta decir – y con esto concluyo – que cuando La Mancha sueña, La Mancha
emprende. Pues bien, amigos: soñemos
en grande y emprendamos juntos. Como coautor de este informe y como
humilde servidor público, me comprometo a seguir dejándome la piel en ello, con
la misma ilusión del primer día.
José Carlos Muñoz Parreño, Coautor de la publicación. Secretario de APRODEL


 
Aprodel CLM

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